C¨¢diz
El regreso de la tranquilidad no disipa la incertidumbre de una poblaci¨®n castigada por la falta de expectativas
El estallido social de C¨¢diz ha hecho aflorar un malestar antiguo e invisibilizado. Las negociaciones entre patronal y trabajadores del metal han sido el chispazo que ha tenido en vilo a la ciudad andaluza y al pa¨ªs entero a causa de los incidentes, las llamas y una tanqueta militar. Pero quien lleva en vilo muchas d¨¦cadas es una buena parte de la poblaci¨®n de C¨¢diz, muy lejos de las estampas de sol y playa, diversi¨®n y carnaval. Esa percepci¨®n amable oculta una realidad socioecon¨®mica muy preocupante, con localidades como La L¨ªnea de la Concepci¨®n, Puerto Serrano o Sanl¨²car que tradicionalmente lideran estad¨ªsticas estatales de paro o de las rentas per capita m¨¢s bajas.
Actualmente, la tasa de desempleo de la provincia est¨¢ en un 23,16%, seg¨²n la ¨²ltima Encuesta de Poblaci¨®n Activa, muy lejos del 14,57% de la media del pa¨ªs y solo superada por Huelva. La cifra no se asoma al abismo del 40,6% de desempleo que se alcanz¨® en febrero de 2013, pero el problema radica en la dependencia del sector servicios de los nuevos puestos de trabajo que se crean. La certeza de tener como ¨²nica salida para emplearse el sector del turismo y su consabida precariedad y estacionalidad, o la pura econom¨ªa sumergida, solivianta a los trabajadores del metal y a muchos de los gaditanos que les han apoyado en unas movilizaciones que tampoco son nuevas. Las hubo en las d¨¦cadas de los setenta, ochenta y noventa, a cuenta de la reconversi¨®n industrial de los astilleros. En 2007, el fin de Delphi ¡ªempresa del sector automovil¨ªstico¡ª marc¨® otra d¨¦cada salpicada de cierres industriales. Los 30.000 trabajadores que emplean 6.000 empresas del metal ¡ªseg¨²n c¨¢lculos de la patronal¡ª tienen ese pasado grabado en su historia reciente, sabedores de que son empleados de una industria cada vez m¨¢s tocada y mermada en la bah¨ªa de C¨¢diz.
La mecha esta vez prendi¨® en el contexto de la renovaci¨®n del convenio sectorial, vencido desde el pasado mes de septiembre. Oficialmente, el escollo estaba en dos posturas contrapuestas sobre la idoneidad de actualizar los salarios a un IPC en niveles galopantes ahora mismo (un 5,3%). Nueve d¨ªas de tensi¨®n despu¨¦s, el acuerdo ha llegado con cesiones de ambas partes. Al final, los salarios se actualizar¨¢n un 2% en los pr¨®ximos tres a?os y se compensar¨¢ un 80% de la diferencia entre este porcentaje fijo y lo que marque el IPC a principios de a?o. En la pr¨¢ctica, si la carest¨ªa de la vida se mantuviera en los niveles actuales, los obreros pasar¨¢n a ganar un 4,4% a primeros de 2022. El pacto alcanzado en la noche del mi¨¦rcoles ha llevado a los trabajadores a desconvocar el paro indefinido a instancias de UGT y CC OO, art¨ªfices sindicales de la negociaci¨®n.
Vuelve la normalidad a las calles de C¨¢diz, pero la incertidumbre sobre el futuro persiste en una provincia que merece, de una vez, mirar al horizonte con esperanza.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.