La defensa de Europa
Conseguir una autonom¨ªa estrat¨¦gica que refuerce su sistema de seguridad es el gran desaf¨ªo de la Uni¨®n
Europa ha tomado conciencia de la necesidad de un cambio estrat¨¦gico en relaci¨®n con su defensa. Lejos de ser una cuesti¨®n meramente te¨®rica, empieza a ser una urgencia. A la reconfiguraci¨®n desencadenada por la ca¨ªda de la Uni¨®n Sovi¨¦tica y la posterior irrupci¨®n de China como superpotencia global se le ha sumado el cambio de rumbo de Estados Unidos a la hora de establecer su zona prioritaria de intereses ¡ªque se ha desplazado del Atl¨¢ntico Norte hacia el Pac¨ªfico¡ª. Europa ha sufrido una progresiva p¨¦rdida de relevancia y un aumento de amenazas contra su seguridad.
El alto representante para la Pol¨ªtica Exterior y de Seguridad de la Uni¨®n Europea, Josep Borrell, declar¨® hace un tiempo que Europa necesita ¡°aprender a manejar el lenguaje del poder¡±. El discurso sobre el Estado de la Uni¨®n que Ursula von der Leyen pronunci¨® el 15 de septiembre ante el Parlamento Europeo parece ajustarse a esta l¨®gica al anunciar una Cumbre Europea de la Defensa que tendr¨¢ lugar bajo presidencia francesa de la Uni¨®n (enero a junio de 2022). El impulso pol¨ªtico que le corresponde a la Comisi¨®n Europea resulta firme en palabras de su presidenta, y se convierte en cre¨ªble al vincular su desarrollo a la agenda de la presidencia francesa. Francia es la ¨²nica potencia nuclear de la Uni¨®n. Nada podr¨ªa hacer sin ella en materia de defensa, aunque requerir¨¢ el soporte de un n¨²cleo duro de Estados que frenen las resistencias de los menos entusiastas.
La autonom¨ªa es el verdadero meollo de la cuesti¨®n para que los diferentes mecanismos existentes funcionen con una direcci¨®n estrat¨¦gica que los haga verdaderamente efectivos. Pero para ello necesitan el compromiso pol¨ªtico inequ¨ªvoco de los Estados miembros, y no ser¨¢ f¨¢cil. Josep Borrell subray¨® que cualquier actor que se quiere llamar a s¨ª mismo geopol¨ªtico necesita capacidad militar, aunque sea por su car¨¢cter disuasorio. La UE ni la tiene ni, a d¨ªa de hoy, est¨¢ previsto que la tenga. La reflexi¨®n del alto representante resulta acertada
Si la Uni¨®n Europea aspira a ser m¨¢s influyente en el mundo, y quiere hacerlo de acuerdo a sus principios y valores, necesita ganar autonom¨ªa tanto en el ¨¢mbito de la defensa como en el ¨¢mbito de la tecnolog¨ªa (hoy mismo es patente su dependencia en semiconductores). En definitiva, la salida del Reino Unido de la Uni¨®n, la voluntad de Estados Unidos de concentrarse en otras ¨¢reas del planeta, el creciente liderazgo de potencias agresivas o el fracaso de Afganist¨¢n, con las consecuencias que del mismo se puedan derivar para Europa y para el mundo, evidencian que quiz¨¢ ha llegado el momento de que Europa avance con firme flexibilidad hacia esa vieja aspiraci¨®n que constituye disponer de estructuras propias de una defensa com¨²n. Pero es tambi¨¦n la ocasi¨®n para averiguar en qu¨¦ consiste la defensa en el siglo XXI, sin reproducir mim¨¦ticamente estructuras del pasado.
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