El Congreso aprueba la primera ley de eutanasia con amplia mayor¨ªa
La izquierda, Ciudadanos y el PNV suman apoyos para permitir que Espa?a sea el sexto pa¨ªs del mundo que regula el derecho a la muerte digna
El adjetivo ¡°hist¨®rico¡± est¨¢ tan manido que ninguno de los diputados se atrevi¨® a usarlo, aunque hubiese motivos que lo justificasen. Como ya hab¨ªa ocurrido con el matrimonio igualitario, Espa?a se sit¨²a entre los primeros pa¨ªses del mundo ¡ªser¨¢ el sexto¡ª en reconocer un nuevo derecho social, en este caso a la eutanasia. Y lo hace con un amplio acuerdo pol¨ªtico, plasmado en la votaci¨®n de este jueves en el Congreso de los Diputados: 198 a favor, 138 en contra y dos abstenciones. Una vez que la ley pase el tr¨¢mite del Senado, en las primeras semanas del a?o ya ser¨¢ legal en Espa?a que un enfermo incurable solicite ayude para poner fin a su vida.
Al contrario de lo que ocurri¨® con la ley de educaci¨®n, el reconocimiento del derecho a la muerte digna logr¨® saltar barreras ideol¨®gicas, al unir a la izquierda, a Ciudadanos y a un partido de orientaci¨®n cristiana como el PNV. El rechazo lleg¨® de la derecha: el PP, con un discurso menos estridente que el exhibido hasta ahora; Vox, con el tremendismo marca de la casa, y los dos diputados de Uni¨®n del Pueblo Navarro (UPN), en l¨ªnea similar. Hubo un diputado que no vot¨® con su grupo, Ferran Bel, del PDeCAT, que se abstuvo alegando sus convicciones cristianas, seg¨²n fuentes de esa formaci¨®n. Otro de ERC, Joan Capdevila, prefiri¨® no votar por las mismas razones, seg¨²n explic¨® a Europa Press. La segunda abstenci¨®n fue de Tom¨¢s Guitarte, de Teruel Existe.
Se podr¨ªa decir que casi todo empez¨® a mediados de los a?os noventa en una aldea gallega. All¨ª, un accidente dej¨® atrapado en la cama para toda la vida a un hombre tetrapl¨¦jico que, sin poder usar las manos, escrib¨ªa manifiestos con la boca. Se llamaba Ram¨®n Sampedro y rompi¨® lo que era un tab¨² en Espa?a. Lleg¨® con su caso hasta el Tribunal Supremo y el cine hizo de su historia una f¨¢bula universal. Por casualidad, el primero en intervenir en el debate de este jueves en el Congreso era un gallego, N¨¦stor Rego, el ¨²nico diputado del BNG, y sus palabras tuvieron algo de lamento por c¨®mo acab¨® el caso de Sampedro. ¡°Las personas que lo ayudaron a morir [su amiga Ramona Maneiro, en la clandestinidad de un piso, en enero de 1998] fueron perseguidas judicialmente¡±, record¨® Rego. ¡°Esta ley se ha hecho esperar demasiado tiempo¡±.
Otros diputados fueron recordando despu¨¦s casos parecidos, como los de Mar¨ªa Jos¨¦ Carrasco o Maribel Tellaetxe. o el del fallecido doctor Luis Montes, al que la Comunidad de Madrid acus¨® en 2005 de provocar la muerte de 73 pacientes terminales en el hospital de Legan¨¦s, un caso que los tribunales acabaron desestimando. ¡°Un h¨¦roe¡±, lo ensalzo con emoci¨®n la diputada de Unidas Podemos Rosa Medel. Como la tribuna de visitantes del Congreso est¨¢ cerrada por la pandemia, las asociaciones por el derecho a morir dignamente no pudieron entrar al hemiciclo a celebrarlo. Se quedaron ante la escalinata principal, en el mismo lugar donde dos horas antes se hab¨ªan concentrado otras pocas decenas de contrarios a la ley con im¨¢genes de calaveras y banderas de Espa?a.
El anterior intento de aprobar una ley de eutanasia ¡ªel actual era el quinto¡ª se produjo hace tres a?os, lo promovi¨® Unidas Podemos y entonces los socialistas votaron en contra. Ahora han sido sus impulsores y los que han negociado con los dem¨¢s grupos a trav¨¦s de la exministra de Sanidad Mar¨ªa Luisa Carcedo. Desde la tribuna del Congreso la felicit¨® su sucesor, Salvador Illa, para quien la aprobaci¨®n supone una prueba de que Espa?a es una ¡°sociedad democr¨¢tica y madura¡±. El presidente del Gobierno, Pedro S¨¢nchez, se asom¨® poco despu¨¦s a las redes sociales para saludar la nueva ¡°conquista social¡±.
No es muy frecuente ver a In¨¦s Arrimadas y a ??igo Errej¨®n defendiendo juntos los valores liberales. Ni al regionalismo c¨¢ntabro votar al lado de los independentistas y anticapitalistas de la CUP. Y a todos empleando argumentos no muy diferentes. Para Ciudadanos, la eutanasia supone una de esas banderas que le permiten marcar distancias con la derecha, y de ah¨ª que su l¨ªder subiese personalmente a la tribuna para defender la ley y proclamar ¡°Es uno de esos d¨ªas en que es un honor ser diputado¡±. ¡°Somos liberales, defendemos la libertad¡±, dijo la l¨ªder de Ciudadanos.
Los distintos portavoces fueron compartiendo los argumentos en defensa de la ley. No supone una despenalizaci¨®n de la ayuda al suicidio, insistieron, sino un derecho para enfermos en situaciones irreversibles. La norma es ¡°garantista¡±, la palabra m¨¢s repetida, porque, entre otras cosas, obliga al paciente a ratificar en cuatro ocasiones, bajo supervisi¨®n m¨¦dica, su voluntad de morir. Permite la objeci¨®n de conciencia de los sanitarios. Y, sobre todo, reiteraron, no quita ning¨²n derecho, solo reconoce que ¡°nadie puede obligar a otra persona a prolongar su vida con sufrimiento¡±, en palabras de Carcedo. ¡°Hay que legislar m¨¢s all¨¢ del c¨®digo ¨¦tico de cada uno¡±, abund¨® Joseba Aguirretxea, del PNV.
El PP baja el tono
La ley hab¨ªa salido la semana pasada de la comisi¨®n que la elabor¨® en medio de los peores calificativos de la derecha, que acusaba al Gobierno de abrir la puerta a la ¡°eliminaci¨®n de los m¨¢s vulnerables¡±. Esta vez, el PP rebaj¨® notablemente su discurso. El diputado Jos¨¦ Ignacio Ech¨¢niz se centr¨® en defender la alternativa de una ley de cuidados paliativos y en subrayar la oposici¨®n de la c¨²pula de los colegios m¨¦dicos, de sociedades cient¨ªficas y de ¡°todas las confesiones religiosas¡±. Ech¨¢niz critic¨® que no se hubiesen escuchado esas voces antes de abordar una reforma ¡°atropellada y chapucera¡±.
Vox permaneci¨® fiel a su narrativa apocal¨ªptica. La ley supone instaurar una ¡°industria de la muerte¡±, dijo la diputada Lourdes M¨¦ndez Monasterio, que lament¨® adem¨¢s que se apruebe ¡°cuando el mundo va a celebrar el nacimiento de Jes¨²s¡±. Pero quien de verdad puso en pie a los diputados de toda la derecha fue el portavoz de UPN, Carlos Garc¨ªa Adanero, que lo ilustr¨® as¨ª: ¡°Esto es como el suicida que est¨¢ en el alero, Se le puede mandar la polic¨ªa y los psic¨®logos o empujarlo. Ustedes lo van a empujar¡±
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