La hipocres¨ªa de hacer del ministro Pazuello un chivo expiatorio para salvar a Bolsonaro
La pregunta que se impone es: ?los militares no se sentir¨¢n humillados viendo a un general ser investigado por cr¨ªmenes contra la humanidad?
El hecho de que el Supremo Tribunal Federal de Brasil haya aceptado la petici¨®n presentada por el fiscal general, Augusto Aras, contra el ministro de Sanidad, Eduardo Pazuello, por sus posibles cr¨ªmenes en la lucha contra la pandemia en Manaos, mientras ha salvado al presidente Bolsonaro, supone una gran hipocres¨ªa. Es convertir a Pazuello en el chivo expiatorio para salvar a su jefe.
No se trata de que el ministro sea inocente y que no merezca ser incriminado. Lo que es un esc¨¢ndalo para la sociedad es que no sean procesados ambos. Todos los fallos en el Ministerio de Sanidad que han llevado a tantos muertos y a desacreditar la vacuna han sido perpetrados por el presidente y el ministro juntos. Pero empez¨® cuando Pazuello a¨²n no era ministro.
Pesa sobre la responsabilidad del presidente el que fuera quien expuls¨® del ministerio a m¨¦dicos competentes para colocar a un militar sin ninguna garant¨ªa cient¨ªfica y hacer de ¨¦l una simple marioneta.
Al general Pazuello es de recriminar el haber aceptado con la cabeza baja todas las imposiciones de Bolsonaro sin haberse rebelado. M¨¢s a¨²n, hizo alarde de que como militar ten¨ªa que obedecer a su jefe, un simple capit¨¢n expulsado del Ej¨¦rcito.
La jugada de Aras de pedir investigar a Pazuello salvando a Bolsonaro ha sido tan burda que es imposible esconderla a la opini¨®n p¨²blica. Todo Brasil sabe que la tragedia de la pandemia fue potenciada por Bolsonaro.
El hecho de que Bolsonaro intente ahora ganarse al Congreso y al Senado imponiendo para la presidencia dos defensores suyos revela su miedo a que pueda acabar depuesto por incapacidad para gobernar a un pa¨ªs de la importancia de Brasil. Bolsonaro, que se las daba de Napole¨®n, empieza a ver que su reino se va desmoronando. Por eso se refugia ahora en el Congreso ofreci¨¦ndole lo que este le pide y m¨¢s.
Que el reino de Bolsonaro empieza a derrumbarse lo demuestra el hecho que sus seguidores m¨¢s fan¨¢ticos e ideol¨®gicos empiezan a estar en silencio o desilusionados con ¨¦l. ?D¨®nde est¨¢ la furia del ide¨®logo del bolsonarismo fan¨¢tico y autoritario, el pseudo filosofo, Olavo de Carvalho? Hay silencios que son m¨¢s elocuentes que el griter¨ªo.
Al final tendremos la paradoja de que Bolsonaro vea cortada su omnipotencia como el b¨ªblico Sans¨®n y, como ¨¦l, acabe en la c¨¢rcel y olvidado. En pol¨ªtica son frecuentes las noches de largos cuchillos donde se traman las grandes traiciones. Lo vimos con Dilma Rousseff y podremos verlo con Bolsonaro.
Quien vino a acabar con la pol¨ªtica, pensando que no necesitaba de las otras instituciones para gobernar, parece que va a ser la vieja pol¨ªtica quien le obligue a bajar la cresta de gallo para convertirse en simple gallina.
El caso del ministro Pazuello podr¨ªa ser paradojalmente el fin de las arrogancias de Bolsonaro, las cuales est¨¢n colocando a Brasil al borde una crisis econ¨®mica que acabar¨¢ cayendo sobre sus espaldas.
Los primeros en detectarlo empiezan a serlo los grandes empresarios que un d¨ªa le dieron su confianza creyendo que el presidente apoyar¨ªa al ministro de Econom¨ªa, Paulo Guedes, en su pol¨ªtica econ¨®mica de cu?o liberal y hoy empiezan a estar preocupados y a apartarse de ¨¦l. Juntas la desilusi¨®n del poder econ¨®mico y la presi¨®n popular que empieza a crecer podr¨¢n acabar con el mito y su pesadilla que ha colocado a Brasil entre los parias del mundo.
Por primera vez, hasta la Iglesia empieza a darle la espalda al mito. As¨ª lo revela el hecho que una petici¨®n de impeachment est¨¦ siendo firmada por religiosos cr¨ªticos al Gobierno. Seg¨²n el diario O Estado de S. Paulo en la petici¨®n participan cat¨®licos, luteranos metodistas y hasta pastores evang¨¦licos.
Bolsonaro tiene solos dos opciones: ser presidente de un grupo menor siguiendo con sus bravatas y sue?os golpistas o injertarse del todo en el modelo cl¨¢sico de la pol¨ªtica brasile?a.
Ser¨¢ una prueba interesante para saber si esas bravatas del presidente son fruto, como piensan algunos psicoanalistas, de disturbios ps¨ªquicos o si se trataba de puro c¨¢lculo pol¨ªtico.
En el caso que las locuras de Bolsonaro sean fruto de perturbaciones ps¨ªquicas que lo llevan a desafiar a la ciencia y a la democracia le ser¨¢ imposible renunciar a su estrategia para mantener vivo su grupo de extremistas y fan¨¢ticos, unas fieras que necesitan que les arrojen m¨¢s carne cada d¨ªa.
Y en el caso que se trate solo de estrategia pol¨ªtica y que est¨¦ convirti¨¦ndose a la normalidad democr¨¢tica para no perder el poder no es dif¨ªcil que con un apoyo cada vez menor de la opini¨®n p¨²blica, un pol¨ªtico sin la fuerza de un partido propio importante acabe relegado y devorado por los pol¨ªticos expertos en mantener el poder.
Una vez que Bolsonaro acabe convertido a la pol¨ªtica cl¨¢sica y vaya dejando sus desatinos antidemocr¨¢ticos y convirti¨¦ndose a la ortodoxia podr¨ªa ser muy bien que en las presidenciales acabe de vuelta al calder¨®n del bajo clero del Congreso que es donde veget¨® durante casi 30 a?os. Si los grupos parlamentarios vieran que han sido capaces de domesticar al viejo caballo desbocado, Bolsonaro perder¨¢ todas las oportunidades de reelegirse. La vieja pol¨ªtica est¨¢, en efecto, a la espera de retomar el poder.
Habr¨¢ que ver si el Congreso al que ha adoptado Bolsonaro le permitir¨¢ en adelante que contin¨²e, por ejemplo, con su persecuci¨®n a los medios de comunicaci¨®n y con los insultos a los periodistas que son ya hasta investigados policialmente como si no existiera la libertad de prensa y estuvi¨¦semos ya en una dictadura.
El ¨²ltimo ejemplo de sus groser¨ªas ha sido d¨ªas atr¨¢s cuando se ha cuestionado los gastos del Gobierno con leche condensada. Bolsonaro interrogado sobre el tema respondi¨® con desfachatez que la leche condensada era ¡°para meterla en el trasero de los periodistas¡±.
Bolsonaro mientras tanto sigue en pie con su negacionismo de la pandemia y acaba de poner en duda los datos sobre el n¨²mero de v¨ªctimas y contagiados presentados por su propio ministerio.
Una pregunta que se impone en toda esta historia de querer convertir a Pazuello en el chivo expiatorio de Bolsonaro lleva a pensar si los militares no se sentir¨¢n humillados viendo a un general ser investigado por cr¨ªmenes contra la humanidad.
?Hasta cu¨¢ndo los militares seguir¨¢n apoyando al Gobierno a Bolsonaro? Es una pregunta que se hace cada d¨ªa m¨¢s perentoria y alarmante. Su perseverancia en participar de un Gobierno que ha perdido el prestigio nacional e internacional podr¨¢ acabar manchando a toda la instituci¨®n del Ej¨¦rcito que goz¨® siempre de un gran apoyo popular.
Quienes tienen a Bolsonaro como un simple payaso deber¨ªan estudiar la historia. Muchos otros gobernantes en el pasado considerados tambi¨¦n otros tantos payasos inocuos acabaron produciendo r¨ªos de sangre, empobreciendo y despojan a la gente de sus libertades.
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