Ni?os irrepetibles
Seguimos teniendo que lidiar con sectores que asocian el castigo al esfuerzo y que piensan en la repetici¨®n como su m¨¢xima expresi¨®n
Poner un poco de perspectiva temporal ayuda a enmarcar el debate sobre educaci¨®n en Espa?a. Durante los ¨²ltimos 40 a?os hemos convergido en tiempo r¨¦cord con Europa, erradicando el analfabetismo y universalizando la educaci¨®n hasta los 16 a?os. Adem¨¢s, lo hemos hecho con ¨¦xito. Hoy nuestros j¨®venes est¨¢n mejor formados que los de hace 40 a?os por m¨¢s que se diga lo contrario desde encanecidos pedestales; basta con un test de competencias entre cohortes de edad para comprobarlo. Otra cosa es que haya quien tenga nostalgia adulterada de cuando la formaci¨®n en Espa?a era una cosa de ¨¦lites.
Sin embargo, es obvio que nuestro sistema educativo tiene problemas. Tal vez el m¨¢s relevante sea el s¨ªndrome del reloj de arena: tenemos un n¨²mero aceptable de titulados universitarios (sobre la media OCDE), pero apenas hay titulados medios y seguimos siendo r¨¦cord en abandono escolar temprano, especialmente el masculino. Entre las m¨²ltiples razones detr¨¢s de esto ¨²ltimo juega un papel importante la elevada tasa de repetici¨®n escolar durante la ense?anza obligatoria, una pol¨ªtica tan ineficaz como injusta.
De entrada, se sabe que la repetici¨®n no mejora los resultados acad¨¦micos de los estudiantes ni les ayuda a nivelarse con el resto. Es m¨¢s, lo com¨²n es que los empeore. Tambi¨¦n est¨¢ documentado que con niveles similares de aprendizaje los alumnos que repiten curso tienen m¨¢s probabilidad de abandonar la escuela que aquellos que no lo hacen. Hay estudios que se?alan que la repetici¨®n perjudica el desarrollo socioemocional del adolescente y hasta podr¨ªa aumentar su agresividad. Adem¨¢s, esta pol¨ªtica es tan gravosa para los alumnos como para el sistema; la OCDE ha calculado un coste de 20.000 euros por repetidor en nuestro pa¨ªs.
Por si fuera poco, la forma en la que la repetici¨®n se sigue aplicando en Espa?a es altamente contraproducente para la igualdad de oportunidades. Con las mismas competencias educativas calculadas mediante el examen PISA se estima que la probabilidad de repetir de alguien de origen modesto es casi cuatro veces superior a la de alguien de origen acomodado. Siendo esto as¨ª, los defensores de que la repetici¨®n favorece el ¡°m¨¦rito¡± y el ¡°esfuerzo¡± deber¨ªan hac¨¦rselo mirar; que dos alumnos de diferente bagaje socioecon¨®mico con el mismo rendimiento reciban tratos distintos casa mal con sus tesis.
Las alternativas a la repetici¨®n son de sobra conocidas. Reducir las ratios en el aula, m¨¢s esfuerzo en orientaci¨®n escolar y acompa?amiento a j¨®venes para que no se descuelguen o tener un sistema educativo m¨¢s poroso, con m¨¢s pasarelas formativas, son algunas de ellas. Pol¨ªticas que son buenas para el sistema y para el alumno. Sin embargo, seguimos teniendo que lidiar con sectores que asocian el castigo al esfuerzo y que piensan en la repetici¨®n como su m¨¢xima expresi¨®n. Una premisa terriblemente equivocada porque ninguna sociedad decente puede permitirse decirle a un ni?o de 12 a?os que es un fracasado.
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