Establecer zonas ¡®verdes¡¯ libres del virus
Vacunaci¨®n, anal¨ªticas y rastreo forman parte de la estrategia para acabar con la pandemia
La vacunaci¨®n es un elemento crucial si queremos dejar atr¨¢s la pandemia. Pero la esperanza de alcanzar la inmunidad de reba?o a finales del pr¨®ximo verano mediante la inmunizaci¨®n del 70% de los europeos se est¨¢ desvaneciendo. El despliegue de las vacunas no est¨¢ siendo tan r¨¢pido como se esperaba y, adem¨¢s, la aparici¨®n de nuevas variantes del virus sin duda reducir¨¢ su eficacia. Por otra parte, la historia nos demuestra que las vacunas no pueden controlar un virus por s¨ª solas: incluso una vez que la de la viruela estuvo disponible, hicieron falta d¨¦cadas de esfuerzos concertados y de medidas adicionales para erradicarlo. As¨ª, pues, una victoria global sobre la covid-19 en 2021 es muy poco probable, por no decir pr¨¢cticamente imposible. Para no tentar a la suerte y evitar los confinamientos que experimentamos el a?o pasado, debemos frenar la propagaci¨®n del virus tan pronto como sea posible y escoger la recuperaci¨®n duradera.
Por consiguiente, apelamos a los pol¨ªticos y a la ciudadan¨ªa para que, juntos, se comprometan con una estrategia europea de erradicaci¨®n basada en tres pilares: vacunaci¨®n, zonas verdes y estrategias y tecnolog¨ªas de anal¨ªtica y rastreo. La coordinaci¨®n paneuropea es esencial. Formamos parte de un grupo internacional de cient¨ªficos que incluye desde m¨¦dicos, epidemi¨®logos y vir¨®logos hasta polit¨®logos y economistas que apoyan esta estrategia. Algunos han publicado recientemente un llamamiento en The Lancet. Adem¨¢s, No Covid ¡ªgrupo liderado por cient¨ªficos alemanes¡ª est¨¢ desarrollando herramientas para hacer posible el ¨¦xito de su aplicaci¨®n.
Qu¨¦ duda cabe que erradicar el virus en todo el continente europeo parece una tarea abrumadora. Sin embargo, se puede lograr mediante la articulaci¨®n de medidas y est¨¢ndares comunes de salud p¨²blica que tengan como objetivo establecer y luego preservar zonas verdes libres del virus. Cuanto m¨¢s peque?as sean estas zonas, antes conseguiremos nuestro objetivo y m¨¢s f¨¢cil nos resultar¨¢ evitar tener que adoptar medidas peores. No obstante, dado que la zonificaci¨®n debe ser pol¨ªtica y socialmente aceptable, as¨ª como viable en el plano local, cada pa¨ªs deber¨ªa tomar sus propias decisiones de orden pr¨¢ctico. Por ejemplo, Francia podr¨ªa optar por departamentos o regiones. Alemania podr¨ªa optar por distritos o l?nder. Incluso, en una escala m¨¢s detallada, las ciudades podr¨ªan ser consideradas zonas en los casos que fuera factible.
Una zona recibe la etiqueta verde a partir del momento en que se acerca a las cero transmisiones comunitarias. Las zonas verdes pueden volver progresivamente a la normalidad: los ni?os pueden regresar con seguridad a las escuelas; los restaurantes, el turismo y otros negocios pueden retomar sus actividades, e incluso los viajeros pueden desplazarse libremente de una zona verde a otra y en el interior de cada una de ellas. A continuaci¨®n, hay que concentrarse en evitar la reintroducci¨®n del virus mediante restricciones a los viajes e implementando medidas de contenci¨®n r¨¢pidas en caso de que la infecci¨®n vuelva a aparecer, incluyendo el rastreo de contactos. Tambi¨¦n es necesario que los viajeros que ingresan en una zona verde desde otra que carece de esta calificaci¨®n presenten un test negativo y se sometan a una cuarentena. Estas disposiciones deben complementarse con un sistema eficaz de test y rastreo para los viajes esenciales, haciendo especial hincapi¨¦ en lugares de tr¨¢nsito y en puntos con un gran n¨²mero de visitantes.
El esfuerzo de convertirse en zona verde merece la pena. Econ¨®micamente, casi cualquier coste a corto plazo se ve compensado por los beneficios de liberarse de la pandemia. La salud p¨²blica y la prosperidad econ¨®mica no son objetivos antag¨®nicos, sino complementarios. Adem¨¢s, la perspectiva de un retorno seguro a la normalidad contrarrestar¨¢ la creciente fatiga de la poblaci¨®n. Aunque todo esto parece dif¨ªcil de conseguir con los altos niveles de infecci¨®n que presenta en la actualidad el conjunto de Europa, recordemos que, el verano pasado, la mayor¨ªa de sus regiones y pa¨ªses fueron zonas verdes gracias a unos confinamientos estrictos y simult¨¢neos. La clara apuesta por la estrategia Covid Cero ha demostrado ser un ¨¦xito en China, Corea del Sur, Nueva Zelanda y Australia. Estos pa¨ªses han sido capaces de controlar el virus, incluso en sus ciudades m¨¢s pobladas, con una estrategia de erradicaci¨®n combinada con una zonificaci¨®n rigurosa.
El objetivo Covid Cero marca un camino claro para capear la pandemia con los menores da?os posibles. Europa no deber¨ªa desperdiciar la oportunidad de hacer valer su fortaleza y su unidad. Un plan coordinado ser¨ªa m¨¢s eficaz para erradicar el virus del continente, al tiempo que evitar¨ªa los cierres de fronteras unilaterales. Los responsables europeos han demostrado cada vez m¨¢s su voluntad de superar los obst¨¢culos de la burocracia y la pol¨ªtica para hacer frente al desaf¨ªo que representa el virus para todos nosotros. Como cient¨ªficos, invocamos a nuestros l¨ªderes y conciudadanos: compromet¨¢monos a una alianza Covid Cero y avancemos hacia una zona verde duradera en la que la vida pueda volver a la normalidad sin peligro.
Miquel Oliu-Barton es profesor titular de Matem¨¢ticas en la Universidad Par¨ªs-Dauphine. Melanie Brinkmann es vir¨®loga. Antoine Flahault es director del Institute of Global Health, Ginebra. Guntram Wolff es director del Bruegel Institute. Toni Roldan es director de EsadeEcPol y visiting professor in practice en la School of Public Policy de LSE. Firman este art¨ªculo tambi¨¦n otros especialistas.
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