Democracia y garras del horror
Lo que ocurri¨® desde 2001 en Afganist¨¢n no puede ser ocultado bajo la alfombra
Rohullah Quarizada es presidente de la Asociaci¨®n Independiente de Abogados Afganos (AIBA) y Rafi Nadiri miembro del consejo directivo. Convers¨¦ por medios virtuales con los dos abogados afganos este martes. Sus relatos son breves y precisos. Y los hechos narrados, tremendamente espeluznantes. El primero ha conseguido refugio en Francia, gracias al apoyo de los colegios de abogados franceses; el segundo en B¨¦lgica por las gestiones de los abogados de Georgia y B¨¦lgica. Todos contando con el invalorable papel del CCBE (Consejo de los Colegios de Abogados de la Comunidad Europea).
El panorama de lo que viene ocurriendo en Afganist¨¢n -se sabe- es un horror. Y, por cierto, es motivo de honda y paralela preocupaci¨®n la limitada respuesta de protecci¨®n a quienes logran salir por los pa¨ªses occidentales con m¨¢s recursos.
Destacan en este panorama dos asuntos especialmente relevantes. Primero, el d¨ªa a d¨ªa bajo el manto del poder talib¨¢n. Es una tragedia que afecta no solo a la poblaci¨®n en general, sino, en particular, a cerca de 6.000 abogados y abogadas convertidos en particular poblaci¨®n-objetivo por el r¨¦gimen. Por el otro, el efecto en el pa¨ªs del manejo desastroso del papel de los pa¨ªses occidentales, pero en particular de los EE UU, por lo que se hizo mal durante m¨¢s de veinte a?os. No es transparente soslayar esto.
Uno: abogados y abogadas en la l¨ªnea de mira. No solo del gobierno sino de varios de los miles de reclusos liberados luego de la asunci¨®n del poder por los talibanes hace cuatro meses. De los 30.000 excarcelados, se considera que al menos 10 mil de ellos son una amenaza directa a los abogados. Sea porque consideran a sus antiguos abogados defensores responsables de su condena como porque han representado a las v¨ªctimas en casos en los que fueron condenados.
El 25% de los abogados son mujeres (unas 1.300) y muchas de ellas corren un riesgo especial por su trabajo en casos sobre derechos de ni?os y mujeres, especialmente en casos de violencia, tr¨¢fico, acoso y violaci¨®n, palizas, matrimonios forzados, malos tratos, etc. Se sabe que al menos una abogada ha sido asesinada y dos han sido torturadas. Todas est¨¢n privadas del derecho de ejercer su profesi¨®n. As¨ª de brutal.
Mientras, el r¨¦gimen se ha apropiado de los bienes (incluida cuenta bancaria) y la base de datos de la AIBA que contiene valiosa y detallada informaci¨®n sobre los abogados registrados, el personal y los miembros de sus diferentes comit¨¦s.
De esta valiosa comunidad jur¨ªdica afgana solo unos pocos centenares han logrado acogerse al refugio y protecci¨®n en el exterior, en especial en pa¨ªses europeos (mucho menos en los EE UU). En esto organizaciones como el CCBE y la Law Society vienen desempe?ando un importante y positivo papel. Pese a ello, sin embargo, la mayor¨ªa de la comunidad jur¨ªdica permanece a¨²n en Afganist¨¢n.
Dos: al fondo del ¨¢rbol, el dram¨¢tico bosque de lo que ocurre en el pa¨ªs por la acci¨®n de los talibanes en el poder: el desmanejo occidental en Afganist¨¢n durante m¨¢s de 20 a?os en un balance que no es positivo. Y que explica en buena medida como todo colaps¨® en pocos d¨ªas en agosto como un castillo de naipes soplado por el viento y con las tropas occidentales desvaneci¨¦ndose en pocas horas dejando a decenas de miles de civiles a su suerte.
Lo que ocurri¨® desde el 2001 no puede ser ocultado bajo la alfombra ni desvinculado de lo que hoy aqueja al pueblo y la sociedad afgana. Que est¨¢ ineluctablemente conectado a la responsabilidad que le cabe tanto a EE UU como a los pa¨ªses de la OTAN (que se asoci¨® a su presencia en el pa¨ªs). Esto tiene que ver, por cierto, con la responsabilidad que hoy les toca en otorgar protecci¨®n a quienes la requieren
Hay decenas de an¨¢lisis en estupendos y bien documentados trabajos sobre c¨®mo se manejaron las cosas en el pa¨ªs. Quiero destacar, en particular, el extraordinario y muy reciente libro The Afghanistan Papers: a secret history of the war del periodista de The Washington Post Craig Whitlock. Objetivos estrat¨¦gicos confusos y contradictorios, sistem¨¢tica articulaci¨®n con grupos de poder corruptos, sistem¨¢tico manejo falso de la informaci¨®n, se?ores de la guerra sangrientos -y tambi¨¦n corruptos- como aliados fundamentales, montos r¨¦cord de producci¨®n de opio (fuente del 71% de la producci¨®n mundial) y miles de millones de d¨®lares gastados ineficientemente, muchas veces con contratistas corruptos.
20 a?os de ocupaci¨®n que, no es casualidad, construyeron muy poca institucionalidad en Afganist¨¢n. Y lo que se hizo, en todo caso, se desmoron¨® en pocas horas a mediados de agosto. No hay manera de darle vuelta atr¨¢s a la rueda de la historia, pero s¨ª a esperar ahora m¨¢s clara y firme decisi¨®n para hacer todo lo posible por proporcionar apoyo humanitario a quienes est¨¢n en peligro apoyando su salida al exterior y su reconocimiento como refugiados.
Termina esta semana con varias conmemoraciones significativas y encuentros con valores fundamentales. Bueno por eso porque sirve de contraste frente al horror que se padece en Afganist¨¢n y los atropellos en otros pa¨ªses.
Uno es el d¨ªa mundial de los derechos humanos (10 de diciembre). Con los pies muy en la tierra, el CCBE otorga este d¨ªa un premio excepcional a los abogados en peligro en Afganist¨¢n. Un llamado de atenci¨®n importante que debiera motorizar m¨¢s y mejor atenci¨®n y apoyo a quienes padecen persecuci¨®n en ese pa¨ªs.
Otro: la Cumbre de la Democracia (virtual), importante encuentro organizado por el presidente Joe Biden para el 9 y 10 de diciembre al que ha invitado a m¨¢s de 100 pa¨ªses/jefes de Estado. Encuentro internacional que tiene como objetivo ¡°trazar una agenda afirmativa para la renovaci¨®n de la democracia y abordar las mayores amenazas que enfrentan las democracias actualmente por medio de una acci¨®n colectiva¡±. Loable prop¨®sito que, sin duda, reforzar¨ªa su legitimidad de venir articulado a pol¨ªticas amplias y efectivas de protecci¨®n a tantas decenas de miles de hombres y mujeres afganos que a¨²n o encuentran canales de protecci¨®n en el exterior como si lo han encontrado los abogados Quarizada y Nadiri.
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