Tocar fondo
Para rechazar una hipoteca, el trabajo fijo, los hijos a los 25 y el coche a plazos primero tienes que tener la oportunidad de poder tener todo eso
Quiz¨¢ fue el d¨ªa que te ofrecieron por primera vez trabajar gratis. O cuando te dijeron que solo pod¨ªan contratarte como falsa aut¨®noma porque la empresa estaba en un ERE. O cuando te llamaron, a un d¨ªa de que se acabara tu contrato de sustituci¨®n, para ofrecerte cubrir otra baja. A lo mejor pas¨® esa tarde en la que te metiste en Idealista, dispuesta a comerte el mundo, a irte lejos del pueblo en el que viv¨ªan tus padres, a empezar a trabajar de lo tuyo en Madrid o en Barcelona. Esa tarde, metiste en el buscador todos los filtros para poder encontrar un piso que pudieras pagarte con ese nuevo contrato de pr¨¢cticas que alguien te hab¨ªa prometido. El buscador te escupi¨® a la cara un total de cero resultados que pudieras pagar.
?Qu¨¦ edad ten¨ªas? ?15? ?18? ?25? ?Qu¨¦ edad ten¨ªas cuando el desencanto recorri¨® por primera vez tu piel y dej¨® tras de s¨ª un rastro enfermo? La precariedad es un campo de ortigas del que no podemos salir desde hace a?os. Es la culpable de esta herida que no cicatriza, del escozor, de esta fractura que recorre nuestra generaci¨®n como una infecci¨®n v¨ªrica. Para esta, de momento no tienen vacunas.
Desde hace a?os, vivimos con el lema ¡°Sin casa, sin curro, sin pensi¨®n¡± como ¨²nica banda sonora de nuestra vida. Alguien observ¨® una vez que somos la generaci¨®n que vivir¨¢ peor que sus padres y los datos le dieron la raz¨®n. Como siempre, las comparaciones son enga?osas. Decir que vives peor que tus padres equivale a decir que la vida de tus padres es el modelo de vida por excelencia. Quiero decir: que la hipoteca, el trabajo fijo, los hijos a los 25 y el coche nuevo a plazos es el ideal de vida que debemos perseguir, con el que tenemos que so?ar. Y no tiene por qu¨¦. Pero si lo es para alguien, y tengo constancia de que lo es para muchos, deber¨ªa estar al alcance de su mano igual que lo estuvo al alcance de las manos que lo criaron. Una sociedad avanza no cuando no puede llevar la vida que llevaban sus padres sino cuando tiene la capacidad de rechazarla e inventar una nueva. Y para rechazar una hipoteca, el trabajo fijo, los hijos a los 25 y el coche a plazos primero tienes que tener la oportunidad de poder tener todo eso. De poder pagar todo eso. Pero, de nuevo, nuestras cuentas bancarias nos escupen un total de cero euros de saldo disponible.
El problema de la precariedad laboral es que es una precariedad global. No solo estamos hablando de los adultos que eran el futuro de este pa¨ªs y ahora no imaginan futuro alguno. Tambi¨¦n estamos hablando de las personas que van a pagarle las pensiones a esos padres que les dieron todo y les prometieron que lo tendr¨ªan todo si estudiaban bien, muy bien. No estamos contribuyendo lo bastante, no estamos pariendo lo suficiente porque no nos est¨¢n pagando ni lo m¨ªnimo. As¨ª que, ?cu¨¢ndo fue que pas¨®? ?Cu¨¢ndo tocamos fondo? ?Y cu¨¢nto ox¨ªgeno queda para que podamos salir a flote?
Cap¨ªtulo 6
Reportaje | Cuando la mente de Isis cortocircuit¨®
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