Viejas demandas para un tiempo nuevo
Los lectores reciben promesas, pero no ven satisfechas antiguas exigencias
Salvaguardar los derechos de los lectores ¡°constituye la raz¨®n ¨²ltima del trabajo profesional¡± en EL PA?S, que promete una informaci¨®n ¡°veraz, lo m¨¢s completa posible, interesante, actual y de alta calidad¡±. Todo cambio profundo en el peri¨®dico es una oportunidad para recordar esos principios incluidos en el Libro de estilo. As¨ª se ha hecho estos d¨ªas a ra¨ªz del relevo en la direcci¨®n del diario y el redise?o de la web. Los lectores han aplaudido esos mensajes, pero tambi¨¦n han exigido m¨¢s participaci¨®n y de mejor calidad, as¨ª como soluciones a viejas demandas desatendidas.
La directora, Pepa Bueno, defendi¨® esos principios en un art¨ªculo el pasado domingo para resaltar que, en este peri¨®dico que busca ¡°la excelencia formal¡± de sus contenidos, ¡°las noticias se basan y se basar¨¢n siempre en hechos comprobados¡±. Y tambi¨¦n destac¨® el creciente protagonismo de los lectores: ¡°Un peri¨®dico son sus lectores y hoy nos demandan una relaci¨®n m¨¢s horizontal, directa y propositiva. Tenemos que escucharles¡±.
M¨¢s de un centenar de lectores han valorado esa ¡°carta de intenciones¡±, como la han calificado, ese ¡°compromiso con un periodismo serio y de calidad¡±, ¡°compromiso con la verdad¡±.
El director adjunto Borja Echevarr¨ªa se?al¨® en otro art¨ªculo que ¡°la calidad es innegociable¡± y que, desde su inicial planificaci¨®n hace un a?o, qued¨® claro que ¡°el eje sobre el que deb¨ªa girar todo el redise?o era el lector¡±.
Aunque los parabienes han superado ampliamente a las cr¨ªticas, los lectores han reaccionado ante esos mensajes para se?alar tambi¨¦n carencias que, en algunos casos, reclaman sin ¨¦xito hace tiempo. Una muy l¨®gica es que EL PA?S les responda cuando le escriben. Continuamente protestan porque sus mensajes a los correos de las secciones no tienen contestaci¨®n y ni siquiera acuse de recibo.
Igualmente l¨®gica es la exigencia de que el peri¨®dico cumpla sus propias normas y obligue a identificarse con nombre y apellido (primera regla) a quien participa en la zona de comentarios en la web reservada a suscriptores. Esta vez lo exigen, entre otros, Jos¨¦ Mu?oz Pineda, Francisco Vida o Jes¨²s Sarmiento, pero antes lo reclamaron muchos m¨¢s porque el anonimato, argumentan, degrada el debate.
No menos antigua es la petici¨®n que ahora repite Jos¨¦ ?ngel Mu?oz Moreno: ¡°Dejen de utilizar el t¨¦rmino newsletter y pasen a llamarlo bolet¨ªn o bolet¨ªn digital; EL PA?S tiene que ser ejemplo de respeto a nuestro idioma¡±. Y Juanjo Orcasitas: ¡°?De verdad gente que se gana la vida con el lenguaje en una organizaci¨®n que publica un Libro de estilo de reconocido prestigio no ha sido capaz de buscar una expresi¨®n an¨¢loga a Newsletter en castellano?¡±. S¨ª, lo han hecho: ese libro aconseja el t¨¦rmino ¡°bolet¨ªn¡±.
En otra reivindicaci¨®n hist¨®rica, Joan Colom, Luis Castro o Carlos Ortigosa han insistido en que el peri¨®dico abra a comentarios todos sus textos en la web. Su protesta ha dado frutos: desde este domingo, 10 de octubre, est¨¢n abiertas las columnas de opini¨®n que a¨²n no estaban.
Tambi¨¦n es repetida la queja sobre el mal funcionamiento del buscador. Ahora la transmite Agust¨ªn Llanos: ¡°Es m¨¢s sencillo buscar [una noticia del diario] en Google que a trav¨¦s del peri¨®dico; en el redise?o no han tenido en cuenta nuestras protestas sobre su deficiente y escondido buscador¡±, dice Llanos. En efecto, ese buscador no est¨¢ en la portada ¡ªlos grandes medios s¨ª lo tienen¡ª, y Borja Echevarr¨ªa cree que ah¨ª estar¨¢, pero ¡°cuando tengamos uno bueno¡±, precisa.
Otros lectores como Francesc Ferrandis o Rafael L¨®pez consideran que el peri¨®dico debiera ser m¨¢s estricto a la hora de evitar publicidad ¡°agresiva¡± o ¡°invasiva¡±, como im¨¢genes en movimiento que perturban la lectura. ¡°Parte del redise?o¡±, explica Echevarr¨ªa, ¡°busca poner en valor la calidad de la publicidad y tendremos que mejorar ese aspecto¡±.
Hay otra demanda ¡ª?por qu¨¦ no incluirla aqu¨ª?¡ª tan recurrente como inusitada en un peri¨®dico que potencia el nexo con los lectores. Tres de ellos ¡ªJuan Mar¨ªa S¨¢nchez, Iv¨¢n Casado y, de nuevo, Colom¡ª lamentan que es casi imposible encontrar la forma de enviar quejas al Defensor del Lector. Con el nuevo dise?o, incluso ha desaparecido el enlace al canal El Defensor del Lector contesta, donde se responde a los lectores los 365 d¨ªas del a?o. ¡°He tenido que buscar en Google c¨®mo dirigirme a usted; me parece una incongruencia si el peri¨®dico intenta que los lectores seamos el centro de su inter¨¦s¡±, lamenta Juan Mar¨ªa S¨¢nchez.
Un lector, Javier Mu?oz ?lvarez, ha escrito para lo contrario. Hace a?o y medio se quej¨® de que faltaba ¡°m¨¢s periodismo de investigaci¨®n, m¨¢s exclusivas¡±. El lunes pasado consider¨® justo transmitir al peri¨®dico su enhorabuena al leer las informaciones sobre los Papeles de Pandora.
¡°En un oc¨¦ano de oscuridad¡ EL PA?S¡±, conclu¨ªa Mu?oz ?lvarez reproduciendo las palabras de la vi?eta de El Roto de hace una semana. Los lectores merecen que el peri¨®dico les despeje algunas sombras como las citadas. Ganaremos todos.
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