La Shoah por balas, un ¡®kadish¡¯
El exterminio de jud¨ªos deber¨ªa estudiarse y transmitirse para levantar una barrera cr¨ªtica y necesaria contra los odios que desencadenan el antisemitismo y el racismo
Claudio Desbois fue un soldado franc¨¦s de 18 a?os hecho prisionero de guerra y enviado al campo de concentraci¨®n nazi de Rawa Ruska, cerca de Lviv (Ucrania). All¨ª contempl¨® el infierno. A?os m¨¢s tarde regres¨® para una conmemoraci¨®n y pregunt¨® al alcalde sobre el paradero de los jud¨ªos del pueblo que ¨¦l hab¨ªa visto. Se adentraron en el bosque y le revelaron c¨®mo fue el ba?o de sangre contra la comunidad jud¨ªa y d¨®nde estaban sus cuerpos. Hoy su nieto, Patrick Desbois, es el fundador de la ONG Yahad In Unum que significa Juntos en uno, en hebreo y lat¨ªn. Su objetivo desde hace 20 a?os es rescatar testimonios sobre qu¨¦ ocurri¨® con jud¨ªos y gitanos en los antiguos territorios de la Uni¨®n Sovi¨¦tica ocupada por el Tercer Reich alem¨¢n entre 1941 y 1944.
Se conoce como Shoah por balas al fusilamiento en masa de jud¨ªos durante d¨ªas y noches en sus propios pueblos y ciudades que convergi¨® en el exterminio casi total de su poblaci¨®n, ante la mirada de algunos vecinos que hoy son nonagenarios y que pueden ser testigos. Unos 3.000 hombres compon¨ªan los escuadrones de la muerte, los llamados Einsatzgruppen, que con sus armas y violencia extrema sepultaron la vida de unos dos millones de ciudadanos jud¨ªos de Rusia, Ucrania, Bielorrusia, Moldavia, Estonia, Lituania y Letonia. Ten¨ªan una clara misi¨®n: asesinar a jud¨ªos y a gitanos que ya hab¨ªan sido privados de ciudadan¨ªa y despojados de identidad, borrando todo rastro de sus culturas.
La Shoah por balas puede identificarse por el modus operandi de los asesinos. Primero seleccionaban un pueblo, avisaban a las autoridades sovi¨¦ticas con la intenci¨®n de que algunos vecinos cavaran una fosa por la noche y tuvieran identificados a todos los jud¨ªos. Al d¨ªa siguiente, los Einsatzgruppen sacaban a los jud¨ªos de sus casas, se los empujaba caminando hacia las afueras del pueblo, hasta un barranco, un bosque o el cementerio. Se les forzaba a desnudarse y se los fusilaba mientras algunos vecinos contemplaban la imagen sabiendo cu¨¢l ser¨ªa el desdichado destino de todos ellos. Es m¨¢s, a veces se ped¨ªa a las mujeres del pueblo que cocinaran para los asesinos una vez terminada la masacre.
Yahad In Unum ha recopilado m¨¢s de 8.000 relatos personales. Estos testimonios son cruzados con dos tipos de fuentes para ser verificados: las pistas encontradas en el Archivo Federal de Alemania (en Coblenza) y los datos de los archivos sovi¨¦ticos de la Comisi¨®n Extraordinaria (en Mosc¨²). Una vez que la limpieza ¨¦tnica estaba efectuada, los Einsatzgruppen declaraban a esa localidad como Judenfrei, libre de jud¨ªos, e informaban r¨¢pidamente a Berl¨ªn. As¨ª que estas ejecuciones han quedado por escrito en miles documentos del III Reich. El archivo sovi¨¦tico es monumental y examinan meticulosamente unos 16 millones de registros manuscritos donde se encuentran nombres, estad¨ªsticas de poblaci¨®n, fechas, localizaci¨®n de las fosas comunes o incluso herramientas utilizadas para cavar las fosas y remover la tierra.
En Europa del Oeste se creaban paralelamente los campos de concentraci¨®n y exterminio nazis lejos de las grandes ciudades, escondidos para no ser descubiertos. En el caso de la Shoah por balas, las atrocidades como los fusilamientos, los ahorcamientos o las palizas contra los jud¨ªos y sus posteriores enterramientos se produc¨ªan en cualquier momento del d¨ªa pues el macrocrimen antisemita ya no era punible.
Hay un dicho ruso que reza que ¡°la guerra no est¨¢ acabada hasta que el ¨²ltimo soldado sea enterrado¡±, frase que muchos testigos repiten durante las entrevistas porque parece que desean liberarse de la culpabilidad y traumas de la guerra. Ahora se?alan lugares de ejecuciones masivas que permanecen camufladas en la naturaleza. Recuerdan nombres de sus amigos y vecinos, sus edades o sus profesiones. Tras 195 viajes de investigaci¨®n sobre el terreno preguntando a testigos que no son jud¨ªos supervivientes, ni asesinos, Yahad in Unum ha podido localizar en el mapa 3.132 lugares de ejecuci¨®n. El mapa elaborado coincide con dos regiones jud¨ªas hist¨®ricas de la Europa Central y del Este como son Galitzia y la llamada Zona de Asentamiento del Imperio Ruso.
Una vez corroborados los testimonios con las fuentes, sus historiadores, crimin¨®logos y forenses buscan las zonas donde yacen los cuerpos y anotan las coordenadas GPS. La tradici¨®n jud¨ªa no permite mover los cuerpos de lugar por respeto, pero aun as¨ª, pueden elaborar certeras estad¨ªsticas sobre cu¨¢ntas personas reposan bajo tierra. Algunas fosas cuentan con decenas de muertos, otras como la de Babi Yar (en Kiev) superan la escalofriante cifra de 34.000 v¨ªctimas civiles inocentes ejecutadas en dos d¨ªas.
En un mismo pu?ado de tierra pueden aparecer junto a las balas pertenencias de las v¨ªctimas de todas las edades, mujeres y hombres. Detr¨¢s de un broche ense?aba una profesora, detr¨¢s de un dreidl (una peonza de cuatro caras) jugaba un ni?o, detr¨¢s de un ejemplar del Talmud un estudiante rab¨ªnico ampliaba sus conocimientos, detr¨¢s de un vaso de kidush para la bendici¨®n del vino una familia recib¨ªa el shabat; una sinagoga, un pueblo, toda Europa.
La Shoah debe estudiarse y transmitirse mediante la educaci¨®n y solo as¨ª podr¨¢ levantarse una barrera cr¨ªtica y necesaria contra los presentes odios de antisemitismo y racismo. Marco Gonz¨¢lez, de origen guatemalteco, es el director de Yahad in Unum y ha coordinado exposiciones sobre la Shoah por balas en el Memorial de Caen (Francia), en los Museos del Holocausto de Illinois, Dallas y Cincinnati (Estados Unidos) y tambi¨¦n en el Museo del Holocausto de Guatemala, y en el Museo Memoria y Tolerancia de M¨¦xico. Adem¨¢s, Yahad in Unum ha formado a profesores en Espa?a en colaboraci¨®n con el Centro Sefarad Israel y trabajan en el norte de Irak socorriendo a la poblaci¨®n yazid¨ª perseguida por el ISIS desde 2014.
La topograf¨ªa del terror debe quedar se?alizada, remarcada como una advertencia para futuras generaciones, para luchar contra el antisemitismo, el racismo y cr¨ªmenes de odio actuales. Europa debe afrontar la dolorosa verdad y ponerle rostro.
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