?Entrar¨¢ la factura de la luz en las urnas?
Ante una crisis energ¨¦tica mundial sin precedentes cualquier proyecto para el futuro tiene necesariamente que hablar largo y tendido sobre la emergencia clim¨¢tica
La teor¨ªa del voto econ¨®mico sugiere que los gobiernos que presentan resultados econ¨®micos pr¨®speros en el per¨ªodo que precede a las elecciones ser¨¢n reelegidos con mayor probabilidad que aquellos que presentan resultados adversos. Se trata de la intuitiva l¨®gica del premio-castigo: los ciudadanos premian a los gobiernos que proporcionan prosperidad y viceversa. Por ejemplo, un Gobierno que logra disminuir las cifras de paro durante su legislatura, que aumenta el nivel adquisitivo de la gente o que disminuye el nivel de pobreza del pa¨ªs tendr¨¢ m¨¢s probabilidades de ganar las elecciones.
La l¨®gica del premio-castigo se presenta en los estudios de voto econ¨®mico como evidencia de la posibilidad que los ciudadanos tienen de sancionar las acciones de los gobiernos cada cuatro a?os gracias a la celebraci¨®n de elecciones. Sin embargo, para que la l¨®gica del control se cumpla el electorado deber¨ªa contar con un nivel m¨ªnimo de conocimiento y entendimiento de las condiciones que rodean a las decisiones de los gobiernos, as¨ª como a la implementaci¨®n de sus pol¨ªticas. Cuando los ciudadanos est¨¢n informados, son capaces de responsabilizar al Gobierno por los resultados econ¨®micos que afectan a su vida cotidiana. En cambio, un electorado desinformado puede llegar a castigar a gobiernos que se han esforzado por proteger el inter¨¦s general bajo las condiciones m¨¢s adversas y, al contrario, premiar injustamente a gobiernos que han traicionado el inter¨¦s general.
El galopante encarecimiento del precio de la electricidad en el mercado mayorista ha supuesto un incremento sin precedentes en la factura de la luz de muchos consumidores y empresas a lo largo del presente a?o 2021. En algunos casos, los incrementos llegan a ser de m¨¢s de un 30%. ?Tendr¨¢ consecuencias electorales la escalada del precio de la luz, dado que afecta directamente al bolsillo de los electores? En las siguientes l¨ªneas ofrezco una reflexi¨®n al respecto guiada por las principales conclusiones a las que los estudios acad¨¦micos sobre voto econ¨®mico han llegado.
La primera conclusi¨®n a la que han llegado estos estudios es que a la hora de tomar su decisi¨®n en las urnas, la ciudadan¨ªa tiene m¨¢s en cuenta el estado de la econom¨ªa del pa¨ªs (lo que se denominan las percepciones sociotr¨®picas) que su situaci¨®n econ¨®mica particular (lo que se conoce como consideraciones egoc¨¦ntricas sobre sus finanzas personales). Aunque no seamos expertos en econom¨ªa, podemos intuir que el Gobierno no es 100% responsable de nuestra situaci¨®n econ¨®mica personal, puesto que la misma es tambi¨¦n el producto de decisiones particulares tales como nuestro nivel de consumo, el tama?o de la familia a la que pertenecemos o de la casa en la que vivimos, nuestras preferencias personales, etc. No obstante, el precio de la luz no solo afecta al bolsillo de los consumidores sino tambi¨¦n al tejido empresarial ya bastante maltrecho a consecuencia de la pandemia. Tanto peque?as como medianas empresas afrontan el coste imprevisto de la subida de la luz con preocupaci¨®n y, en algunos casos, incluso indignaci¨®n.
La segunda conclusi¨®n es que algunos resultados econ¨®micos no son ¨²nicamente el fruto de unas decisiones gubernamentales concretas, sino que deben interpretarse en el marco de una tendencia global. En el caso del precio de la luz, la actual situaci¨®n de los mercados energ¨¦ticos mundiales es cr¨ªtica, debido al descontrol de los precios de cotizaci¨®n del gas natural. Se trata, por tanto, de un contexto de crisis energ¨¦tica global. Esta circunstancia podr¨ªa (al menos en parte) exonerar al Gobierno de su responsabilidad directa respecto al desmedido precio de la luz. Sin embargo, la cuesti¨®n del grado de control que los gobiernos tienen sobre el precio de la electricidad es peliaguda.
Es cierto que el brusco incremento del precio de la luz se puede achacar al mal funcionamiento del mercado mayorista, ya que no hay duda de que los precios en el mercado el¨¦ctrico distan mucho de ser trasparentes respecto a los costes que originan su producci¨®n. Sin embargo, no debemos olvidar que en Espa?a el Gobierno tiene un papel relevante en el establecimiento del precio final de la electricidad, dada la carga fiscal que soporta su consumo. Baste mencionar el tipo de IVA que se ha aplicado hasta junio de 2021 en la factura de los consumidores dom¨¦sticos, que correspond¨ªa al 21% (el mismo que se aplica a los bienes de lujo). Un tipo de IVA que en otros pa¨ªses europeos es mucho menor.
Finalmente, los estudios sobre voto econ¨®mico tambi¨¦n sugieren que los gobiernos pueden compensar condiciones econ¨®micas adversas con medidas de protecci¨®n de los grupos sociales a los que probablemente la recesi¨®n econ¨®mica afectar¨¢ en mayor medida. La aprobaci¨®n del plan de choque para rebajar el precio de la electricidad muy probablemente persiga ese objetivo. El paquete de medidas aprobado en Consejo de Ministros el pasado mes de septiembre combina, entre otras cosas, rebajas fiscales (justo aquellas en las que m¨¢s margen tiene el Gobierno) con la aprobaci¨®n del suministro m¨ªnimo vital. Esta medida aumenta la protecci¨®n de los consumidores vulnerables, las familias y las pymes, prohibiendo el corte de servicio por impago a los beneficiarios del bono social el¨¦ctrico durante seis meses adicionales a los cuatro que ya exist¨ªan.
Est¨¢ por ver si este paquete de medidas funcionar¨¢ como amortiguador del posible castigo electoral que algunos comentaristas y medios de comunicaci¨®n vaticinan. De momento, con la inflaci¨®n al alza y con su cota m¨¢s alta en las ¨²ltimas tres d¨¦cadas no lo parece. Todo depender¨¢ de si los electores son capaces de considerar algunas de las condiciones bajo las cuales se ha producido este imprevisto aumento de precios en plena crisis energ¨¦tica. Y, lo que tal vez sea m¨¢s importante, que nuestros dirigentes sepan explicarlo a los ciudadanos con serenidad y pedagog¨ªa, m¨¢s all¨¢ de las broncas y reproches a las que nuestra clase pol¨ªtica nos tiene acostumbrados. Pero, sobre todo, conviene no perder de vista que el precio de la luz no es m¨¢s que la punta del iceberg de una crisis energ¨¦tica mundial sin precedentes. No hay tiempo que perder: es el momento de que el actual Gobierno explique con claridad y contundencia cu¨¢l es su estrategia a largo plazo para gestionar la emergencia clim¨¢tica, la necesaria descarbonizaci¨®n de nuestra maltrecha econom¨ªa, o el compromiso sincero con la defensa del medio ambiente. Sin una hoja de ruta clara para la gesti¨®n de la actual crisis energ¨¦tica, el mencionado paquete de medidas urgentes para rebajar el precio de la electricidad puede convertirse en un simple parche moment¨¢neo sin recorrido a largo plazo.
En definitiva, el aumento del precio de la luz puede pasar factura no solo a los consumidores (que se han tenido que rascar el bolsillo), y al tejido empresarial sino tambi¨¦n al Gobierno, provocando la indignaci¨®n de los ciudadanos que perciben una disminuci¨®n significativa de su poder adquisitivo en el contexto de una inflaci¨®n por encima de los cinco puntos. Pero no olvidemos que las elecciones no sirven exclusivamente para mirar atr¨¢s y castigar a los pol¨ªticos que no hayan proporcionado suficiente bienestar a la ciudadan¨ªa a lo largo de la legislatura. Las elecciones tambi¨¦n sirven para seleccionar al proyecto pol¨ªtico que mayor prosperidad y bienestar proporcionar¨¢ al pa¨ªs en el futuro. Y, en la actualidad, cualquier proyecto de futuro tiene necesariamente que hablar largo y tendido sobre la emergencia clim¨¢tica.
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