Contra la ley hom¨®foba de Hungr¨ªa
La UE debe responder con firmeza a la lamentable iniciativa de Orb¨¢n
El Parlamento Europeo declar¨® oficialmente en marzo que el territorio de la Uni¨®n Europea es ¡°zona de libertad¡± para los miembros del colectivo LGTBI. Pero esto no es una realidad en Polonia ni en Hungr¨ªa, donde el Gobierno de Viktor Orb¨¢n acaba de lograr la aprobaci¨®n de una ley que proh¨ªbe contenidos que hagan referencia a la homosexualidad en los colegios y en programas de televisi¨®n dirigidos a menores. Si una de las mayores virtudes del club europeo es el r¨¦gimen de libertades y derechos fundamentales, que se dan por garantizados, la medida del Parlamento h¨²ngaro cercena una vez m¨¢s el esp¨ªritu de este espacio com¨²n.
La nueva ley h¨²ngara se aproxima a la que aprob¨® Rusia en 2013 contra ¡°la propaganda gay¡± y se hermana tambi¨¦n con la creciente homofobia en Polonia, donde desde hace dos a?os se han extendido las autodenominadas ¡°zonas libres de ideolog¨ªa LGTBIQ¡±. En numerosos pueblos se los declara proscritos, algo que resulta inaceptable. El texto aprobado el martes por el Parlamento h¨²ngaro fortalece una atm¨®sfera que se ha hecho irrespirable para gais, lesbianas y personas transg¨¦nero. El legislativo de ese pa¨ªs ya hab¨ªa aprobado anteriormente una enmienda constitucional que impide a parejas del mismo sexo adoptar ni?os y que niega la existencia de la identidad trans al definir el sexo como el fijado en el nacimiento. Con esta ¨²ltima ley Hungr¨ªa profundiza su desaf¨ªo a la UE, que no puede mirar para otro lado mientras la vulneraci¨®n de derechos de las minor¨ªas se va institucionalizando bajo la deriva autoritaria y ultraconservadora de Orb¨¢n.
La votaci¨®n del Parlamento Europeo en marzo ped¨ªa a Bruselas utilizar todas las herramientas disponibles para proteger a los miembros del colectivo LGTBI, incluidos los procedimientos de infracci¨®n, el art¨ªculo 7 del Tratado y el reglamento aprobado para proteger el presupuesto europeo de las violaciones del Estado de derecho. Si bien la actual presidenta de la Comisi¨®n, Ursula von der Leyen ¡ªque debe su nombramiento en parte a los votos de los conservadores h¨²ngaros y polacos, que se movilizaron contra su oponente socialdem¨®crata¡ª, ha intentado un di¨¢logo constructivo para reducir los desaf¨ªos de Hungr¨ªa y Polonia, lo cierto es que ambos pa¨ªses mantienen sus pol¨ªticas sin variaci¨®n. Las instituciones comunitarias deben reaccionar con un escrutinio detallado de estas violaciones de los derechos humanos y, si no se corrigen, con una represalia proporcionada. El territorio de los Veintisiete debe ser ¡°zona de libertad LGTBI¡±, y ello implica actuar con firmeza contra cualquier medida discriminatoria.
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