El Sistema Patria, una nueva estructura de control social en Venezuela

D¨ªas atr¨¢s, un mensaje de texto lleg¨® a los tel¨¦fonos de algunos de los pensionados inscritos en el Sistema Patria, una plataforma creada hace cuatro a?os por Nicol¨¢s Maduro para distribuir las pagas. Pero esta vez no anunciaba la llegada de un nuevo aporte, sino que los beneficiarios hab¨ªan sido seleccionados en un sorteo para recibir una vacuna contra la covid-19. Bajo un toldo en la avenida principal de Las Mercedes, una zona empresarial del este de Caracas, pegados unos a otros, 500 ancianos esperaban su turno el 9 de abril para recibir la inyecci¨®n de la Sputnik V. La jornada estuvo a cargo de la c¨¢mara legislativa de esa jurisdicci¨®n, controlada por el partido de Gobierno. Todos, aseguraron los organizadores, fueron convocados a trav¨¦s de ese inesperado mensaje de texto.

As¨ª de azarosa ha comenzado en Venezuela la vacunaci¨®n de las personas de la tercera edad, la poblaci¨®n m¨¢s vulnerable al coronavirus, mientras el pa¨ªs atraviesa la segunda, y m¨¢s severa, ola de contagios. Hay pocas dosis disponibles ante los retrasos del Gobierno para acceder al mecanismo Covax (la iniciativa multilateral que pretende garantizar que todos los pa¨ªses accedan a las vacunas, independientemente de sus ingresos); y solo est¨¢ a la vista el prototipo cubano Abdala, que Maduro anunci¨® que se producir¨ªa en el pa¨ªs. Ante esta situaci¨®n, se han disparado las alarmas por el uso exclusivo del Sistema Patria para repartir las pocas vacunas que han llegado al pa¨ªs. El chavismo tiene en esta plataforma una palanca para el control pol¨ªtico y social, medir la lealtad en las elecciones y administrar la escasez en un pa¨ªs que ha perdido el 70% de su Producto Interior Bruto (PIB) en los ¨²ltimos siete a?os, y en el que el 94% de la poblaci¨®n vive en la pobreza.

La incertidumbre rodea la vacunaci¨®n al igual que al Sistema Patria, una plataforma digital asociada al carn¨¦ de la patria, la tarjeta de identificaci¨®n creada en 2017 que Maduro aspira a convertir en la nueva c¨¦dula de identidad. El chavismo ha ido sumando suscriptores a esta base de datos con la zanahoria de los bonos, que tambi¨¦n operan bajo el principio del azar. Algunos los reciben, otros, no y nadie sabe exactamente cu¨¢l es la l¨®gica de las asignaciones.

El Gobierno asegura tener a m¨¢s de 18 millones de venezolanos registrados en ese sistema, de los casi 28 millones que hay en el pa¨ªs. Casi la totalidad de los pensionados est¨¢ all¨ª. En Venezuela hay unos 4,5 millones de personas mayores de 60 a?os y con derecho a pensi¨®n. Pero un porcentaje que puede rondar el 10%, asegura Convite, una ONG que distribuye ayuda humanitaria para esta poblaci¨®n, est¨¢ fuera porque no tiene tel¨¦fono celular o cobertura m¨®vil, un requerimiento para estar en la plataforma, o porque no quisieron tramitar el llamado carn¨¦ de la patria.

Trabas para m¨¦dicos

Luis Cabezas, director de Convite, asegura que ¡°uno no puede estar en contra de que finalmente se haya iniciado la vacunaci¨®n, aunque con un retraso importante. Pero al utilizar el Sistema Patria como mecanismo, dejas por fuera a quienes no tienen tel¨¦fono, computadora o est¨¢n en zonas sin cobertura o que simplemente no quisieron inscribirse¡±.

Desde distintos sectores de la sociedad civil ¡ªepidemi¨®logos, m¨¦dicos, academias, ONG, activistas de derechos humanos y opositores a Maduro¡ª se ha criticado el condicionamiento de la vacunaci¨®n a este registro, que no incluye a todos los venezolanos. Rafael Uzc¨¢tegui, director de la ONG Provea, ha se?alado que la Organizaci¨®n Mundial de la Salud deber¨ªa velar para que la vacunaci¨®n sea transparente y no discriminatoria. ¡°Ni siquiera en las dictaduras m¨¢s crueles hay discriminaci¨®n para acceder a una vacuna¡±, ha se?alado el l¨ªder opositor Juan Guaid¨®.

La vacunaci¨®n del personal m¨¦dico tambi¨¦n ha presentado retrasos y opacidad. La misma semana que vacunaron a los adultos mayores seleccionados por el Sistema Patria, la polic¨ªa desaloj¨® a m¨¦dicos que esperaban recibir la inmunizaci¨®n en el Hospital Vargas de Caracas. La misma situaci¨®n se repiti¨® esta semana en La Guaira. El Gobierno no ha presentado un plan nacional de vacunaci¨®n que permita saber cu¨¢ndo le tocar¨¢ a cada grupo ni c¨®mo se avanza con base en criterios t¨¦cnicos y epidemiol¨®gicos. Venezuela tiene una de las tasas m¨¢s altas de muertes de personal sanitario: 468 fallecieron por la covid en el ¨²ltimo a?o.

M¨¢s centralizaci¨®n

La discriminaci¨®n del Sistema Patria es m¨¢s evidente cuando se trata de salarios. Los pensionistas que est¨¢n fuera de la plataforma solo reciben en sus cuentas bancarias 1.800.000 bol¨ªvares al mes, equivalentes a medio centavo de d¨®lar. Los que s¨ª est¨¢n registrados reciben una bonificaci¨®n adicional de tres millones de bol¨ªvares ¡ªel ¡°bono contra la guerra econ¨®mica¡±¡ª, con la que pueden llegar a un poco m¨¢s de dos d¨®lares (1,6 euros) al mes.

Beatriz Sambrano, de 71 a?os, ha decidido quedarse fuera. ¡°Nunca me he querido registrar, porque me parece que es un mecanismo de coacci¨®n. Te hacen una cantidad de preguntas y no s¨¦ qu¨¦ har¨¢n con esa informaci¨®n. Hace unos a?os, cuando pasaron por mi trabajo inscribiendo a la gente, me dijeron que si no lo hac¨ªa no iba a comer¡±, dice la ingeniera, que trabaj¨® toda su vida para el sector p¨²blico y sobrevive con las remesas que le env¨ªan sus familiares. Su hermano C¨¦sar, en cambio, s¨ª se registr¨®, pero ha tenido problemas para recibir los bonos. Hay gente que ha denunciado la usurpaci¨®n de identidades en el sistema, que su usuario est¨¢ bloqueado o que la asignaci¨®n monetaria no llega o deja de llegar. Quienes tienen problemas con el sistema usualmente deben acudir a militantes del PSUV ¡°para escanear el carnet¡± o ¡°chequear el n¨²mero de c¨¦dula¡±, con la idea de que as¨ª comenzar¨¢n a fluir los subsidios.

El Sistema Patria es un ente sin sede y virtual del que muchos venezolanos dependen para comer. Con esta plataforma, el chavismo ha podido levantar una base de datos con informaci¨®n socioecon¨®mica de la poblaci¨®n beneficiaria de programas sociales. Tambi¨¦n la ha usado para realizar encuestas y detectar casos sospechosos de covid-19. Una frase del fallecido expresidente Hugo Ch¨¢vez recibe a los usuarios en la p¨¢gina principal de la plataforma. Una vez dentro, se lo interroga sobre si quiere participar en el Congreso Bicentenario de los Pueblos, una actividad del Partido Socialista Unido de Venezuela.

Adem¨¢s de los pensionistas, est¨¢n inscritos casi todos los trabajadores del sector p¨²blico. Por esta v¨ªa, de forma aleatoria, reciben las bonificaciones que da el Gobierno, semanales o mensuales, que muchas veces duplican o triplican sus salarios.

La plataforma fue usada en diciembre de 2019 para el pago de una bonificaci¨®n navide?a a todo el sector p¨²blico en petros ¡ªla criptomoneda creada por Maduro¡ª que muchos no pudieron gastar por las fallas en la conversi¨®n a trav¨¦s de una engorrosa billetera virtual que no es aceptada en todos los comercios. El Gobierno tambi¨¦n ha arrastrado a trabajadores del sector privado a apuntarse al Sistema Patria cuando ofreci¨® compensaciones a las empresas tras la reconversi¨®n monetaria de 2018 y la crisis de la covid-19 en 2020. Sum¨® adem¨¢s a quienes quieren pagar la gasolina a precios subsidiados. La plataforma tambi¨¦n tiene un registro especial para los ¡°tuiteros de la patria¡±, donde se pagan remuneraciones por posicionar etiquetas y propaganda a favor del r¨¦gimen.

En marzo, el control alcanz¨® a las universidades, escuelas y todos los organismos p¨²blicos, que ahora cobran su salario a trav¨¦s del Sistema Patria. Durante el pago de la primera quincena de marzo hubo denuncias de docentes y profesores universitarios que recibieron menos de lo que les correspond¨ªa. ¡°Esto implica mayor control y centralizaci¨®n en un asunto tan sensible como el salario de los trabajadores¡±, explica el economista Aaron Olmos. ¡°Y aumenta las posibilidades de fallas, equ¨ªvocos y errores, pues el Sistema Patria es un ente sin cara visible, lo que abre las puertas a un manejo discrecional¡±.

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