?Lecciones de democracia de Pablo Casado?
Claro que el r¨¦gimen cubano es una dictadura, pero conviene dotarse de autoridad moral antes de se?alar
Mientras Pablo Casado acusa al Gobierno de aliarse con el demonio cubano e intenta darnos lecciones de democracia, veamos la idea que ¨¦l tiene de ¨¦sta. Ataca a Pedro S¨¢nchez por estar en La Moncloa con los amigos de Castro y con socios separatistas sin caer en la cuenta de que es esa misma democracia la que ha convertido a todos los ciudadanos, tambi¨¦n los que tienen cuernos y rabo, en iguales ante la ley. Y por tanto depositarios de unos votos que forman mayor¨ªas con la misma legitimidad que las que le votan a ¨¦l. Y a Vox. Deber¨ªa saberlo. Los ¨²ltimos presupuestos se aprobaron con 188 votos; la eutanasia, con 198; la ley de protecci¨®n de la infancia, con 268, sin que tengamos noticia de se haya roto Espa?a ni de que haya revivido Fidel. Que sepamos.
Dos. El l¨ªder del PP ha decretado el silencio sobre el pasado como si este no existiera en el pa¨ªs de nunca jam¨¢s en el que ha decidido enterrar la cabeza como un avestruz. Que no responda a cuestiones que ata?en a B¨¢rcenas no significa que dejemos de hac¨¦rselas, de preguntarnos qu¨¦ hac¨ªa ¨¦l mientras sus padrinos del PP utilizaban el aparato del Estado para espiar, para intentar destruir al adversario y esas pr¨¢cticas mafiosas que est¨¢ desvelando la operaci¨®n Kitchen. Lejos de la democracia, muy lejos.
Tres. Tras apelar a la calle y a la sociedad civil para abordar los indultos que no ha logrado confrontar en el Congreso, condena a quien se ha atrevido a apoyarlos desde instancias que cre¨ªa suyas. De su patrimonio. Lo que han tenido que escuchar los obispos de boca del PP tras ejercer la cristiana misi¨®n de perdonar es poco digno de una pr¨¢ctica democr¨¢tica. ¡°Para apuntar y no olvidar¡±, dijo Aznar. ¡°C¨®mplices de S¨¢nchez¡±, acus¨® Casado. Sumado al harakiri p¨²blico que tuvo que hacerse el presidente de los empresarios por ser positivo, hemos visto unos mensajes m¨¢s dignos de El padrino que de la democracia que defienden.
Puede que las encuestas est¨¦n aplaudiendo esa radicalizaci¨®n, enhorabuena por ello. Pero es muy dudoso que un pa¨ªs dem¨®crata como es Espa?a compre en mayor¨ªa una calcinaci¨®n de la libertad de expresi¨®n y unas orejeras que le impiden ver al adversario como las que est¨¢ exhibiendo.
Dicho todo esto, s¨ª, claro que el r¨¦gimen cubano es una dictadura en la que el aire no corre desde hace demasiadas d¨¦cadas. Pero conviene dotarse de un poco de autoridad moral antes de se?alar a quien no pronuncia esa palabra.
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