El ¡®Deep proc¨¦s¡¯
Defendiendo el relato de la independencia, una elite extractiva del autogobierno ha acabado vaciando las instituciones de autoridad pol¨ªtica
Hay textos con la dinamita necesaria para hacer explotar el relato de una ¨¦poca. Este lunes Neus Tom¨¤s public¨® uno de estos art¨ªculos en elDiario. Recog¨ªa informaciones previas, aportaba nuevas y, a prop¨®sito de los cambios en la c¨²pula de los Mossos d¡¯Esquadra, trazaba una panor¨¢mica inquietante sobre las relaciones peligrosas entre corrupci¨®n pol¨ªtica e investigaci¨®n policial. Su tesis impl¨ªcita, dir¨ªa, es un esc¨¢ndalo considerable: la causa primera de la destituci¨®n del intendente Toni Rodr¨ªguez ¡ªhasta ahora jefe de la Comissaria General d¡¯Investigaci¨® de los Mossos¡ª habr¨ªa sido su eficiencia a la hora de investigar malas pr¨¢cticas y corrupci¨®n de dirigentes del principal partido del poder en la Catalu?a democr¨¢tica, cargos en activo con sueldos astron¨®micos y figuras clave (perm¨ªtanme la licencia) de la trama civil del proc¨¦s. Aqu¨ª Jes¨²s Garc¨ªa Bueno, a prop¨®sito de la misma destituci¨®n, ya cont¨® que Fiscal¨ªa y judicatura ve¨ªan ese cambio con preocupaci¨®n y que fuentes cercanas a los mandos degradados consideraban que la Conselleria d¡¯Interior buscaba c¨®mo acceder a informaci¨®n policial sobre casos que pronto ser¨¢n juzgados.
En su art¨ªculo Tom¨¤s recordaba una conversaci¨®n, mantenida a principios de septiembre de 2020, entre Brauli Duart ¡ªpor entonces influyente secretario general de Interior¡ª y David Mad¨ª ¡ªasesor ¨¢ulico del poder (neo)convergente desde hace un cuarto de siglo. Una conversaci¨®n privada que se hizo p¨²blica de manera espuria porque la polic¨ªa hab¨ªa pinchado el tel¨¦fono de Mad¨ª en el marco de la delirante Operaci¨®n Volhov. Esa y otras conversaciones, a pesar de estar el caso bajo secreto de sumario, fueron filtradas. La relaci¨®n entre Mad¨ª y Duart viene de antiguo. Alrededor de 1996, cuenta Francesc-Marc ?lvaro en Ara s¨ª que toca!, Duart era uno de los habituales en las cenas que Mad¨ª organizaba en el lujoso chalet de su abuela en la parte noble de Barcelona, encuentros donde j¨®venes nacionalistas tomaban posiciones con el objetivo de formar parte de la sucesi¨®n de Jordi Pujol. En aquel momento el veintea?ero Mad¨ª ya ten¨ªa responsabilidades en Interior y Duart las asumir¨ªa pronto, como despu¨¦s las tuvo en la Corporaci¨® Catalana de Mitjans Audiovisuals ¡ªpresidi¨® su consejo de gobierno ocho a?os¡ª y hoy en Infraestructures de la Generalitat. 1996 es el a?o del Pacte del Maj¨¦stic que, seg¨²n las notas personales de Pujol, deb¨ªa permitir que el PP, ¡°haciendo como si no lo viera¡±, diera luz verde ¡°a nuestra pol¨ªtica de renacionalizaci¨®n¡±. Un instrumento de esa pol¨ªtica, seg¨²n el pacto, era el despliegue de los Mossos. Y fue entonces cuando Mad¨ª pas¨® de Interior a ser jefe de gabinete del consejero de econom¨ªa Artur Mas.
En dicha conversaci¨®n de 2020 Mad¨ª le comentaba a Duart que impedir¨ªa que el nuevo conseller ¡ªel reci¨¦n nombrado Miquel Samper¡ª introdujese cambios en la c¨²pula de Interior sin su consentimiento. ¡°Que no tome ninguna decisi¨®n sin contar conmigo, porque durar¨¢ menos que un caramelo en un colegio de tontos¡±, dec¨ªa en una m¨¢s de sus comparaciones memorables. Pero m¨¢s significativa es otra frase de la misma conversaci¨®n, donde quedaba claro lo que estaba en juego. ¡°Si por lo que sea, pierde la red hist¨®rica, estar¨¢ solo ante el peligro¡±. La red hist¨®rica pod¨ªa referirse estrictamente a los nombramientos en esa consejer¨ªa, ya que durante sus dos a?os como secretario general Duart hab¨ªa colocado a personas de su m¨¢xima confianza en todas las ¨¢reas (as¨ª lo cont¨® Mayka Navarro en La Vanguardia). Pero la imagen de la red empleada por Mad¨ª, igual que su noci¨®n de ¡°mentira f¨¦rtil¡±, valen como detonadores para comprender qu¨¦ fue tambi¨¦n el proc¨¦s: un dispositivo que, por una parte, para funcionar planteaba un pulso cada vez m¨¢s extremado al Estado y, al mismo tiempo, mientras segu¨ªa en funcionamiento, le preservaba a una ¨¦lite barcelonesa el derecho a decidir sobre qui¨¦n mandaba (y en parte manda) en el sistema de poder auton¨®mico. Los cambios en la c¨²pula de los Mossos lo ejemplifican.
En ocasiones se define nuestro Deep State como un bloque de poder integrado por parte de la alta judicatura, altos funcionarios y responsables de medios de comunicaci¨®n cuya misi¨®n ser¨ªa preservar una trama de intereses asociada a una determinada idea de Espa?a. Existe. El Deep proc¨¦s ha sido otra cosa: una red que, defendiendo el relato de la independencia, ha actuado como una ¨¦lite extractiva del autogobierno para acabar vaciando las instituciones de autoridad pol¨ªtica. ?Bum!
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