Rumbo de colisi¨®n
La diplomacia guerrera de Pek¨ªn ya no esconde sus cartas. Traduce la doctrina Monroe al chino: Asia para los asi¨¢ticos
Xi Jinping est¨¢ convencido de que Estados Unidos se halla en decadencia. Joe Biden no tiene dudas acerca de la pretensi¨®n china de convertirse pronto en la superpotencia hegem¨®nica. Pruebas en mano para Pek¨ªn: la presidencia de Trump, la gesti¨®n de la covid, la crisis de la democracia liberal, el Brexit y el Aukus como exponentes de la divisi¨®n entre los aliados y sobre todo la salida catastr¨®fica de Afganist¨¢n. Y para Washington: el golpe de mano antidemocr¨¢tico en Hong Kong, la represi¨®n sobre los uigures, el creciente gasto en defensa, la ocupaci¨®n de arrecifes en aguas territoriales ajenas en el Mar de la China Meridional, las inversiones estrat¨¦gicas de la Nueva Ruta de la Seda o la concentraci¨®n del poder en manos del presidente.
Es la trampa de Tuc¨ªdides, la ecuaci¨®n del polit¨®logo Graham Allison inspirada en la guerra del Peloponeso, que narr¨® el militar e historiador ateniense. ¡°Cuando un poder ascendente amenaza con desplazar al poder en plaza, suenan las alarmas acerca del peligro que se acerca¡±, asegura en el libro Destinados a la guerra: ?Pueden Estados Unidos y China escapar de la trampa de Tuc¨ªdides? Joe Biden y Xi Jinping niegan tanto la ineluctable trampa como la guerra fr¨ªa incipiente, pero ambos siguen imperturbables moviendo las piezas en rumbo de colisi¨®n.
La novedad actual no son tanto los jugadores como el tablero en el que se juega la partida. Las tres anteriores del siglo XX, las dos cruentas guerras mundiales y la posterior guerra fr¨ªa, se jugaron en Europa: en las tres sali¨® vencedor definitivo el poder ascendente, Estados Unidos. Esta del siglo XXI se juega en Asia y hay un nuevo aspirante, asentado en el centro del tablero. Si antes todo giraba en el control territorial de Euroasia, seg¨²n la ecuaci¨®n del cl¨¢sico de la geopol¨ªtica Halford McKinder (quien controla el coraz¨®n territorial controla el mundo), ahora el eje del mundo global hipercomunicado es mar¨ªtimo y se halla en los mares circundantes de China.
La diplomacia guerrera de Pek¨ªn ya no esconde sus cartas. Quiere que Estados Unidos y los europeos se vayan, que abandonen el Pac¨ªfico occidental y dejen solos a sus aliados. Traduce la doctrina Monroe al chino: Asia para los asi¨¢ticos. Taiw¨¢n, el equivalente del Berl¨ªn dividido durante la guerra fr¨ªa, debe caer como fruta madura, tal como aconsejan los cl¨¢sicos de la guerra, que alcanza la excelencia cuando se gana sin disparar ni un solo tiro.
Se entiende el fuera de juego de los europeos y que solo Francia, con su fuerza nuclear y su presencia territorial en la regi¨®n Indo-Pac¨ªfico, pretenda apostar todav¨ªa en esta nueva timba del poder global en la que se juega el modelo de sociedad entre la dif¨ªcil democracia y la eficiencia de los reg¨ªmenes de partido ¨²nico.
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