Per¨² desgobernado
Los relevos casi semanales en los gobiernos del presidente Castillo sumen al pa¨ªs en una inestabilidad cr¨®nica
La ingobernabilidad de Per¨² est¨¢ alcanzando l¨ªmites insospechados incluso para un pa¨ªs habituado a destituir a presidentes y ministros a las primeras de cambio. La gravedad de la situaci¨®n se refleja en los desprop¨®sitos de la ¨²ltima semana y los cambios que ha tenido que asumir en su Gobierno el presidente, Pedro Castillo. La deslealtad pol¨ªtica es una lacra en el pa¨ªs y tampoco el establishment ha dado facilidad alguna, pero los problemas de los ¨²ltimos meses afectan a decisiones del propio Castillo y a la necesidad de dar respuesta casi semanal a un nuevo esc¨¢ndalo en su Gabinete. Tiene el r¨¦cord hist¨®rico en 40 a?os de remodelaci¨®n de un Gobierno y eso significa que en siete meses ha despedido a 21 ministros.
El ¨²ltimo episodio acent¨²a la percepci¨®n de una crisis institucional grave. La pasada semana tuvo que cambiar de nuevo a su Gobierno porque la primera ministra, Mirtha V¨¢squez, abandon¨® el cargo acusando a Castillo de no combatir la corrupci¨®n dentro del sistema y dejarse llevar por sus colaboradores. Para sustituirla, Castillo nombr¨® a H¨¦ctor Valer, un pol¨ªtico ultraconservador sobre el que pesaban denuncias de maltrato de su esposa y su hija, adem¨¢s de otros casos judiciales abiertos, que han acabado con su cese tres d¨ªas despu¨¦s del nombramiento y ante la evidencia de que el Congreso no iba a confirmarlo en el cargo. En medio de esta nueva tormenta, tambi¨¦n se march¨® del Gabinete la cabeza m¨¢s s¨®lida y pragm¨¢tica, el ministro de Econom¨ªa, Pedro Francke. M¨¢s all¨¢, hay se?ales casi hilarantes, como el caso de Juan Carrasco, destituido como ministro de Interior y m¨¢s tarde recolocado como titular de Defensa, pero que el pasado martes volvi¨® a ser relevado. Mientras, otros grupos exigen el cese de la responsable del Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables, la congresista Katy Ugarte, maestra de escuela ultraconservadora y que rechaza a la poblaci¨®n LGTBI, pero militante de Per¨² Libre, la formaci¨®n de ultraizquierda que preside Vladimir Cerr¨®n, un ultraconservador que presume de ideas marxistas leninistas. Castillo ya tuvo que afrontar un juicio pol¨ªtico forzado por el fujimorismo y solvent¨® la traba buscando aliados en la oposici¨®n, pero es probable que enfrente algunos m¨¢s en los pr¨®ximos meses mientras sus rivales en el Congreso intentan reformar la Constituci¨®n para encontrar otras v¨ªas para destituirlo.
Con semejante velocidad en los relevos en el Gobierno, no se dan las condiciones para propiciar un crecimiento econ¨®mico sostenido despu¨¦s de una pandemia que ha sacudido al pa¨ªs como a pocos en Am¨¦rica Latina. No le quedan muchas opciones al presidente Castillo, fuera de revertir la tendencia actual y buscar una estabilidad que hoy parece imposible. M¨¢s all¨¢ de las piedras que le han puesto en el camino, su forma de lidiar con las adversidades no ha dado muestras de eficacia ni de acierto en combatirlas.
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