Multa multimillonaria a Amazon

Amazon ha sido la ¨²ltima de las grandes empresas tecnol¨®gicas en ser multada por llevar a cabo pr¨¢cticas contrarias a la competencia y abuso de su posici¨®n de dominio. Italia ha impuesto una sanci¨®n de 1.128 millones de euros a la compa?¨ªa estadounidense de comercio electr¨®nico por penalizar a los vendedores independientes que utilizan su plataforma digital pero no utilizaban el servicio de log¨ªstica de la propia Amazon. Un mes antes, la empresa ya hab¨ªa sido multada en Italia junto a Apple con m¨¢s de 200 millones por restringir el acceso a la plataforma de comercio a distribuidores leg¨ªtimos de productos de la marca californiana.

La elevada cuant¨ªa de la ¨²ltima sanci¨®n equivale a m¨¢s de un tercio de los ingresos netos de la tecnol¨®gica en el tercer trimestre (2.837 millones de euros) y es una de las m¨¢s elevadas impuestas en el continente a los gigantes tecnol¨®gicos, sometidos a escala global a un creciente escrutinio por el uso de los datos y por su dominio del mercado. De hecho, la Comisi¨®n Europea tiene abierta una investigaci¨®n sobre Amazon por el mismo motivo, el trato preferencial que da a los vendedores que utilizan su servicio de log¨ªstica y env¨ªo. Habr¨¢ que ver c¨®mo influye el precedente italiano en esa investigaci¨®n comunitaria.

Dado el volumen de comercio implicado, la multa en ese caso ser¨ªa considerablemente mayor. La norma permite a los reguladores europeos imponer una sanci¨®n de hasta el 10% de sus ventas anuales, que seg¨²n las cuentas presentadas por Amazon pueden superar los 40.000 millones de euros en este ejercicio. En 2017, la Comisi¨®n impuso una multa de 2.400 millones de euros a Google por favorecer en su motor de comparaci¨®n de precios a los servicios y productos de la propia compa?¨ªa o a sus clientes.

Lo cierto es que las autoridades est¨¢n encontrando dificultades en todo el mundo para limitar el creciente poder de las tecnol¨®gicas. No logran dar con una soluci¨®n audaz y que propicie una reducci¨®n de la posici¨®n de dominio de los gigantes estadounidenses. Son varios los intentos de hacerlo, a trav¨¦s de subidas de impuestos, nuevas exigencias regulatorias o la limitaci¨®n de sus operaciones en los distintos pa¨ªses, pero ninguno de ellos se ha mostrado efectivo. De momento, solo los ¨®rganos de competencia logran con su jurisprudencia modificar las condiciones en que esas compa?¨ªas desarrollan su actividad y proteger, con ello, la privacidad y los derechos de consumidores y clientes. En esa direcci¨®n apunta la bater¨ªa de regulaciones que prepara la Uni¨®n Europea sobre la actividad de estas empresas, aunque no estar¨¢ lista antes de 2023.

Pero el problema va m¨¢s all¨¢, como ejemplifica el proyecto metaverso de Facebook. Se trata de un mundo paralelo, digital, donde las leyes y normas que rigen esas relaciones virtuales con creciente impacto sobre nuestras vidas ser¨¢n dictadas por la propia compa?¨ªa, al margen de los gobiernos y los parlamentos. La consultora Eurasia pone el acento en su reciente informe sobre el estado del mundo en que los ganadores y perdedores econ¨®micos, los resultados electorales y la seguridad nacional van a depender de las apuestas que hagan tanto los gobiernos como las tecnol¨®gicas. Es ese el nuevo terreno de juego mientras no exista una regulaci¨®n que proteja los derechos y valores en el nuevo mundo.