Los rostros de la lucha gaditana del metal
Una estudiante, un padre de familia, un joven sin poderse independizar y una trabajadora del sector aeron¨¢utico explican sus motivos para salir a la calle
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Hace 14 a?os, la entonces alcaldesa de C¨¢diz, Te¨®fila Mart¨ªnez (PP), ide¨® un eslogan tur¨ªstico para la capital: La ciudad que sonr¨ªe. Aunque ayud¨®, no es que ella forjase el estereotipo del gaditano como ese tipo gracioso, capaz de cantarte ir¨®nico sus miserias econ¨®micas al ritmo del 3x4 del carnaval. Pero las huelgas del sector del metal han descubierto una realidad m¨¢s exacta e inc¨®moda. No todos los habitantes de C¨¢diz ¡ªquiz¨¢ ni siquiera la mayor¨ªa¡ª tienen ganas de re¨ªr, azuzados por tasas de paro de m¨¢s del 23%, precariedad y pobreza que les hacen liderar las clasificaciones m¨¢s preocupantes del pa¨ªs.
Las protestas del metal distan mucho de ser nuevas. Aunque ni trabajen en ¨¦l, cada generaci¨®n reciente de gaditanos tiene vivencias de su propia lucha del sector, en funci¨®n de la d¨¦cada en la que se produjo ¡ªde los setenta hasta ahora, van varias¡ª. Las de 2021 llegan en un contexto nuevo de protestas de origen econ¨®mico y laboral que recorre todo el pa¨ªs y de una crisis localizada en la industria gaditana, cada vez m¨¢s acusada por las deslocalizaciones empresariales, los cierres de factor¨ªas y la c¨ªclica falta de trabajo del sector naval. Un joven mileurista, un padre de familia y su hija estudiante y una trabajadora reconvertida al sector aeron¨¢utico explican por qu¨¦ est¨¢n en la calle, sin ganas ya de sonre¨ªr.

Minerva y Antonio Morgado: ¡°Somos luchadores, tenemos que levantar la cabeza¡±
Minerva Morgado lleva ¡°dando por saco¡± con participar en las huelgas del metal desde que se enter¨® de que el Sindicato de Estudiantes convocaba un paro para el pasado mi¨¦rcoles. Y all¨ª estuvo ella con su padre, Antonio, operario de una empresa de chorreo y pintura de la industria auxiliar naval. ¡°No entiendo por qu¨¦ les quieren quitar las pagas¡±, tercia enfadada la joven de 18 a?os, estudiante de una FP de Peluquer¨ªa. Est¨¢ frustrada por partida doble, por su padre y por el IVA de las peluquer¨ªas, otra de las protestas que recorre Espa?a ¡ªy tambi¨¦n C¨¢diz¡ª, aunque todav¨ªa no ha participado de ellas.
La familia Morgado recal¨® en C¨¢diz, de donde es oriunda su madre, hace cinco a?os, despu¨¦s de vivir en Huelva, de donde es Antonio. Antes de llegar a la industria auxiliar, el onubense ha trabajado de todo: pintor, en agricultura, en el mar... Su mujer ahora est¨¢ en paro, tras haber trabajado en distintos puestos del sector servicios. En casa solo entra el salario de Antonio Morgado: 1.200 euros de base m¨¢s las horas extras. ¡°Vivo en astilleros, con meses de hasta 120 horas extras para poder llegar a los 2.100 euros. No veo a mi hija; y a mi mujer, solo porque duermo a su lado¡±, denuncia.
El padre de familia, de 47 a?os, tiene claro que habr¨¢ acuerdo y lo que pasar¨¢ despu¨¦s, porque ya lo ha visto antes: ¡°El convenio se va a firmar, pero no se cumplir¨¢¡±. Tambi¨¦n se atreve a vaticinar qu¨¦ ser¨¢ de toda esta oleada de protestas transversales en C¨¢diz que parecen ir m¨¢s all¨¢ de su sector: ¡°Somos luchadores, tenemos que levantar la cabeza. Aunque, cuando firmemos, esto se acabar¨¢¡±.
Lola (nombre ficticio): ¡°Los gaditanos nos apoyan porque esto lo han vivido¡±
Lola, de 52 a?os, empez¨® su vida laboral en Delphi como administrativa y ahora es operaria en una industria aeron¨¢utica de la que prefiere ni acordarse por miedo a represalias [ni siquiera accede a dar su nombre o a hacerse una foto y no es la ¨²nica]. Entremedias le atropell¨® el primer gran cierre de la historia reciente de la bah¨ªa de C¨¢diz: ella fue una de las 2.000 despedidas de la f¨¢brica de automoci¨®n en 2007, un mazazo laboral que pocos en la zona olvidan. Por eso tiene claro que es dif¨ªcil que la calle les deje de lado en su lucha: ¡°Los medios lo est¨¢n cubriendo por la movida que est¨¢ habiendo, que sino¡ Los gaditanos siempre apoyan porque esto lo han vivido ya demasiado¡±. Tiene siete hermanos: cuatro tuvieron que emigrar, uno es profesor en la p¨²blica y otro trabaja en un taller, empresas tambi¨¦n llamadas a los paros. Pero ¡°¨¦l no puede ni estar en huelga¡±, denuncia.
La operaria arrima 1.300 euros netos a una casa de tres miembros, que completa con un salario similar de su marido, tambi¨¦n trabajador del metal. Es consciente de que, para su edad, no es un salario muy alto. De ah¨ª que no est¨¦ dispuesta a transigir una cesi¨®n m¨¢s: ¡°Nos quieren quitar las pagas, las horas extra...¡±. En las ¨²ltimas negociaciones, la patronal ya anunci¨® su intenci¨®n de retirar las pretensiones de recortes, pero Lola no est¨¢ dispuesta a culminar su huelga hasta que no vea el acuerdo cerrado. Y no es que les salga barato. Cada d¨ªa que pasa ¡ªy ya van nueve¡ª, el matrimonio pierde 180 euros. ¡°El otro d¨ªa lo pensaba, pero directamente es mejor ni hacerlo¡±.

Manuel Posada: ¡°Tengo la esperanza de que queden ganas de luchar¡±
Manuel Posada, de 30 a?os, ha mamado la industria aeronaval desde peque?o, su padre tambi¨¦n trabaja en el sector. Crey¨® acertar cuando estudi¨® una FP de Metal Mecanizado con el que acab¨® accediendo a una empresa de la industria aeronaval. Ahora no tiene tan claro si tom¨® la decisi¨®n correcta: ¡°El metal cada d¨ªa est¨¢ peor, lo tengo claro, pero ?qu¨¦ hacemos, a los bares y hoteles? Si la gente no quiere esos trabajos es porque no se pagan bien¡±. Lleva seis a?os trabajando en su empresa, buena parte de ellos como eventual, hasta que accedi¨® a un contrato indefinido, aunque condicionado al relevo de un compa?ero prejubilado.
Posada est¨¢ en las protestas desde el primer d¨ªa harto de ver menguar unas condiciones que ¡°eran buenas antes de la crisis¡±. Gana algo m¨¢s de 1.000 euros netos, casi 250 euros menos que otros compa?eros por tener un contrato m¨¢s reciente, ligado a uno de los convenios recortados por la recesi¨®n, seg¨²n denuncia. ¡°Porque estoy soltero y sin hijos. Estoy buscando independizarme, pero con este salario y alquileres de 650 euros por un cuchitril, ?d¨®nde voy?¡±, censura. El operario tiene claro que motivos como ese son transversales a otros gaditanos de su edad y dan para estar en la calle m¨¢s all¨¢ de la firma del convenio. Pero tiene serias dudas de que eso pase: ¡°Tengo la esperanza de que, con esto, la gente reivindique y tenga ganas de luchar. Falta hace; a ver qu¨¦ pasa¡±.
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