La tentaci¨®n nep¨®tica de S¨¢nchez
Espa?a corre peligro de ver los fondos europeos de recuperaci¨®n como un instrumento de alt¨ªsima rentabilidad partidista
Hasta cierto punto se pueden comprender las tentaciones de Pedro S¨¢nchez. Tiene un escenario muy propicio. En la oposici¨®n, el PP sigue bajo terapias casi de guion de Woody Allen, con un Aznar de frenop¨¢tico que da lecciones persuadido de ser escuchado como Churchill redivivo; Ciudadanos tiene algo pirandelliano de seis diputados en busca de autor; y Vox alcanza la efervescencia deseada... por Ferraz. A la izquierda, Podemos es reh¨¦n del poder, y ante la necesidad de acotar su espacio ideol¨®gico, este decrece porque se difuma su seudosocialdemocratez y se acent¨²an sus perfiles muy de Partido Comunista, eso s¨ª, sin la sobriedad del viejo PCE. Y por a?adidura, los nacionalistas erosionan, pero tambi¨¦n rentan desde el contrato de la moci¨®n. Con ese tablero, que ni Fernando VII, oye, es l¨®gico que afloren tentaciones que no ser¨¢ f¨¢cil controlar, ni con el ejemplo inspirador de San Antonio, aquel eremita al que Satan¨¢s someti¨® a un programa completo. Y la mayor de esas tentaciones, propaganda al margen, son los fondos europeos del coronavirus. Ah¨ª lo ha retratado el Consejo de Estado, como a San Antonio lo retrataron El Bosco o Cezanne, Piero della Francesca o Max Ernst, Brueghel o Dal¨ª.
El reparto de los 140.000 millones es, por supuesto, una oportunidad ¨²nica para intervenir en una econom¨ªa de baja productividad con ¨¢reas herrumbrosas, pero tambi¨¦n representa una tentaci¨®n para un pol¨ªtico con un instinto b¨¢rbaro para el poder como S¨¢nchez. Es lo que se podr¨ªa denominar tentaci¨®n nep¨®tica, manejando el riego de tant¨ªsimos ceros a la medida de sus intereses de partido. Y algo de eso plantea el informe oculto de casi un centenar de p¨¢ginas del Consejo de Estado. De entrada, este alerta que la propia denominaci¨®n del Plan del Gobierno no se corresponde con la realidad, lo que es un mal principio; y entre las advertencias inexcusables ¡ªdemasiadas veces se repite lo de ¡°esta observaci¨®n tiene car¨¢cter esencial¡±¡ª destaca la intenci¨®n peligrosa de suprimir la fiscalizaci¨®n previa como regla general para acortar los plazos. No es lo m¨¢s tranquilizador.
A¨²n est¨¢ por ver los l¨ªmites que impondr¨¢ una Europa que ya presiona para condicionar los fondos a cambios estructurales como la temporalidad en el sector p¨²blico o la reforma de las pensiones. Entretanto, con el pa¨ªs en los niveles de deuda de la Guerra de Cuba y de vuelta a los 4 millones de parados, el peligro efectivamente es ver esos fondos como un instrumento de alt¨ªsima rentabilidad partidista, y tanto m¨¢s ante la debilidad de una derecha atrapada en demasiadas contradicciones fronterizas. En Espa?a, de hecho, hay lecciones valiosas de p¨¦simos antecedentes de agilizaci¨®n rebajando los controles con una narrativa de buenas intenciones: los ERE en Andaluc¨ªa, un enorme agujero negro inclusos descontada la caricatura de los rivales. Aquellas buenas intenciones derivaron en un fondo de reptiles monstruoso con fines clientelares. Tanto que uno de los maniobreros cre¨® las Ayudas Pormisco, cuyo car¨¢cter no tard¨® en desvelarse: ¡°son ayudas pormisco...jones¡±. As¨ª que, castizamente, ojocuidao. Hay demasiada pista libre y mucho combustible.
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