Parar la xenofobia
Las agresiones son intolerables; los discursos que las alimentan, tambi¨¦n
Las manifestaciones de racismo y xenofobia est¨¢n adquiriendo en Espa?a una intensidad y una frecuencia muy preocupantes. Las se?ales de alerta se multiplican, y no solo deben lamentarse expresiones xen¨®fobas y de incitaci¨®n al odio en las redes sociales ¡ªen la mayor¨ªa de los casos con un marcado componente islam¨®fobo¡ª, sino que la propaganda racista y de rechazo al extranjero est¨¢ pasando del discurso a los hechos de forma recurrente. En Canarias se est¨¢ materializando en m¨²ltiples actos de hostilidad y agresiones contra los inmigrantes que han llegado en patera. Adem¨¢s, la lacra aflora de forma cada vez m¨¢s evidente en la escena pol¨ªtica. La campa?a electoral catalana se ha visto ensuciada por una intolerable campa?a de Vox contra los musulmanes que puede ser constitutiva de delito en la medida que identifica a los fieles de esta religi¨®n y al islam en general con el terrorismo islamista.
Las tres principales federaciones isl¨¢micas de Catalu?a, que representan al 90% de las 330 mezquitas existentes, han denunciado un v¨ªdeo que Vox ha lanzado a trav¨¦s de las redes sociales ante la Fiscal¨ªa. D¨ªas antes, la red social Twitter bloque¨® la cuenta del partido ultraderechista al considerar que uno de sus mensajes era una incitaci¨®n al odio. Aunque este tipo de propaganda se queda aparentemente en el terreno de las ideas, entra?a un grave peligro en la medida en que legitima las actitudes de rechazo y puede incitar a elementos peligrosos de extrema derecha a pasar a la acci¨®n y poner en riesgo la seguridad del m¨¢s de medio mill¨®n de musulmanes que viven en Catalu?a.
Ese es el mecanismo que se observa ya en Canarias. Del discurso xen¨®fobo a trav¨¦s de las redes se ha pasado a llamamientos expl¨ªcitos para salir en grupo a perseguir inmigrantes. En las ¨²ltimas semanas se han sucedido las manifestaciones de rechazo en cuatro barrios de Las Palmas y otros lugares donde han sido alojados los inmigrantes. Pero tambi¨¦n se han sucedido actos puntuales de agresi¨®n y persecuci¨®n que no deben tolerarse de ninguna manera.
La respuesta a este desaf¨ªo tiene que ser m¨²ltiple. Por supuesto, las expresiones de odio y las agresiones deben ser perseguidas con todo el peso de la ley. Pero eso no es suficiente. A nivel pol¨ªtico debe forjarse un cord¨®n sanitario implacable ante todo dirigente o formaci¨®n que abona malignamente estados de ¨¢nimo que luego se tornan en actos inaceptables. El Gobierno, por su parte, tiene la responsabilidad de gestionar el flujo migratorio de manera que los migrantes reciban un trato digno y conforme a derecho, y que el peso del mismo no se concentre con demasiada intensidad sobre algunas comunidades.
La situaci¨®n en Canarias es altamente inflamable y las autoridades gubernativas tienen que actuar con urgencia para evitar que vaya a m¨¢s. La gesti¨®n p¨²blica de la llegada en poco tiempo de m¨¢s de 20.000 inmigrantes ha sido muy deficiente. Recientemente se han puesto medios y ha mejorado la organizaci¨®n de la acogida, pero la negativa del Gobierno a trasladar a una parte de los inmigrantes a la Pen¨ªnsula para evitar el supuesto efecto llamada complica las cosas. Tanto el Defensor del Pueblo como las ONG que trabajan en labores humanitarias han pedido la revisi¨®n de esa pol¨ªtica. El Ejecutivo debe reflexionar sobre los peligrosos costes sociales de esta pol¨ªtica de asentamiento provisional.
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