?Impulsar la mesa de di¨¢logo?
El camino m¨¢s prometedor para esta iniciativa es plantearla como un espacio para alcanzar compromisos concretos sobre cuestiones cruciales para el futuro de la sociedad catalana y de sus relaciones con la sociedad espa?ola
Meses despu¨¦s de sus complejos inicios, la mesa de di¨¢logo entre los gobiernos de Catalu?a y Espa?a presenta un porvenir incierto. La pandemia, la problem¨¢tica energ¨¦tica, las tensiones b¨¦licas aliadas con la conflictividad pol¨ªtica y la coyuntura electoral predisponen al escepticismo sobre su viabilidad y sus resultados. ?Es momento de congelarla y esperar tiempos mejores?
A nuestro entender, ser¨ªa un grave error aparcar una vez m¨¢s la cuesti¨®n y dejar pasar la oportunidad abierta. La falta de respuesta pol¨ªtica al conflicto catal¨¢n evidenciar¨ªa la fragilidad de nuestro sistema institucional y lastrar¨ªa ¡ªcon un p¨®sito de des¨¢nimo y desafecci¨®n¡ª el desarrollo de Catalu?a y, por ende, de Espa?a durante d¨¦cadas.
Para desbloquear la situaci¨®n resulta clave que se produzcan avances tangibles en la mesa de di¨¢logo. Avances que comprometan a ambos gobiernos y predispongan a los interlocutores a una negociaci¨®n exitosa. Uno de los elementos que podr¨ªa contribuir a ello ser¨ªa definir una agenda de temas que ensanchen la base y el significado del debate. Perm¨ªtasenos, avanzar algunas sugerencias al respecto.
La discusi¨®n sobre las infraestructuras se ha abordado hasta ahora de forma prioritaria desde el prisma de las inversiones estatales en Catalu?a cuya programaci¨®n y ejecuci¨®n resultan ciertamente muy mejorables. Sin embargo, tambi¨¦n en el ¨¢mbito de la gesti¨®n podr¨ªan producirse avances cruciales y tangibles. ?No deber¨ªa llevarse a la mesa de di¨¢logo la cuesti¨®n imperiosa del traspaso definitivo y pleno a la Generalitat de la gesti¨®n del sistema de Rodalies ferroviarias? ?No podr¨ªa explorarse tambi¨¦n la gesti¨®n por parte de la Administraci¨®n catalana de los servicios ferroviarios regionales? ?No deber¨ªan surgir del di¨¢logo compromisos m¨¢s claros y precisos acerca del Corredor Mediterr¨¢neo?
Tambi¨¦n deber¨ªa plantearse la gobernanza metropolitana de Barcelona. El Estatuto de 2006 y las leyes de organizaci¨®n territorial de 2010 dise?aron una soluci¨®n que fue votada por amplia mayor¨ªa en Catalu?a y recibi¨® el respaldo de las Cortes Generales. Permit¨ªa crear ¡ªen el marco de la reorganizaci¨®n de la Administraci¨®n catalana¡ª una unidad pol¨ªtico-administrativa o veguer¨ªa que abarcar¨ªa la totalidad de la regi¨®n metropolitana. La sentencia del Tribunal Constitucional sobre el Estatuto cancel¨® estos avances, al indicar que no cab¨ªa sustituir las provincias por las veguer¨ªas sin el concurso del legislador estatal. ?No ser¨ªa la mesa de di¨¢logo el lugar oportuno para retomar esta cuesti¨®n cuyo bloqueo perjudica gravemente el progreso y el bienestar de la ciudadan¨ªa de este ¨¢mbito geogr¨¢fico? ?Qu¨¦ otra ocasi¨®n m¨¢s adecuada podr¨¢ encontrarse para dar salida al contencioso secular sobre la organizaci¨®n territorial de los poderes p¨²blicos en Catalu?a?
El compromiso del Estado en la protecci¨®n y promoci¨®n de la lengua catalana puede ser otro tema clave para obtener avances concretos y significativos. El actual presidente del Senado ha visitado recientemente el Institut d¡¯Estudis Catalans, en una encomiable iniciativa que denota la voluntad de afirmar ¡ªdesde las altas instancias del Estado¡ª el compromiso de reconocer la diversidad ling¨¹¨ªstica de Espa?a. Es un gesto valioso, aunque demasiado excepcional. Por medio de la mesa de di¨¢logo, ?no podr¨ªa trazarse un plan para extender y dar contenido operativo a este tipo de iniciativas? ?No convendr¨ªa que el Gobierno del Estado planteara un programa compartido de promoci¨®n de la lengua catalana dentro y fuera de Espa?a? ?No hay aqu¨ª una buena ocasi¨®n para evitar la utilizaci¨®n del debate ling¨¹¨ªstico con finalidades espurias?
Despu¨¦s de a?os de esperanzas y frustraciones, la mesa del di¨¢logo puede suponer una oportunidad extraordinaria para restablecer consensos pol¨ªticos en Catalu?a y en Espa?a. Para hacerlo, no debe ni puede esquivar las cuestiones institucionales y de financiaci¨®n. Pero el progreso del di¨¢logo depende tambi¨¦n de cumplir con acuerdos ya establecidos ¡ªpor ejemplo, en becas universitarias¡ª y afrontar a la vez cuestiones de considerable transcendencia para el progreso y la cohesi¨®n de nuestras sociedades, como son las infraestructuras, la proyecci¨®n metropolitana o la protecci¨®n de la lengua.
A nadie escapa la complejidad de la problem¨¢tica pol¨ªtica que el di¨¢logo debe tratar. Por ello resulta tan importante progresar en todas aquellas cuestiones en las que sea posible alcanzar acuerdos a corto plazo, proyectando mejoras en la vida de una ciudadan¨ªa y de un pa¨ªs golpeados por crisis sucesivas. En lugar de abordar el di¨¢logo desde el escepticismo, la inquietud o la enumeraci¨®n de agravios, valdr¨ªa la pena intentarlo a partir de progresos previos y tangibles que vayan alimentando la mutua confianza.
La mesa de di¨¢logo puede ser entendida como un debate sobre la distribuci¨®n de competencias y recursos al modo de un juego de suma cero en el que aquello que consigue una parte es en detrimento de la otra. Pero puede plantearse tambi¨¦n como un espacio de concertaci¨®n para alcanzar compromisos concretos entre los gobiernos del Estado y de la Generalitat sobre cuestiones cruciales para el futuro de la sociedad catalana y de sus relaciones con la sociedad espa?ola. Este es, a nuestro entender, el camino m¨¢s prometedor y que conviene impulsar.
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