Contraprogramaci¨®n auton¨®mica
Toda oposici¨®n inteligente no puede apoyarse exclusivamente en la mera negaci¨®n; debe ofrecer tambi¨¦n una alternativa, proporcionar alg¨²n elemento constructivo
Si existiera algo as¨ª como un m¨¢ster para pol¨ªticos, la asignatura m¨¢s dif¨ªcil ser¨ªa la de C¨®mo ejercer una oposici¨®n eficaz. Primero, porque hay muchos estudios de caso, pero poca teor¨ªa general; segundo, porque, por eso mismo, es muy dif¨ªcil aplicarla; y, en fin, porque, como casi todo en pol¨ªtica, no hay forma de llegar a conclusiones definitivas, a leyes generales que permitan orientarse a quienes se ven en esa triste tesitura. Por eso mismo sorprende cada vez m¨¢s el aplomo con el que el PP se ha enrocado en lo que en ese curso imaginario aparece bajo el ep¨ªgrafe del paradigma del no es no. No ya porque se bautizara a partir de su inspirador, Pedro S¨¢nchez, su enemigo reconocido, sino porque ignora una de las pocas ense?anzas que cabe obtener de toda esa ristra de estudios de caso; a saber, que toda oposici¨®n inteligente no puede apoyarse exclusivamente en la mera negaci¨®n de cuanto hace el Gobierno; debe ofrecer tambi¨¦n una alternativa, proporcionar alg¨²n elemento constructivo. Algo en la l¨ªnea de ¡°estoy en contra de esto porque pienso que es mejor esto otro¡±.
Por el contrario, hasta ahora todo lo que ha propuesto la oposici¨®n ha sido algo parecido a ¡°estoy en contra de cualquier medida que altere el statu quo¡±. Si se busca cambiar la educaci¨®n, cuando nosotros lleguemos al Gobierno volver¨¢ donde estaba; si se busca resolver la cuesti¨®n catalana, la retrotraeremos donde la dej¨® Rajoy; y as¨ª con todo: eutanasia, pol¨ªticas de g¨¦nero, vivienda, etc¨¦tera. Parecen no haber ca¨ªdo en la cuenta de que si la gente hubiera querido que todo siguiera igual les habr¨ªan dado la mayor¨ªa. Resulta, sin embargo, que en las ¨²ltimas elecciones generales han elegido mayoritariamente a partidos que apostaban por el cambio. ?Cu¨¢les son las transformaciones que ustedes proponen?
Todo esto viene a cuenta de las medidas sobre vivienda presentadas por el Gobierno, que han sido recibidas con una destemplada reacci¨®n por parte de los representantes del PP. Por las muchas atribuciones que se reservan en esta materia a las comunidades aut¨®nomas y ayuntamientos, les ha faltado tiempo para decir que all¨ª donde est¨¢n al frente de estas unidades de poder territorial no aplicar¨¢n ninguna de las disposiciones de la ley. Como si con eso desaparecieran los problemas de los j¨®venes ¡ªy los no tan j¨®venes¡ª a la hora de buscar piso. ?Cu¨¢l es su alternativa, que todo siga como estaba?
No parecen haber ca¨ªdo en la cuenta, adem¨¢s, del peligro asociado a enfrentar pol¨ªticas nacionales a pol¨ªticas territoriales. Hasta ahora se les llenaba la boca despotricando en contra de Catalu?a o Euskadi por buscar sus propias regulaciones. Ahora les parece natural que Madrid y otros lugares hagan lo propio. ?C¨®mo encaja esto con su visi¨®n de Espa?a? Si est¨¢n a favor de un federalismo negativo, aquel caracterizado por acentuar las disensiones con el centro, d¨ªganlo abiertamente. Est¨¢n en su derecho de discrepar con dichas medidas, siempre discutibles, pero sepan que se encontrar¨¢n con la misma medicina cuando les toque gobernar. Peor lo tienen los inversores, que a partir de ahora tendr¨¢n que ponderar siempre el posible color pol¨ªtico futuro de cada lugar. Es decir, menor seguridad jur¨ªdica y mayor asimetr¨ªa entre comunidades. Esto se hubiera evitado con un pacto de Estado de m¨ªnimos, pero ya sabemos que eso es tab¨² en la pol¨ªtica espa?ola. Y es lo m¨¢s parecido a privarse de cualquier visi¨®n de futuro.
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