Marte y nuestra especie
El ¡®Perseverance¡¯ es un gran s¨ªmbolo del instinto de exploraci¨®n, curiosidad y conocimiento que eleva a los seres humanos
El objetivo de la misi¨®n a Marte de la NASA, que ha logrado este jueves colocar el veh¨ªculo Perseverance en la superficie del planeta vecino, no puede ser m¨¢s ambicioso. Se trata de encontrar restos de vida pasada, quiz¨¢ residuos de materia org¨¢nica o compuestos qu¨ªmicos que solo puedan interpretarse por procesos biol¨®gicos pret¨¦ritos. La esperanza de hallarlos est¨¢ bien fundada, pues hace 3.500 millones de a?os, en la juventud del Sistema Solar, Marte era un planeta tan habitable como la Tierra, con una atm¨®sfera compatible con la vida y grandes r¨ªos y lagos. En uno de estos antiguos lagos, el ahora llamado cr¨¢ter Jezero, es justo donde el Perseverance se ha posado en Marte. Los cient¨ªficos planetarios lo consideran un lugar ideal para que la vida hubiera surgido, como lo hizo en la Tierra hacia la misma ¨¦poca.
La misi¨®n de la NASA es tambi¨¦n un prodigio de la ingenier¨ªa. No por el mero hecho de viajar a Marte ¡ªla agencia norteamericana, para envidia de la europea, ha aterrizado ya otras cuatro veces all¨ª¡ª, sino por toda la tecnolog¨ªa de vanguardia que contiene el Perseverance. Para llegar a la ¨®rbita de Marte, en realidad, a los ingenieros les bastan las ecuaciones que Newton escribi¨® hace cuatro siglos. Lo que lleva dentro el veh¨ªculo de exploraci¨®n no se le habr¨ªa ocurrido ni a Einstein.
Como el aterrizaje solo dura siete minutos, pero hacen falta once para mandarle un mensaje desde Tierra, la operaci¨®n tiene que ser completamente aut¨®noma, es decir, dirigida por un robot. La recogida de muestras del antiguo lago y su an¨¢lisis dependen tambi¨¦n de una inteligencia artificial de ¨²ltima generaci¨®n y de unos sistemas en los que han participado pa¨ªses europeos, incluida Espa?a.
Explorar un lago marciano arcaico y el delta del r¨ªo que lo alimentaba en la noche de los tiempos ser¨¢ un est¨ªmulo suficiente para inspirar la imaginaci¨®n de muchos terr¨ªcolas. Otros muchos, sin embargo, se volver¨¢n a preguntar a qu¨¦ viene todo esto cuando quedan tantos problemas graves por resolver en nuestro planeta. El objetivo es la Tierra, dir¨¢n. Y lo cierto es que es un punto de vista dif¨ªcil de discutir. Una l¨ªnea argumental sostiene que la investigaci¨®n espacial genera tecnolog¨ªas que luego benefician a muchos sectores productivos, y es correcto. Baste recordar el GPS que todos llevamos en el bolsillo. Este razonamiento servir¨¢ a las personas m¨¢s pragm¨¢ticas, pero hay una perspectiva m¨¢s rom¨¢ntica y fundamental que puede convencer a muchos m¨¢s: que el ¨¦xito de nuestra especie se basa en la curiosidad, la exploraci¨®n y el conocimiento.
EDITORIAL | Un esperanzador giro migratorio
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