?Tanto esperar para esto?
?Por qu¨¦ PSOE y PP se sienten impunes, por qu¨¦ piensan que este descarado trapicheo no tendr¨¢ consecuencias pol¨ªticas para ninguno de los dos?
Este es el momento en el que el columnista se rasga las vestiduras y emprende su alegato en contra de la ocupaci¨®n partidista de las instituciones; tambi¨¦n el de clamar porque estas recobren su independencia y vigor para que sean merecedoras de la confianza ciudadana. Denlo por expresado, en este peque?o lugar del peri¨®dico pr¨¢cticamente no ha hecho otra cosa. Adem¨¢s, ya apenas nos sorprende: sabemos bien que la teor¨ªa va por un lado y la pr¨¢ctica por otra. Vayamos a otra cosa. Por ejemplo, si este ha sido el resultado del reparto de cromos ?por qu¨¦ se ha tardado tanto tiempo en llegar a un acuerdo? ?A qu¨¦ obedece tanta dilaci¨®n? ?Hemos tenido que esperar a que estuvieran seguros de que cada cual obten¨ªa lo que ambicionaba? O, ya puestos, ?por qu¨¦ no rematarlo con la designaci¨®n de los vocales del CGPJ?
La respuesta a estas preguntas nos interesa a todos. La que a m¨ª m¨¢s me intriga, sin embargo, es la relativa a por qu¨¦ no les ha dado la m¨¢s m¨ªnima verg¨¹enza. Es m¨¢s, por qu¨¦ llegan a insultar nuestra inteligencia diciendo encima, como ha hecho Casado, que este acuerdo supone ¡°avanzar en la despolitizaci¨®n de las instituciones¡±. O sea, que colocar a sus hooligans en el Tribunal Constitucional tiene ese efecto. La verdad es que es sorprendente y da ganas de partirse de risa (por no llorar). Bola?os ha sido al menos m¨¢s comedido, limit¨¢ndose a valorar la existencia del acuerdo como un bien en s¨ª; el que el resultado nos haya dejado insatisfechos pasa a ser un mal menor, casi un accidente. Otra forma de tomarnos como menores de edad.
Formular¨¦ la cuesti¨®n de otra manera, ?por qu¨¦ se sienten impunes, por qu¨¦ piensan que este descarado trapicheo no tendr¨¢ consecuencias pol¨ªticas para ninguno de los dos grandes partidos? Y solo se me ocurre una respuesta: por la polarizaci¨®n. Porque cada uno de ellos sabe que por muchas m¨¢culas que se observen en los propios nunca llegan a compensar la animadversi¨®n que se siente hacia el adversario, hacia los otros. La inquina mutua es tal, que cualquier racionalizaci¨®n de parte es deglutida sin el m¨¢s m¨ªnimo grano de sal por cada grupo-nosotros. El cinismo ¨ªnsito en la anterior frase de Casado, por ejemplo, se disuelve detr¨¢s de consideraciones como que los ¡°muy nuestros¡± son los que de verdad defienden las instituciones (nuevas risotadas enlatadas). En fin, para muestra un bot¨®n: Estados Unidos, donde la polarizaci¨®n partidista est¨¢ poniendo en jaque a todas las instituciones. Aunque all¨ª el gran responsable es el Partido Republicano.
Queda un fleco por resolver. ?Acaso no temen que se les vayan a ir votos a los compa?eros de bloque? Es algo que puede ocurrir, desde luego, pero creo que no entra en sus c¨¢lculos. Es muy posible que lo que ha posibilitado el acuerdo, adem¨¢s de por el espect¨¢culo que est¨¢bamos dando en Europa, tiene que ver precisamente con el inter¨¦s de ambos por presentarse como los ¡°institucionales¡±, una forma de diferenciarse de aquellos. Sin duda lo son comparados con sus compa?eros de viaje bloquista, pero por eso mismo chirr¨ªa el resultado. La Rochefoucauld dec¨ªa que ¡°la hipocres¨ªa es el tributo que el vicio rinde a la virtud¡±, as¨ª que hay que imaginar que saben perfectamente d¨®nde est¨¢ la acci¨®n virtuosa. Lo que no se comprende es por qu¨¦ no la practican. Bueno, s¨ª, lo entendemos bien, demasiado bien.
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