El esp¨ªritu de ETA
El reciente ejercicio de cinismo de Otegi prueba que el esp¨ªritu de la banda terrorista sigue ah¨ª. Su eliminaci¨®n es todav¨ªa una asignatura pendiente
Liliana Segre, superviviente de Auschwitz, acaba de recordarlo: ¡°La justicia nunca es venganza¡±. Pero tampoco admite el olvido. La aspiraci¨®n de justicia se apoya en ¡°el reconocimiento, la verdad y la memoria¡± para evitar que sobrevivan las ideas que impulsaron el terror y la mentalidad de indiferencia que hizo posible su dominio sobre una sociedad.
Las observaciones de la senadora italiana son aplicables al debate sobre el balance de ETA. Desde el PSOE hasta Bildu, pasando por el PNV, prevalece la idea, reflejada en el Memorial de Vitoria, seg¨²n la cual ETA fue una pesadilla tr¨¢gica, surgida en el franquismo, bajo un cielo sereno que ahora es recuperado. La reconciliaci¨®n y el olvido hacen posible la alianza de Pedro S¨¢nchez con el PNV y los herederos del Mal. Otra cosa ser¨ªa ceder al revanchismo de la derecha. El reconocimiento de las v¨ªctimas se detiene ante el rechazo de su eventual exigencia de justicia. No hay que mirar al pasado.
De cara a la historia, eso significa reescribir el fin de ETA, con Zapatero-Eguiguren en h¨¦roes inmerecidos para as¨ª avalar el entendimiento PSOE-Bildu. Y sobre todo ignorar que la ideolog¨ªa del odio nacida con Sabino Arana, desemboca en el terror por ETA, am¨¦n de ser fuente de la ambivalencia del PNV. Un hilo negro ignorado sin m¨¢s, y con respaldo institucional y acad¨¦mico, orientado a disociar de ese origen a PNV y Bildu. Dictamen final de consolaci¨®n: ETA fracas¨®, cuando por efecto de la intimidaci¨®n reinante en los a?os de plomo, sus herederos y el PNV, ejercen un dominio absoluto en la escena pol¨ªtica de Euskadi.
Sin terrorismo, hay paz. Cierto, pero esto no significa que bajo esa saludable paz, no gocen de buena salud los signos de que la estrecha vinculaci¨®n con ETA es todav¨ªa se?a de identidad de la izquierda abertzale. Los ongi etorris est¨¢n ah¨ª para que el que quiera entender, y en la manifestaci¨®n prolibertad de los presos de Donostia no faltaron peneuvistas guipuzcoanos, portadores de aquel alineamiento impl¨ªcito con el terror de su l¨ªder, cuando eludi¨® dar el p¨¦same a la viuda de la v¨ªctima, L¨®pez de Lacalle, la cual antes fuera su andere?o en la ikastola de Hernani. Maixabel Lasa fue testigo del relato, y precisamente su pel¨ªcula prueba que la reconciliaci¨®n es posible, siempre que se sustente en la sinceridad. Solo que por desgracia no cabe generalizar, cuando la mayor¨ªa de antiguos verdugos, Otegi incluido, se niegan a rechazar, sin eufemismos, la estrategia terrorista etarra. Su reciente ejercicio de cinismo, con el p¨¦same mirando al PSOE para luego hablar claro a los suyos, prueba que el esp¨ªritu de ETA sigue ah¨ª. Su eliminaci¨®n es todav¨ªa asignatura pendiente.
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