La bilateralidad de la Generalitat
A pesar de la gesticulaci¨®n independentista, la relaci¨®n entre el Govern y La Moncloa la pilotan hoy dos pragm¨¢ticos que permiten que la estrategia de p¨¢jaro en mano de Jordi Pujol tenga recorrido
En la ¨²ltima semana, la Generalitat de Catalu?a ha dejado claro que no tiene intenci¨®n de mantener con el Gobierno de Espa?a otra relaci¨®n que no sea de t¨² a t¨². Este lunes se celebr¨® la comisi¨®n bilateral para tratar una cincuentena de traspasos estatutarios pendientes y otras transferencias que el Gobierno catal¨¢n est¨¢ dispuesto a asumir. El viernes, Pere Aragon¨¨s declin¨® acudir a la Conferencia de Presidentes auton¨®micos en Salamanca. Con el patio trasero del independentismo desorientado y focalizado en los m¨²ltiples frentes judiciales, el president no quiso fotografiarse como uno m¨¢s y, todav¨ªa menos, junto al Rey.
El mi¨¦rcoles pasado, en cambio, el consejero de Econom¨ªa y Hacienda s¨ª particip¨® en la reuni¨®n del Consejo de Pol¨ªtica Fiscal y Financiera para informarse en persona del objetivo de d¨¦ficit para las comunidades y aclarar dudas sobre los presupuestos de la Generalitat para el 2022. La asistencia de Jaume Gir¨® se insinu¨® como una excepci¨®n al bilateralismo porque hace a?os que los titulares del ramo no acuden a los encuentros y designan representantes de segundo nivel como cr¨ªtica al nulo margen de decisi¨®n de las comunidades en este foro.
Gir¨® dirige su departamento a propuesta de Junts, pero tiene una buena relaci¨®n con distintos dirigentes de ERC. Su participaci¨®n en la reuni¨®n no es ninguna enmienda al bilateralismo. Como se?al¨® Patr¨ªcia Plaja, la portavoz del Ejecutivo, ¡°el consejero no asistir¨¢, se conectar¨¢, es un encuentro virtual¡±. En este caso lo relevante era que no hubiese fotograf¨ªa de grupo. Lo mismo ocurr¨ªa cuando el presidente Torra participaba en las reuniones virtuales junto a los dem¨¢s presidentes auton¨®micos en pandemia. De haber imagen, su figura frente a una pantalla no dilu¨ªa visualmente la representaci¨®n de Catalu?a.
Dos ejes explican el actual bilateralismo del Gobierno Aragon¨¨s. El primero es que, en su cosmogon¨ªa, el grueso del catalanismo tiene asumido desde principios de siglo XX que el presidente del Gobierno de Catalu?a no es tan solo el jefe de un Ejecutivo, sino un cuasi jefe de Estado. Francesc Maci¨¤ mantuvo esta ficci¨®n por la inexistencia de otras autonom¨ªas en los primeros a?os treinta. Las circunstancias especiales de la Guerra Civil tambi¨¦n se lo permitieron a Llu¨ªs Companys.
Josep Tarradellas, debido a la excepcionalidad de su retorno, y por convicci¨®n enviaba a sus consejeros a los foros con las entidades preauton¨®micas o excusaba la asistencia por quehaceres inaplazables. En un cambio de rasante, Jordi Pujol combin¨® el bilateralismo con el multilateralismo porque sus holgados resultados electorales le permit¨ªan marcar tempo y circunstancias. Aragon¨¨s bebe de esta tradici¨®n y est¨¢ ligado a ella. No es que ante una cita concreta no pueda considerar la conveniencia de acudir, sino que su ideolog¨ªa le frena.
El segundo eje es la necesidad de ERC de marcar perfil para distanciarse del autonomismo. Esquerra fue durante tres d¨¦cadas el adalid de la cr¨ªtica a la estrategia de peix al cove (p¨¢jaro en mano) pujolista. Lo que trata de conseguir ahora mediante la comisi¨®n bilateral es lo mismo que hacia el presidente Pujol anta?o por otros cauces. Para esquivar la cr¨ªtica de Junts, Esquerra ha puesto en circulaci¨®n el lema de la ¡°Generalitat republicana¡± reforzado por el bilateralismo. Con ello pretender significar que mientras Pujol constru¨ªa una autonom¨ªa ¡ªy, por tanto, la pr¨¢ctica se pod¨ªa denostar¡ª, hoy ERC construye un Estado. En realidad, la relaci¨®n entre gobiernos catal¨¢n y espa?ol siempre acaba en el peix al cove porque el actual sistema auton¨®mico no permite otra cosa.
Durante la semana se ha criticado a Aragon¨¨s por no acudir a la Conferencia de Presidentes, aunque fuere a cambio de alguna prebenda siguiendo la praxis del lehendakari I?igo Urkullu. Sin embargo, la situaci¨®n es distinta. Mientras que el Concierto Econ¨®mico y el menor peso relativo de Euskadi en Espa?a permite al PNV actuar sin pausa, pero sin prisa, la pertenencia de Catalu?a al r¨¦gimen com¨²n y su dimensi¨®n, lo dificulta.
Los jeltzales, por otra parte, han asumido tres preceptos que diferencian hoy ambos territorios. En primer lugar, que con la configuraci¨®n actual de la Uni¨®n Europea y las fuertes corrientes de la econom¨ªa mundial una Euskadi independiente quedar¨ªa con facilidad a la intemperie y a merced de centros de poder m¨¢s alejados que Madrid. Por tanto, ser un cuasi Estado en Espa?a puede incluso ser m¨¢s beneficioso que uno peque?o al margen.
En segundo lugar, que cuando se resquebraja la cohesi¨®n interna de una sociedad m¨¢s all¨¢ de un marco convivencial donde la discrepancia debe de ser lo habitual, hallar la cola milagrosa para volverla a unir es muy dif¨ªcil. De ah¨ª la precauci¨®n con la reforma del Estatuto de Gernika. Y, en tercer lugar, que la escisi¨®n interna de un partido ¡ªcomo la que vivi¨® el PNV y de la que result¨® Eusko Alkartasuna¡ª es muy traum¨¢tica porque son las relaciones personales, m¨¢s que las disputas te¨®ricas, aquello que cuesta de recomponer.
El independentismo catal¨¢n, por el contrario, todav¨ªa da vueltas a estos tres preceptos: conf¨ªa en que Catalu?a ser¨¢ acogida por la Uni¨®n con los brazos abiertos; acepta tensiones, pero niega un desgaste convivencial en el seno de la sociedad catalana; y asume el riesgo de las escisiones internas porque hasta el momento el da?o electoral sufrido por este motivo ha sido relativamente bajo.
As¨ª las cosas, en el pr¨®ximo a?o y medio ¡ªhasta las municipales y la moci¨®n de confianza de la CUP a Aragon¨¨s¡ª, la estrategia del peix al cove remasterizado podr¨ªa tener cierto recorrido. Se ha publicado que en el Consejo de Ministros en que se aprobaron los indultos a los presos del proc¨¦s, el presidente del Gobierno de Espa?a argument¨® la medida apoy¨¢ndose en la conllevancia de Jos¨¦ Ortega y Gasset, m¨¢s que en la esperanza de Manuel Aza?a de una resoluci¨®n duradera de la cuesti¨®n catalana en el conocido debate sobre el Estatuto de 1932. La conllevancia de Pedro S¨¢nchez no implica en lo inmediato grandes teorizaciones pol¨ªticas sino, en esencia, soltar carrete competencial dentro del marco estatutario.
En este esquema a la vez pujolista y orteguiano, Jaume Gir¨® puede tener su papel y ser m¨¢s apoyo de Aragon¨¨s que opositor interno como pudiesen esperar los sectores m¨¢s estridentes de Junts. Tiene contactos en esferas que el presidente desconoce y experiencia para saber hasta d¨®nde pueden llegar sus interlocutores. Por otra parte, puede dedicarse a su negociado sin tener que marcar perfil de partido porque no milita. Incluso la valoraci¨®n positiva que hizo del resultado del Consejo de Pol¨ªtica Fiscal y Financiera sorprendi¨® a m¨¢s de uno, puesto que para los representantes de Junts el Gobierno PSOE-Podemos todo lo hace mal.
El domingo, el consejero Gir¨® declar¨® al diario Ara que estar¨ªa ¡°en todas las mesas donde pueda intentar recuperar una parte del dinero que nos corresponde¡±. Habr¨¢ que ver en qu¨¦ medida las presiones se lo permitir¨¢n en foros que no sean virtuales. A la vuelta de las vacaciones Catalu?a vivir¨¢ de nuevo una semana de jubileo nost¨¢lgico con las acciones de recuerdo del 1-O que se preparan para el 11 de setiembre para festejar lo que pudo haber sido y no fue. Despu¨¦s, la reanudaci¨®n de la mesa de di¨¢logo para afrontar el problema pol¨ªtico de fondo entre gobiernos dar¨¢ pistas para saber qu¨¦ podr¨¢ dar de s¨ª la bilateralidad de la Generalitat que hoy pilotan dos figuras de orden.
Joan Esculies es historiador y periodista.
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