El d¨ªa que no rugieron los helic¨®pteros
Barcelona es desde el mi¨¦rcoles una capital catalana m¨¢s digna, un paisaje m¨¢s habitable, m¨¢s humano, m¨¢s femenino
Los m¨¢s sesudos preguntaban qu¨¦ saldr¨ªa de la mesa de di¨¢logo Gobierno-Govern del mi¨¦rcoles. Los profetas funerarios la daban por muerta en el parto. Los de la ultraderecha y la derecha extrema tildaban la tarea de dialogar, ya de ¡°infamia¡±, ya de ¡°humillaci¨®n¡±. Y los del club de lo obvio, pronosticaban primero y certificaban despu¨¦s que el acuerdo ser¨ªa, o hab¨ªa sido de m¨ªnimos. Menuda tropa.
Todas las respuestas que ignoraban se concentraban en la ic¨®nica cr¨®nica de Camilo Baquero que public¨® este diario. El de la mesa fue el d¨ªa en que los helic¨®pteros ¡ªpoliciales¡ª no rugieron en Barcelona. Algo imperceptible desde Waterloo o el barrio de Salamanca. Pero definitivo, por distinto, y opuesto, a lo que sucedi¨® en la visita oficial del presidente del Gobierno de diciembre de 2018; en estancias del jefe del Estado; en las ya obsoletas jornadas falleras de los ?recuerdan? CDR de Quim Torra...
Los profesionales del esp¨ªritu aguafiestas, el m¨¢s reaccionario, dir¨¢n que todo eso no computa en la Gran Pol¨ªtica. Es al rev¨¦s. Porque es, ya, el avance, inicial y modesto, pero real y pr¨¢ctico ¡ªcon traducci¨®n a la vida cotidiana¡ª, del di¨¢logo. Esta ciudad, Barcelona, es desde el mi¨¦rcoles una capital catalana m¨¢s digna, un paisaje m¨¢s habitable, m¨¢s humano, m¨¢s femenino. Que se haya celebrado solo un pr¨®logo no predetermina ni el tono del ep¨ªlogo, ni los vaivenes del relato, ni si el avance costar¨¢ m¨¢s o menos, ni si ser¨¢ o no reversible. Pero la cultura minera de los inasequibles al desaliento nunca debe minimizarlo.
Hay m¨¢s: 1) Los asistentes se conjuraron a seguir amarrados a la mesa sin prisa, sin pausa, y sin plazos. Esto ¨²ltimo es clave, porque el plazo previo (otra cosa es tras un pacto) suele esconder ultim¨¢tum, y este, amenaza. 2) La autoexclusi¨®n de Junts no es de celebrar per se, sino porque solemniza como falsa la unanimidad secesionista y eleva a oficial lo que era real: lo real es que habr¨¢ un sol poble catal¨¤, pero es falaz que eso se traduzca en una sola opini¨® catalana v¨¢lida. 3) La experiencia indica que la din¨¢mica de interlocuci¨®n/negociaci¨®n suele expandirse y autosostenerse: el riesgo de fracaso solo se atisba tras un resultado cero o la vuelta al poder de los enemigos de la palabra. 4) Esa din¨¢mica es tan arrolladora (y tan catalana: el ¡°pactisme¡±) que hasta Junts deber¨¢ repensar si tiene futuro como partido de los frustrados y atrincherados. Son fuente de cierta potencia electoral. Disputada. Y minoritaria, salvo en caso de colapso letal del sistema. Un escenario que se aleja si los helic¨®pteros no rugen.
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