Invertida
El tuit de Macarena Olona es irrespetuoso, odioso, inculto, falso. Pero da cuenta de una atm¨®sfera en que libertad de expresi¨®n se confunde con libertad de mentir
Desde que soy columnista ni de raza ni de rezo cuento con gargantas profundas que me dan informaci¨®n atenuando mi estrechez autobiogr¨¢fica de miras. Una de ellas me manda un tuit de Macarena Olona: ¡°Hoy, en Espa?a, la bandera por la que morir¨ªa asesinada #MarianaPineda ser¨ªa la espa?ola. Hoy, en Espa?a, Federico Garc¨ªa Lorca votar¨ªa a @vox_es. Su memoria es apol¨ªtica. No la ensuci¨¦is¡±. Olona act¨²a como urraca que rellena su nido con objetos brillantes que no le pertenecen; tergiversa la historia; perpetra una inversi¨®n ret¨®rica que insin¨²a que lo blanco es negro; vende la moto de que la cultura carece de ideolog¨ªa, pero se huele que algo cuenta en la construcci¨®n de lo real y aspira a apropi¨¢rsela o a quemarla si se resiste o a zombificarla a su antojo despu¨¦s de haberla quemado: qu¨¦ Lorca monstruoso nos lleva a imaginar Olona, c¨®mo lo desfigura¡ Ignora que el arte siempre habla desde alg¨²n lugar y ciertas formas particulares del arte, como los poemas de Federico, conforman una visi¨®n del mundo antag¨®nica al ideario de Vox. En Vox est¨¢ Pem¨¢n: ¡°Viva Espa?a, alzad los brazos hijos¡¡±. Era una letra tan mala para el himno que Marta S¨¢nchez tuvo que intervenir. Lorca escribi¨® Poeta en Nueva York, La casa de Bernarda Alba y Sonetos del amor oscuro. Denunci¨® la brutalidad del poder y sus tab¨²es. Sinti¨® el dolor de mujeres reprimidas, etnias explotadas, hombres que no pueden amar libremente a otros hombres. Trat¨® de alfabetizar y culturizar a un pueblo dejado de la mano de Dios por quienes rezaban novenas, acumulaban capitales, y rechazaban igualdad, divorcio y reforma agraria.
Si la se?ora Olona hubiese le¨ªdo a Lorca, no ser¨ªa de Vox: esa es la hip¨®tesis fant¨¢stica correcta que aquilata la cultura. La se?ora Olona no lee, o no sabe leer. Y, desde la hip¨®tesis deformante, miente con desfachatez ofensiva en una sociedad en la que ya casi no podemos decir que hay personas privilegiadas que no saben leer porque ni les da la gana ni les conviene, o leen mal porque necesitan invertir memoria y realidad, e incendian mientras remachan, con poca verg¨¹enza, que quienes odian son los dem¨¢s. El tuit de Olona es irrespetuoso, odioso, inculto, falso. Pero da cuenta de una atm¨®sfera en que libertad de expresi¨®n se confunde con libertad de mentir siempre y cuando la mentira beneficie a los partidos que salvar¨¢n Espa?a de: fracturas, menas, mujeres que denuncian falsamente a sus asesinos, familiares memoriosos de v¨ªctimas del franquismo. Lorca revictimizado por culpa de la ultraderecha que hoy pronuncia ¡°as¨¦pticamente¡± su nombre. A Lorca lo mataron por maric¨®n y rojo. A Lorca lo mat¨® el mismo odio y la misma incultura, la misma violencia encubierta de esp¨ªritu de salvaci¨®n, que exhibe Olona. En sus hip¨®tesis fant¨¢sticas Caperucita se comi¨® al lobo. A veces la fantas¨ªa es reaccionaria y la belleza no suele ser neutral. Olona rapi?a lo que su tradici¨®n destruy¨®; su ¡°cultura apol¨ªtica¡± fueron los sonetos a la rosa que, como denunci¨® ?ngela Figuera en Belleza cruel, representan una cultura asertiva con un r¨¦gimen asesino. Hoy me trasladan un tuit de Rita Maestre: ¡°Mill¨¢n Astray vuelve al callejero de Madrid y Justa Freire se va¡±. Deber¨ªamos preguntarnos hasta qu¨¦ punto se puede seguir tragando sin insultar la memoria de quienes lucharon por las libertades y sin perder la esperanza en la utop¨ªa democr¨¢tica. Con Mariana Pineda los jueces tampoco tuvieron raz¨®n.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.