Una batalla imparable
Las mujeres conquistan en M¨¦xico la posibilidad de abortar y dan br¨ªo a una lucha muy dif¨ªcil en Am¨¦rica Latina
La batalla de las mujeres por su libertad est¨¢ plagada de obst¨¢culos y acaba dirimi¨¦ndose muchas veces en los tribunales en muchos pa¨ªses del mundo. Ahora la Suprema Corte de Justicia de M¨¦xico acaba de propiciar un salto hist¨®rico en ese pa¨ªs al declarar inconstitucionales los art¨ªculos del C¨®digo Penal del Estado de Coahuila que castigan con hasta tres a?os de c¨¢rcel la interrupci¨®n voluntaria del embarazo. Es una decisi¨®n tomada por unanimidad lo que, tras la reciente reforma del poder judicial, permite que siente ya jurisprudencia. Eso facilitar¨¢ que la resoluci¨®n pueda ser invocada y tener efectos en todo el pa¨ªs. M¨¦xico no dispone de una legislaci¨®n federal sobre el aborto y solo cuatro de los 32 Estados, contando la ciudad de M¨¦xico, permiten la interrupci¨®n voluntaria del embarazo dentro de unos plazos tasados. El resto se rige por diferentes regulaciones, entre ellas algunas muy restrictivas, que acaban generando una gran inseguridad. Cada a?o se producen cerca de un mill¨®n de abortos clandestinos, con el consiguiente riesgo de persecuci¨®n penal y para la salud de las mujeres, pues un tercio de ellos acaban en complicaciones graves.
El Ejecutivo de L¨®pez Obrador no se declara contrario al aborto, pero no ha abordado la cuesti¨®n que afecta a los derechos y a la libertad de las mujeres. Un Gobierno cuyo ideario, en muchos aspectos, se alinea con postulados progresistas no ha legislado hasta ahora sobre esta materia, una decisi¨®n que ha justificado con el argumento de evitar enfrentamientos. Esa es una trampa en la que caen muchos otros gobiernos no solo en Am¨¦rica Latina, sino tambi¨¦n en el resto del mundo. Teniendo en cuenta que tanto la Iglesia cat¨®lica como otras confesiones evangelistas igualmente intransigentes han convertido la prohibici¨®n del aborto en una estrategia preventiva, renunciar a intervenir en este asunto supone en la pr¨¢ctica reforzar la posici¨®n de las fuerzas retr¨®gradas que utilizan el control del cuerpo de la mujer como dique de contenci¨®n contra todos los cambios sociales.
La lucha de las mujeres por su libertad est¨¢ siendo demasiado lenta y penosa en Am¨¦rica Latina, pero es imparable y sus logros empiezan a ser tangibles. La del aborto es una batalla m¨¢s que simb¨®lica. Tras muchos a?os de lucha, las mujeres lograron un gran triunfo en Argentina con su despenalizaci¨®n en diciembre pasado. Pero apenas un mes despu¨¦s, y para conjurar un avance semejante, el Congreso de Honduras aprob¨® una reforma de la Constituci¨®n que impedir¨¢ que esta pr¨¢ctica pueda ser despenalizada en el futuro. La Asamblea Legislativa de Nicaragua se hab¨ªa adelantado en 2007 con una reforma retr¨®grada que prohib¨ªa el aborto terap¨¦utico hasta entonces vigente. Esos movimientos demuestran que la causa de la libertad avanza, pero que tambi¨¦n puede retroceder, como ha ocurrido en los casos mencionados y tambi¨¦n en el Estado estadounidense de Texas, cuyas mujeres es posible que engrosen a partir de ahora las rutas clandestinas que horadan la frontera entre M¨¦xico y EE UU, pero en este caso en sentido inverso y para poder abortar.
Tener que recurrir a un aborto clandestino en condiciones inseguras y peligrosas no deja de ser una violencia estructural masiva que se suma a las otras violencias que las mujeres sufren, incluidas cifras insoportables de feminicidios.
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