Buenos deseos
Pedro S¨¢nchez evita pactar con Pablo Casado porque le parece que eso arruinar¨ªa su estrategia de empujar al PP en brazos de Vox para que deje vac¨ªo el centro electoral. Pero se equivoca
Al igual que el veganismo surge como secularizaci¨®n de los tab¨²es alimentarios religiosos (y por eso lo profesan tantas chicas agn¨®sticas que creen precisar ayuda de disciplinas asc¨¦ticas), tambi¨¦n la convenci¨®n social de elaborar listas de buenos deseos a primeros de a?o equivale a una conversi¨®n adulta de la carta pueril a los Reyes Magos. No hay nada malo en ello pues nadie sale perjudicado, al tratarse s¨®lo de un entretenido ritual laico, y por eso utilizar¨¦ aqu¨ª esa cl¨¢usula de estilo para redactar mi lista pol¨ªtica de buenos deseos.
El primero es que el presidente del Gobierno acepte la reiterada oferta del jefe de la oposici¨®n y pacte con ¨¦l la ley de pandemias que tanto necesitamos seg¨²n recomiendan todos los expertos, c¨®mo ¨²nica forma de evitar el colapso de nuestros raqu¨ªticos servicios sanitarios. Es una tragedia, por no decir un crimen, que, a dos a?os del estallido de la covid-19, ninguna autoridad p¨²blica estatal ni auton¨®mica haya procedido todav¨ªa a ampliar y reforzar con m¨¢s m¨¦dicos y enfermeras (?y contratos estables!) el ¨²nico escudo que sirve contra la covid, que son los centros de atenci¨®n primaria ahora mismo desbordados. Y si para lograrlo hace falta tomarle la palabra a Casado, que as¨ª sea.
El jefe del Gobierno evita pactar con el l¨ªder de la oposici¨®n porque le parece que eso arruinar¨ªa su estrategia de empujar al PP en brazos de Vox para que deje vac¨ªo el centro electoral. Pero se equivoca, pues lo que m¨¢s rechazamos los espa?oles no es el extremismo del bando opuesto sino el clima de odio que envilece a todo el arco parlamentario, afectando tambi¨¦n a los nuestros hasta no reconocerlos como propios. Por eso, el primer l¨ªder que ose demostrar altura de miras ser¨¢ el vencedor moral de esta contienda de b¨¢rbaros. Nada mejor, por tanto, que poner a Casado ante el espejo del pacto, invit¨¢ndole a corresponder con la renovaci¨®n del Consejo del Poder Judicial.
Y mi otro buen deseo es que la vicepresidenta segunda logre convencer a los aliados parlamentarios del Gobierno, como logr¨® persuadir a patronal y sindicatos, de la necesidad de aprobar una reforma laboral que s¨®lo cumplir¨¢ su prop¨®sito de reducir la temporalidad (el peor agente t¨®xico que gangrena nuestro mercado de trabajo, bloqueando la emancipaci¨®n juvenil) si refrenda por consenso el pacto consociativo de los agentes sociales. Y creo que lo podr¨ªa lograr, pues su trayectoria demuestra que posee una calidad moral opuesta a la de quien la propuso, enfermo como estaba de sectarismo. Mientras que Yolanda D¨ªaz, al renunciar a exigir una derogaci¨®n radical de la vigente ley B¨¢?ez (aceptando el marco de consenso reclamado por Calvi?o), ha demostrado con hechos su rechazo a recluirse en el extremo izquierdo del arco parlamentario, aspirando as¨ª a ocupar el puente transversal que un d¨ªa construy¨® Manuela Carmena en Madrid: otra antigua comunista que supo emprender con ¨¦xito su transici¨®n hacia una democracia inclusiva e integradora. Ojal¨¢ sea as¨ª, por m¨¢s que nunca convenga confundir los buenos deseos con la dura realidad.
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