Elefantes en la habitaci¨®n
Se abren dos frentes delicados para la UE: ganarse los corazones de polacos y h¨²ngaros, y presionar a los gobiernos no solo cuando amenacen los intereses de los contribuyentes europeos, sino tambi¨¦n cuando arrasen con derechos que no se cuantifican en un ¡®excel¡¯
Bruselas no es un cajero, y si un pa¨ªs quiere recibir fondos debe cumplir ciertas reglas. Este argumento suele usarse para explicar la Uni¨®n Europea, con dos elefantes en la habitaci¨®n: Hungr¨ªa y Polonia. Los dos pa¨ªses llevan a?os a la deriva minando el Estado de derecho, y sin embargo siguen accediendo al presupuesto com¨²n. La buena noticia es que ese problema empieza a encarrilarse: el Tribunal de Justicia de la UE ha avalado que sin respeto a la democracia no habr¨¢ ayudas.
La condicionalidad se hab¨ªa pactado a finales de 2020, pero Budapest y Varsovia, que reivindican el estatus de democracias iliberales e incluso antiliberales, la hab¨ªan recurrido para ganar tiempo. Sab¨ªan que la UE ten¨ªa instrumentos limitados para frenar las leyes hom¨®fobas y antiabortistas, la injerencia en el Poder Judicial, el tr¨¢fico de influencias, la compra de los medios de comunicaci¨®n. Ahora los gobiernos de Viktor Orb¨¢n y el de Mateusz Morawiecki van a tener que rendir cuentas y, seg¨²n la gravedad de lo que incumplan, se les ir¨¢n congelando los fondos. A la oposici¨®n de esos pa¨ªses esto les permitir¨¢ hacer palanca, pero ?qu¨¦ hay de los ciudadanos h¨²ngaros y polacos?
Ese es un punto clave: la Comisi¨®n deber¨ªa hilar fino para garantizar que la condicionalidad se aplica sin perjudicar, por ejemplo, a los agricultores y ganaderos polacos que reciben ayudas de la Pol¨ªtica Agraria Com¨²n, o a los estudiantes h¨²ngaros que quieren marcharse de Erasmus. El reglamento dice que Bruselas va a velar por que los programas s¨ª se ejecuten. Pero si, pongamos, Polonia tiene que seguir manteniendo las ayudas a sus agricultores y no se le dan fondos para ello, entramos en un bucle infinito. ?Qu¨¦ precauciones se van a tomar para presionar a los gobiernos sin restarle derechos a los ciudadanos?
Tanto Budapest como Varsovia est¨¢n usando un argumentario muy duro ¨DHungr¨ªa, por cierto, celebra elecciones parlamentarias el 3 de abril¨D y amenazan con bloquear las instituciones. El propio Tribunal Constitucional polaco dictamin¨® hace cuatro meses que la ley polaca ten¨ªa prioridad sobre la de la UE. Ya se les paralizaron los fondos de recuperaci¨®n de la pandemia y ahora ven que se les va a cerrar a¨²n m¨¢s el grifo. Y tienen cada vez m¨¢s espacio para colocar sus mensajes: en Hungr¨ªa los medios independientes los han ido comprando empresarios cercanos a Orb¨¢n. En Polonia, los medios p¨²blicos que se llaman ¡°nacionales¡± directamente se han vuelto canales de propaganda.
Se abren dos frentes delicados para la Uni¨®n: por un lado, ganarse los corazones de polacos y h¨²ngaros. Por otro, presionar a los gobiernos no solo cuando amenacen los intereses de los contribuyentes europeos, sino tambi¨¦n cuando arrasen con derechos que no se cuantifican en un excel. @anafuentesf
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