Pobreza vitalicia
Los lectores opinan sobre la desigualdad social, el IVA de los productos de higiene femenina, la expresi¨®n de sentimientos a trav¨¦s de la escritura, la descentralizaci¨®n de instituciones y sobre la solidaridad
Todos hemos o¨ªdo alguna vez la palabra vitalicia unida a pensi¨®n, sueldos... y a muchos t¨ªtulos nobiliarios (que yo todav¨ªa estoy por saber para qu¨¦ sirven), pero nunca se hab¨ªa visto unida a la palabra pobreza: pobreza vitalicia. Se refiere a esas gentes que viven en la miseria, que han heredado de sus antepasados y que dejar¨¢n a sus sucesores, pues debido a la falta de trabajo, oportunidades y a su precaria situaci¨®n social, se encuentran en un agujero negro de miseria y desesperaci¨®n, del que sin la ayuda necesaria son incapaces de salir por mucho que quieran, limit¨¢ndose a malvivir d¨ªa a d¨ªa. Imagin¨¦monos por un momento que estamos sin trabajo, sin amigos influyentes, viviendo en un barrio marginal, y que, solo por el hecho de salir de ¨¦l, te miran mal, como a un bicho raro que viene a molestar, y al que se rechaza totalmente. Est¨¢ claro que lo que a esta gente le falta, le sobra a mucha otra, que no duda en esconder a estos pobres, si es necesario, para que no le moleste ni a la vista ni a su conciencia.
Manu Ballesteros. Bilbao
Cara higiene femenina
Soy una adolescente que, una vez m¨¢s, tiene la menstruaci¨®n. Estoy consternada por el dineral que una se tiene que gastar por este motivo y por eso propongo que se reduzca el IVA que actualmente se paga al comprar los productos de higiene femenina, que son imprescindibles. Porque ser mujer no deber¨ªa ser caro.
Elisa Wang. Alcorc¨®n (Madrid)
Escribir como forma de respirar
No s¨¦ ni quiero saber qu¨¦ significa ser escritor. Solo s¨¦ que escribo, que la gente escribe. Que leemos, que la vida fluye entre palabras. El universo no parece tener sentido, y sobrevivimos a pesar del caos, pero siempre nos quedan las palabras. El orden y la paz que da vencer al tiempo y al espacio, a las barreras invisibles que hay entre todas y cada una de las vidas aqu¨ª presentes. S¨¦ que escribimos para vivir y leemos para no morir; que la vida habla todos los idiomas y al expresarnos es cuando vivimos plenamente. Es la ¨²nica diferencia entre pasar por este lugar como una mota de polvo, que se pierde entre la nada, o conectar con la realidad hasta fundirnos con ella. Escribir como forma de respirar.
Iker Vancourt. Moraleja (C¨¢ceres)
A favor de descentralizar sedes
Como ciudadano de la Espa?a vaciada, comparto con el presidente del Gobierno la opini¨®n de que el Estado deber¨ªa desplazar a otras ciudades algunas sedes ministeriales. No es un asunto partidista, sino de sentido de Estado, ¡°rellenar¡± las zonas de Espa?a que se est¨¢n muriendo.
Macario Polo Usaola. Ciudad Real
Crisis de ansiedad
No recuerdo sus caras ni sus nombres. Solo sus voces. Porque la depresi¨®n y la ansiedad te hacen sentir presa en una habitaci¨®n sin puerta ni ventanas. Sin embargo, unas completas desconocidas que pasaban por donde estaba tirada en el suelo en una crisis de ansiedad, abrieron la puerta para arrojar un poco de luz a tanta oscuridad y silenciaron a los demonios que gritaban m¨¢s fuerte que nunca. En agradecimiento a las dos chicas que me asistieron el pasado mi¨¦rcoles en la calle Arapiles de Madrid.
Teresa Rueda Linares. Madrid
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