Temporalidad p¨²blica
El Gobierno tiene que acabar con unas pr¨¢cticas contractuales que da?an el mercado laboral
Una de las distorsiones m¨¢s arraigadas en el mercado de trabajo espa?ol es la elevada temporalidad de los contratos, sin apenas parang¨®n en Europa. Distintos intentos de reformas laborales no han podido invertir una tendencia que procede de los ochenta y que se ha intensificado en los ¨²ltimos a?os, con bastante independencia de los cambios que han tenido lugar en la especializaci¨®n productiva de nuestra econom¨ªa. Las implicaciones de esto sobre la calidad del capital humano, la productividad y el bienestar de amplias capas de la poblaci¨®n son nefastas.
El problema no es exclusivo de la pr¨¢ctica totalidad de los sectores econ¨®micos privados, sino tambi¨¦n de las Administraciones p¨²blicas, especialmente en las comunidades aut¨®nomas y de forma destacada en la educaci¨®n y la sanidad. Mientras que en la Administraci¨®n central el 8% de los empleados son interinos, en las comunidades aut¨®nomas ese porcentaje se triplica, llegando al 30% en alguna de ellas, con maestros y enfermeras como principales afectados. Muchos de los empleados p¨²blicos interinos desempe?an funciones en absoluto temporales o estacionales, lo que deja sin justificaci¨®n esa pr¨¢ctica.
De ese mal ejemplo y de sus peores consecuencias sobre el conjunto de la econom¨ªa acaba de advertir la Comisi¨®n, que condiciona la percepci¨®n de los fondos europeos a la adopci¨®n de decisiones inmediatas tendentes a su correcci¨®n. Aunque de ning¨²n modo sea un problema nuevo, har¨ªa bien el Gobierno en priorizar la extinci¨®n de esas pr¨¢cticas contractuales en el sector p¨²blico cuando no est¨¦n estrictamente justificadas. Asumir la simplificaci¨®n contractual y con ella la estabilidad ser¨ªa tambi¨¦n un buen precedente para la reforma laboral gen¨¦rica. Es cierto que la asunci¨®n de los costes de la transformaci¨®n total de ese amplio contingente de contratos temporales no encuentra ahora el necesario soporte en unas finanzas p¨²blicas maltrechas, pero s¨ª es el momento de concretar la distribuci¨®n temporal de ese prop¨®sito en el contexto del plan necesario a medio plazo de saneamiento de las finanzas p¨²blicas.
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