Biden y la geopol¨ªtica de las vacunas
El presidente de EE UU no ignora que est¨¢ jugando en el terreno sanitario con objetivos pol¨ªticos. La gratuidad es, en este sentido, clave
Con el 44,59% de la poblaci¨®n de los Estados Unidos inmunizada, Joe Biden protagoniza un agresivo lanzamiento en la batalla geopol¨ªtica que se libra a trav¨¦s de las vacunas. El foco est¨¢ puesto, por muchas razones, en la regi¨®n. A escala global, pero tambi¨¦n latinoamericana, Washington pretende neutralizar el protagonismo asumido por China y Rusia durante la pandemia.
El Departamento de Estado design¨® a una funcionaria, Gayle Smith, para coordinar un programa global de distribuci¨®n de vacunas. Novedad inicial: ser¨¢n gratuitas. El volumen total alcanza a 80 millones de dosis. De esa cantidad, 25 millones ser¨¢n remitidas de inmediato.
El 75% se repartir¨¢ a trav¨¦s del programa Covax, de la Organizaci¨®n Mundial de la Salud. Aparece, si se quiere, una paradoja. Esa iniciativa ha merecido cuestionamientos por la mezquindad de los pa¨ªses ricos en compartir su producci¨®n. La ¨²ltima en lanzar esa piedra fue la revista brit¨¢nica The Lancet, que explic¨® por qu¨¦ la mezquindad de los Estados m¨¢s avanzados frustr¨® el esfuerzo multilateral del mecanismo Covax.
Seg¨²n datos aportados por Bloomberg, los 27 lugares m¨¢s pr¨®speros del planeta han contado con el 25,1% de las vacunas, aun cuando no concentren m¨¢s que el 10,4% de la poblaci¨®n. El mismo estudio revela que en los pa¨ªses y regiones con m¨¢s altos ingresos la vacunaci¨®n ha sido hasta 30 veces m¨¢s veloz que en los m¨¢s humildes.
Smith detall¨® que se destinar¨¢n m¨¢s de seis millones de dosis a Am¨¦rica Latina; siete al sur y el sudeste de Asia; y cinco a ?frica. Los siete millones restantes ser¨¢n distribuidos en acuerdos bilaterales. Los dos m¨¢s importantes est¨¢n destinados a la protecci¨®n de los propios estadounidenses: se firmar¨¢n con Canad¨¢ y M¨¦xico y las campa?as de inmunizaci¨®n se realizar¨¢n en la frontera.
En el caso de Am¨¦rica del Sur, los dos destinatarios principales ser¨¢n Brasil y la Argentina. El primero ha cubierto por completo al 11,38% de la poblaci¨®n. El segundo, s¨®lo al 8,11%. La impericia de ambos gobiernos ha dado lugar a esc¨¢ndalos pol¨ªticos. A Jair Bolsonaro el Congreso le investiga, entre otras razones, por la demora en contratar vacunas de gran efectividad, como Pfizer. La comisi¨®n encargada de la pesquisa revel¨® que, en agosto del a?o pasado, Brasil rechaz¨® una oferta de Pfizer por la mitad de precio de lo que se cobraba su vacuna en los Estados Unidos y Europa.
Al argentino Alberto Fern¨¢ndez le siguen vapuleando por haber tolerado que el poder legislativo limitara a trav¨¦s de restricciones los acuerdos con empresas de los Estados Unidos. Como consecuencia, debi¨® rechazar 14 millones de dosis ofrecidas por Pfizer. La sospecha, fundada en infinidad de indicios, es que esas limitaciones se proponen garantizar la provisi¨®n de vacunas a laboratorios asociados a empresarios locales, amigos del Gobierno. M¨¢s all¨¢ de las motivaciones, aparece un problema objetivo: Argentina, seg¨²n el mismo estudio de Bloomberg, es el ejemplo de peor gesti¨®n de la pandemia en un listado de 53 pa¨ªses
M¨¦xico, Brasil y, sobre todo, Argentina apostaron a enfrentar la crisis con la vacuna de Oxford-AstraZeneca. Tiene ventajas por el precio: 4 d¨®lares la dosis. Pero la provisi¨®n gener¨® crisis en todos los pa¨ªses. El laboratorio estatal brasile?o Oswaldo Cruz debi¨® suspender la fabricaci¨®n por falta del Ingrediente Farmac¨¦utico Activo, enviado desde Gran Breta?a. M¨¦xico y la Argentina perdieron meses en su campa?a de vacunaci¨®n debido a que Liomont, el laboratorio mexicano que deb¨ªa envasar el producto, no ten¨ªa autorizadas sus instalaciones.
Biden no ignora que est¨¢ jugando en el terreno sanitario con objetivos pol¨ªticos. La gratuidad es, en este sentido, clave. China enfrenta varios esc¨¢ndalos en Asia por el precio de sus vacunas Sinovac y Sinopharm. La prensa de Katmand¨² revel¨®, por ejemplo, que Nepal debi¨® pagar 10 d¨®lares por dosis para adquirir cuatro millones de Sinopharm. Los chinos acaban de quejarse por la filtraci¨®n. Hicieron lo mismo dos semanas atr¨¢s, cuando en Bangladesh tambi¨¦n se supo el costo de los 14 millones de vacunas adquiridas por el Ministerio de Salud. Las cifras son m¨¢s controvertidas si se comparan regiones. En Sudam¨¦rica, Sinopharm International Hong Kong Limited cobr¨® 20 d¨®lares por unidad. La vacuna rusa, Sputnik V, del centro Gamaleya, cuesta 9,95 d¨®lares por dosis. Y se ha distribuido seg¨²n simpat¨ªas ideol¨®gicas con el r¨¦gimen de Vladimir Putin. La adquirieron, sobre todo, Argentina y M¨¦xico.
El rechazo a Putin y su Gobierno tambi¨¦n modela el negocio. La Uni¨®n Europea sigue reclamando detalles a Gamaleya antes de aprobar su producto. Los viajeros que en su pa¨ªs de origen se hayan inmunizado con la Sputnik no tienen permitido entrar a Europa. El otro inconveniente, que hoy padecen sobre todo argentinos y mexicanos, es que existen enormes dificultades para conseguir la indispensable segunda dosis. Despu¨¦s de reunirse con Putin, Biden dijo: ¡°?l quiere legitimidad, influencia en el escenario global. Quiere desesperadamente ser relevante¡±. M¨¢s all¨¢ de que el tono tuviera algo de burl¨®n, la frase mostraba el rev¨¦s de la trama. La Sputnik V mostr¨® las posibilidades de Rusia, sobre todo la supervivencia de un viejo legado cient¨ªfico, pero tambi¨¦n sus impresionantes limitaciones.
Contratos pol¨¦micos, guerra de informaci¨®n y de precios, vetos de regiones enteras para algunas marcas: la pandemia de la covid anticipa un nuevo mundo, en el que la industria farmac¨¦utica est¨¢ destinada a adquirir un peso geopol¨ªtico in¨¦dito, solo equiparable al de la producci¨®n de hidrocarburos.
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