M¨®viles
Conozco gente que no tiene estos artefactos porque forman parte de un mundo al que ha decidido no pertenecer. Pronto esa decisi¨®n ya no ser¨¢ posible
Mantengo con la tecnolog¨ªa una relaci¨®n serena. Tuve mi primer tel¨¦fono m¨®vil en 2009, porque mi madre agonizaba en un hospital demasiado grande en el que nos costaba encontrarnos con mi familia. Desde entonces, lo he cambiado s¨®lo dos veces. No lo uso para trabajar, casi nunca lo llevo cuando salgo. Tener un m¨®vil no era una condici¨®n para ser ciudadanos. Ahora, quienes no lo tengan ser¨¢n personas con pocos derechos. Se ve en varios ¨¢mbitos. No tardar¨¢ en expandirse. Para viajar hay que firmar declaraciones juradas, mostrar certificados. Pero, aunque no figure entre los requisitos para subir a un avi¨®n, el m¨®vil es m¨¢s imprescindible que todo eso. Antes de entrar a ciertos aeropuertos hay que llenar documentos que deben descargarse in situ. Antes de entrar a ciertos pa¨ªses hay que completar formularios online al pasar por migraciones. He visto a personas con m¨®viles viejos sin lectores de c¨®digos QR, o que no consegu¨ªan conectarse al wifi, o que se hab¨ªan quedado sin bater¨ªa. He visto a personas rogar por un formulario de papel, pedir un m¨®vil prestado, ser maltratadas por funcionarios de toda ¨ªndole. Y, sin embargo, no escuch¨¦ a nadie protestar, decir: ¡°El m¨®vil no es un requisito, tengo derecho a no tener¡±. Nos dirigimos mansamente hacia un mundo en el que estaremos dispuestos a aceptar cualquier cosa. Conozco gente que no tiene m¨®vil porque el artefacto forma parte de un mundo al que ha decidido no pertenecer. Pronto esa decisi¨®n ya no ser¨¢ posible. En una entrevista con este diario, el fil¨®sofo surcoreano Byung-Chul Han dijo: ¡°Solo un r¨¦gimen represivo provoca la resistencia (¡) El r¨¦gimen neoliberal, que no oprime la libertad, sino que la explota, no se enfrenta a ninguna resistencia. No es represor, sino seductor. La dominaci¨®n se hace completa en el momento en que se presenta como la libertad¡±. Casi nada me resulta m¨¢s escalofriante que ese apacible sometimiento.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.