Per¨²
Pese a la abrumadora insistencia con la que escuchamos a diario la palabra democracia, lo que est¨¢ pasando en el pa¨ªs andino no llama la atenci¨®n
Parece una noticia de segunda fila. Aqu¨ª estamos demasiado ocupados con los indultos, la mesa de negociaci¨®n, la ley trans y la gesti¨®n de las v¨ªctimas del terrorismo, cada vez m¨¢s divididas en buenas y malas, como casi todo. En el resto del mundo tambi¨¦n abundan las noticias impactantes, desde la condena al asesino de George Floyd hasta la dimisi¨®n del m¨¢s cari?oso de los ministros brit¨¢nicos. Pero, pese a la abrumadora insistencia con la que escuchamos a diario la palabra democracia, lo que est¨¢ pasando en Per¨² no llama la atenci¨®n. Si de verdad estuvi¨¦ramos tan interesados en ensalzar los valores democr¨¢ticos, no deber¨ªamos hablar de otra cosa, y menos ahora, despu¨¦s de o¨ªr los audios en los que Vladimiro Montesinos, hombre fuerte del dictador Fujimori, padre a su vez de la candidata que ha perdido las elecciones, da instrucciones desde prisi¨®n. Esto se arregla con tres millones de d¨®lares, dice, uno para cada miembro del Jurado Nacional de Elecciones, o la chica va a ir a la c¨¢rcel. Con ese dinero, calcula Montesinos, se eliminar¨ªan del escrutinio las mesas en las que Castillo gan¨® con m¨¢s porcentaje y se solucionar¨ªa el problema. Keiko, siendo presidenta, esquivar¨ªa una condena por corrupci¨®n que hasta sus partidarios dan por segura y har¨ªa lo que pudiera por mejorar la situaci¨®n de su padre, del propio Montesinos. Pero, seg¨²n todos los observadores, Pedro Castillo ha ganado las elecciones y lo ha hecho limpiamente. La esencia de la democracia es el respeto a la soberan¨ªa popular y la aceptaci¨®n de los resultados, cuando gustan y cuando no. Cualquier maniobra en otro sentido es una agresi¨®n a la democracia. Por eso me asombra que, mientras all¨ª se habla ya de un golpe de Estado, aqu¨ª no se hable casi del Per¨².
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