Presi¨®n fiscal

El plan de Recuperaci¨®n, Transformaci¨®n y Resiliencia enviado por el Gobierno a Bruselas para detallar las reformas que abordar¨¢ a cambio de los fondos europeos ha generado pol¨¦mica en los ¨²ltimos d¨ªas a cuenta de algunas medidas de car¨¢cter fiscal. En primer lugar, acerca de la supresi¨®n paulatina que el documento recog¨ªa de la ayuda por tributaci¨®n conjunta de los matrimonios en el IRPF, uno de los beneficios fiscales m¨¢s extendidos, que afecta a 2,1 millones de contribuyentes y supone un coste de 1.070 millones de euros para el Estado, seg¨²n los Presupuestos de este a?o. Tras recibir numerosas cr¨ªticas a derecha e izquierda y en v¨ªsperas de las elecciones a la Comunidad de Madrid, el Gobierno se apresur¨® a echar marcha atr¨¢s. La vicepresidenta econ¨®mica, Nadia Calvi?o, lleg¨® a calificar la propuesta como una ¡°errata¡± del texto. Pese a que la iniciativa est¨¢ negro sobre blanco en el documento enviado a Bruselas, el Ejecutivo asegura ahora que no se recoge en su agenda y que debe ser el grupo de expertos reunido para dise?ar la reforma fiscal quien decida el camino a seguir. El episodio ha causado leg¨ªtimo desconcierto.

La otra controversia suscitada tiene que ver con la propuesta de extender los peajes a todas las carreteras estatales y regionales de gran capacidad a partir de 2024. La iniciativa recibi¨® cr¨ªticas incluso de miembros del PSOE. Pero, en esta ocasi¨®n, el Ejecutivo no se ha echado atr¨¢s. Ha defendido que el Estado tiene que mejorar sus ingresos para sufragar los servicios sociales. Argumenta que la medida solo se pondr¨¢ en marcha cuando la recuperaci¨®n est¨¦ asentada y se har¨¢ de la mano del sector. Pa¨ªses del entorno como Portugal, Francia, Italia y Alemania tienen diferentes modelos para gravar la circulaci¨®n del transporte por sus principales carreteras.

Estos episodios deben ser considerados en un contexto en el que, tras dos profundas crisis econ¨®micas en una d¨¦cada, las desigualdades sociales se han acentuado y las finanzas p¨²blicas est¨¢n debilitadas. La inversi¨®n p¨²blica se ha reducido al m¨ªnimo desde la Gran Recesi¨®n y el dinero para conservaci¨®n de las infraestructuras, incluidas las carreteras, llega apenas para evitar el deterioro. En t¨¦rminos generales, la presi¨®n fiscal de Espa?a est¨¢ muy por debajo de la de los principales socios europeos. Las empresas pagaron en 2020 un tipo efectivo del 8,3% sobre sus beneficios. Hay margen para recaudar m¨¢s. La conjunci¨®n de estos factores hace que el Gobierno acierte en la idea de ir estudiando medidas de incremento de la presi¨®n fiscal, como sostiene el plan de recuperaci¨®n, y como adem¨¢s avalan importantes instituciones internacionales. Es preciso m¨¢s m¨²sculo p¨²blico para reforzar el Estado de bienestar y evitar un desgarro social en esta fase. El modelo que abandera el PP madrile?o de reducci¨®n de impuestos en esta etapa de especial sufrimiento social es una receta para un nuevo y lamentable incremento de la desigualdad.

El Gobierno tendr¨¢ que proceder con m¨¢xima ponderaci¨®n, di¨¢logo y claridad en la comunicaci¨®n. El incremento deber¨ªa ser moderado, de inspiraci¨®n progresiva y activado a medio plazo en cuanto la recuperaci¨®n se haya asentado. En el caso espec¨ªfico de las carreteras, por ejemplo, habr¨¢n de buscarse f¨®rmulas que no acaben perjudicando a las rentas m¨¢s bajas o agravando la brecha entre poblaci¨®n urbana y rural. La definici¨®n de la reforma fiscal ser¨¢ un reto formidable. Pero la senda es correcta.