Otras elecciones
En California, los ciudadanos han votado mayoritariamente para que conductores y trabajadores espor¨¢dicos persistan como aut¨®nomos, sin vinculaci¨®n de pensiones, salud o baja condicionada que afecte a sus contratistas
Con permiso de Trump y su inacabable partido de golf, con el que pretende ignorar los resultados electorales desfavorables, las elecciones norteamericanas nos dejan otro resultado trascendente. Es lo que tiene el presidencialismo, que la personalidad de los candidatos devora el combate de las ideas. Vivimos en un mundo que est¨¢ muy distra¨ªdo. Entre esas peque?as votaciones locales a?adidas a la elecci¨®n presidencial, la m¨¢s llamativa ha sido la Proposici¨®n 22 votada en California y que afecta a la relaci¨®n laboral de Uber, Lyft y DoorDash con sus trabajadores. Esta propuesta legislativa ha culminado con la victoria de las posiciones de las marcas de nueva econom¨ªa nacidas en Silicon Valley. Los ciudadanos han votado mayoritariamente para que conductores y trabajadores espor¨¢dicos persistan como aut¨®nomos, sin vinculaci¨®n de pensiones, salud o baja condicionada que afecte a sus contratistas. Es otro ejemplo del da?o autoinflingido. Hace poco lo vimos en un arreglo contractual propiciado por Ryanair en Espa?a. Los trabajadores aceptaron las condiciones leoninas a cambio de mantener el empleo, pero los tribunales sociales rechazaron el chantaje.
Una vez m¨¢s, los votantes de California, de mayor¨ªa progresista, han votado por mantener a las empresas en un limbo que delata la falta de compromiso con sus trabajadores. La cultura del ¨¦xito y del m¨¢ximo beneficio se al¨ªa con las ventajas de la comodidad. La ciudadan¨ªa apoya la precarizaci¨®n laboral porque la considera una condici¨®n irreversible de la modernidad. Muestra el grado impresionante de destrucci¨®n de los conceptos de lucha colectiva y derechos laborales. Comenz¨® con la estigmatizaci¨®n de todo lo que oliera a sindicato y colectividad, y el resultado es una sociedad depredadora e individualista. Estados Unidos representa la cabeza de puente de esa degradaci¨®n. Hoy por hoy, Europa es el ¨²ltimo dique de contenci¨®n y me temo que sus ciudadanos ni se enteran y carecen de orgullo para sostener la diferencia. En la votaci¨®n californiana, Uber y sus aliados hab¨ªan invertido m¨¢s de 200 millones de d¨®lares para defender su posici¨®n, mientras que quienes se enfrentaban a su maquinaria apenas hab¨ªan recaudado un 10% de esa cantidad. En la democracia medi¨¢tica el dinero resulta pieza decisiva, pues en un pa¨ªs sin v¨ªnculo ciudadano, la propaganda es la reina.
Es precisamente el concepto de ciudad europea, de distancia corta y comercio de cercan¨ªa, el que peligra frente al modelo de negocio corporativo dirigido desde Silicon Valley. Nunca percibimos con suficiente claridad que su fomento de las burbujas y la precariedad laboral empeoran el modo de vida. La pandemia ha venido adem¨¢s a disminuir las interrelaciones y la proximidad, por lo que la tormenta ha sido perfecta y de ella tendremos que salir con una racionalidad ciudadana de la que ahora carecemos. El contagio podr¨¢ ser controlado en alg¨²n futuro cercano, cambiar¨¢ modos de vivir, pero m¨¢s tremendo resulta aceptar que los negocios pueden limitarse a monopolios lejanos basados en la extracci¨®n de dinero de las sociedades sin contribuir a su sustrato colectivo. Si nadie quiere ver la relaci¨®n directa entre la debilidad de la sanidad, la educaci¨®n y el transporte p¨²blicos y el triunfo de estos modelos de negocio extractivos y desvinculados de la ciudad, entonces es que la venda en los ojos no es un accidente puntual, sino una enfermedad contempor¨¢nea.
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