Regular mejor las plataformas
Hay que afinar las normas para un sector que revoluciona el ocio
La industria de los v¨ªdeos bajo demanda vive un aut¨¦ntico auge. Las limitaciones a la movilidad impuestas por la pandemia han acelerado la consolidaci¨®n de una nueva forma de consumo de ocio audiovisual que surgi¨® hace unos a?os gracias a la revoluci¨®n tecnol¨®gica. En el mundo hay ya, seg¨²n los ¨²ltimos estudios, 850 millones de hogares suscritos a una plataforma de streaming, la audiencia real es a¨²n mayor, ya que las claves de una misma cuenta se suelen compartir. El desarrollo de internet permite acceder desde cualquier dispositivo (televisi¨®n, tableta o tel¨¦fono m¨®vil) a un cat¨¢logo cada vez m¨¢s grande de series, pel¨ªculas o documentales. El entretenimiento digital ha descubierto una important¨ªsima veta econ¨®mica que en 2025 generar¨¢ ingresos superiores a los 100.000 millones de euros.
Un cambio tan disruptivo como este produce efectos colaterales en los sectores que dominaban el negocio audiovisual. El mundo del cine, por ejemplo, es uno de los damnificados. Sin embargo, el streaming tambi¨¦n trae oportunidades. Se vio durante los confinamientos, al ofrecer salida a las producciones cuando las salas de cine estaban cerradas. Hay adem¨¢s una feroz competencia por lo que las plataformas deben invertir cantidades millonarias para diferenciarse de sus rivales y ese dinero acaba filtr¨¢ndose a todos los estratos del sector. El modelo de negocio de los operadores se basa hasta ahora en las cuotas de los abonados, pero en el futuro tendr¨¢ cada vez m¨¢s peso la rentabilizaci¨®n econ¨®mica de los datos de sus usuarios a trav¨¦s de t¨¦cnicas de big data. Un material tan sensible como la informaci¨®n personal exige un tratamiento transparente y supervisado por las autoridades.
Muchas de las plataformas de v¨ªdeo bajo demanda que operan en Espa?a han usado hasta ahora estrategias fiscales muy ventajosas al declarar solo un porcentaje m¨ªnimo de su facturaci¨®n y derivando el grueso de los ingresos a sociedades interpuestas radicadas en Estados con sistemas impositivos m¨¢s beneficiosos. Netflix asegur¨® hace poco que cambiar¨¢ su modus operandi para tributar en el mercado local toda la actividad que genera en ¨¦l. Ser¨ªa importante que esta decisi¨®n se termine materializando y que el resto de compa?¨ªas copien el ejemplo. Las arcas p¨²blicas est¨¢n ahora exhaustas por los esfuerzos para paliar los efectos del coronavirus y es imprescindible que los contribuyentes cumplan con sus obligaciones.
El dominio de EE UU en el negocio del streaming es apabullante. Si en el siglo XX los grandes nombres de Hollywood impusieron su visi¨®n del mundo, ahora son Netflix, HBO, Amazon, Disney o Apple los que conquistan los hogares. Es importante regular la convivencia audiovisual con el fin de garantizar su espacio a la cultura y a la industria europeas. En noviembre se present¨® el anteproyecto de la nueva Ley General de Comunicaci¨®n Audiovisual. El texto, que traspone con algo de retraso una directiva europea, establece que las empresas de v¨ªdeo bajo demanda deber¨¢n destinar el 5% de sus ingresos en Espa?a a financiar cine y series europeas, como ya hacen RTVE y las cadenas privadas nacionales. Y dedicar un 30% de su cat¨¢logo a obras europeas. La diversidad siempre enriquece las opciones del espectador.
EDITORIAL | Uribe debe responder
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