Salvar el mar para salvarnos nosotros
Los lectores opinan sobre medio ambiente, las pensiones, la tr¨¢gica situaci¨®n de Afganist¨¢n y sobre el uso de la bicicleta en la ciudad
No solo necesitamos leyes centradas en la protecci¨®n del medio ambiente, tambi¨¦n necesitamos cambiar nuestra mentalidad. Entendemos que es nuestro s¨²bdito, y no nos hemos dado cuenta de que sin el medio ambiente no existir¨ªamos. Dependemos de ¨¦l. Esta concepci¨®n ecoc¨¦ntrica no est¨¢ instalada en Espa?a, quiz¨¢ tampoco en Europa, aunque s¨ª en Latinoam¨¦rica, particularmente merced a los pueblos ind¨ªgenas. Su relaci¨®n con Gaia es de t¨² a t¨². La ley de la Madre Tierra de Bolivia es un ejemplo a seguir. Hace varios siglos no todos los seres humanos ten¨ªan reconocidos derechos. Hace un siglo el ser humano era considerado una cosa para el derecho internacional. Todo esto cambi¨® para salvarnos y protegernos de nosotros mismos. Si el siglo XX fue el siglo del reconocimiento universal de los derechos humanos, el siglo XXI debe ser el de los derechos de la naturaleza.
Carlos Gil Gand¨ªa. Murcia
Pensiones p¨²blicas dignas para vivir
Pactar el futuro de las pensiones entre todas las partes afectadas para garantizar la viabilidad intergeneracional es un acierto. Es esencial que las pensiones sigan siendo p¨²blicas para que nadie intente, a trav¨¦s de distorsionar la realidad laboral y social, hacer negocio con las cotizaciones a la Seguridad Social. No se puede permitir que se empleen argumentos falsos para privatizar el sistema p¨²blico de pensiones. El Gobierno tiene claro que a trav¨¦s del di¨¢logo se alcanzan los mejores acuerdos, y esa disposici¨®n para hablar y acordar la financiaci¨®n presente y futura de las pensiones es muy positiva. El primer paso ha sido muy importante: garantizar el poder adquisitivo de nuestros mayores al aprobar la subida en base al IPC positivo.
Victorio Mart¨ªnez Armero. M¨®stoles (Madrid)
No parar ah¨ª
Los ¨²ltimos flashes de im¨¢genes y audios referentes a la evacuaci¨®n de Kabul nos permiten ver, y sobre todo o¨ªr, las desgarradoras voces de una frase repetida hasta la saciedad: ?Espa?a, vamos, vamos! Pero no podemos eludir el triste sino que espera a quienes se han visto obligados a permanecer all¨ª. Con la evacuaci¨®n se ha cumplido con gran parte de lo b¨¢sico, es decir, repatriar a los funcionarios, colaboradores y sus familias, pero ?y lo que queda por hacer? Una vez m¨¢s, ?miraremos para otro lado?
Javier Solano Rodr¨ªguez. Guadalajara
No es pa¨ªs para bicicletas
Llevo a?os y decenas de miles de kil¨®metros pedaleando. S¨¦ que cada vez que uso la bici en la ciudad sube el nivel de riesgo: contaminaci¨®n, conductores crispados, veh¨ªculos que pasan rozando y carriles bici, si los hay, poco seguros. Admito que desde que comenc¨¦ hace lustros las cosas han mejorado notablemente, aunque siguen existiendo demasiadas trabas al ciclismo. Por salud, las autoridades deber¨ªan proyectar ciudades menos ruidosas y contaminadas. Por todo el mundo se aborda la emergencia clim¨¢tica proponiendo ciudades libres de coches. Esta esperanzadora pol¨ªtica transformar¨¢ las metr¨®polis en entornos saludables. Contaminaci¨®n y ruido matan, y causan serio quebranto a las arcas p¨²blicas. Por el contrario, ejercicio, aire limpio y poco ruido benefician la salud y el medio ambiente.
Miguel Fern¨¢ndez-Palacios. Madrid
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