Una democracia de las adversidades

No bastan los sondeos de opini¨®n, las estad¨ªsticas o las grandes teor¨ªas para descifrar la caja negra de las expectativas, la indignaci¨®n y los miedos que habitan actualmente entre nosotros. Hay que conocer y tener en cuenta los sufrimientos, las dificultades y los obst¨¢culos que de pronto pueden interrumpir nuestras vidas hasta arruinarlas. De las adversidades que sufrimos surgen las emociones ¡ªel resentimiento, el odio, la indignaci¨®n, la amargura¡ª casi siempre negativas, que condicionan las actitudes y los comportamientos y favorecen con frecuencia el voto a formaciones populistas.

Este es el punto de partida del historiador y soci¨®logo franc¨¦s Pierre Rosanvallon, destacado estudioso de las disfunciones democr¨¢ticas, para comprender las m¨¢s recientes movilizaciones sociales, desde los chalecos amarillos hasta el MeToo, pasando por Black Lives Matter. Su libro Les ¨¦preuves de la vie (Las adversidades de la vida), publicado por Seuil, en el que desarrolla su original aproximaci¨®n a la desafecci¨®n pol¨ªtica, aparece a siete meses de las elecciones presidenciales francesas, en las que se espera un inusual despliegue de la pol¨ªtica de las emociones.

Tres son los tipos de adversidades seg¨²n la clasificaci¨®n de Rosanvallon. El primero es el de las adversidades del individuo y de su integridad, que son las que deshumanizan a hombres y mujeres. El segundo, el del v¨ªnculo social, en el que las adversidades surgen de una jerarqu¨ªa social o de formas de dominaci¨®n colectiva y se concretan en tres patolog¨ªas de la igualdad como son el desprecio, la injusticia y la discriminaci¨®n. Y el tercero, el de las adversidades de la incerteza, que abarcan desde los accidentes de la existencia ¡ªla pobreza, la precariedad, las grandes enfermedades¡ª hasta las pandemias, el cambio clim¨¢tico o los riesgos geopol¨ªticos.

El historiador quiere conocer una materia tan subjetiva sobre unas bases que no se las proporcionan los instrumentos convencionales y objetivos. Desea, adem¨¢s, reapropiarse de un territorio ocupado por los populismos de derechas o de izquierdas, aut¨¦nticos ¡°empresarios de las emociones¡±, que han comprendido el papel de los sentimientos en pol¨ªtica y con ellos han construido sus programas, normalmente destructivos. Lanza as¨ª la dif¨ªcil idea de una democracia que se haga cargo de las adversidades, y permita a ¡°los ciudadanos comprender objetivamente las incertezas¡±, y a los pol¨ªticos, gobernarlas. Puede que sea solo un ensue?o intelectual, pero no habr¨¢ manera de gobernar decente y democr¨¢ticamente en la era de la ansiedad global que estamos inaugurando si no conocemos e intentamos convertir en pol¨ªticas los sentimientos que nos movilizan.