PP: Cierre en falso

El aspirante popular a la reelecci¨®n como presidente de Castilla y Le¨®n, Alfonso Fern¨¢ndez Ma?ueco, se dispone a iniciar ma?ana la ronda de contactos con otras formaciones para intentar sumar los 10 esca?os que le faltan para ser investido. Si las urnas le fueron esquivas al ganador de esos comicios ¡ªconvoc¨® elecciones anticipadas para el magro resultado de dos esca?os m¨¢s de los que ten¨ªa¡ª, la guerra fratricida que vive su partido lo deja en situaci¨®n de extrema debilidad. Se enfrenta a la negociaci¨®n m¨¢s delicada emprendida nunca por un dirigente del PP, porque se trata de decidir si se abre la puerta de un Gobierno y de un bolet¨ªn oficial a Vox, la extrema derecha espa?ola emparentada con la derecha radical que en Occidente est¨¢ poniendo en jaque a las democracias liberales.

Dif¨ªcilmente puede presentarse como un partido fuerte de Gobierno el que tiene al frente a dirigentes bajo sospecha de corrupci¨®n o incapaces de gestionar una crisis interna de rivalidad y liderazgo hasta provocar su estallido p¨²blico con ribetes tabernarios. La crisis ha sido retransmitida en directo a toda la poblaci¨®n, pero ahora pretende cerrarse pidiendo a los abochornados espectadores un acto de fe. Ni se presentaron pruebas del supuesto espionaje ni se han presentado de la presunta corrupci¨®n, aunque se ha admitido que el hermano de la presidenta Isabel D¨ªaz Ayuso gan¨® dinero de un contrato adjudicado por su Gobierno. Es m¨¢s, las explicaciones, que no pruebas, sobre esa ganancia dejan m¨¢s sombras que luces.

La guerra estall¨® ante las c¨¢maras, pero la tregua se ha fraguado entre bambalinas. En 24 horas, Pablo Casado ha pasado de decir que ¡°la cuesti¨®n es si es entendible que el 1 de abril, cuando mor¨ªan en Espa?a 700 personas al d¨ªa, se pueda contratar con tu hermana y recibir un beneficio de 286.000 euros por vender mascarillas¡± a dar por buenas las explicaciones que, seg¨²n cuenta, le ha ofrecido Ayuso en una reuni¨®n que ella ha calificado, sin embargo, de ¡°infructuosa¡±. ?Qu¨¦ documentos ha visto Casado que no podemos ver los dem¨¢s? ?Bas¨¢ndose en qu¨¦ procedimiento interno, con qu¨¦ garant¨ªas, se va a cerrar el expediente que se le abri¨® a la presidenta madrile?a? ?Qu¨¦ concepto autocr¨¢tico de la justicia permite a un presidente abrir y cerrar una investigaci¨®n sin m¨¢s evidencias para los dem¨¢s que su palabra? ?Y en qu¨¦ ha quedado la denuncia de espionaje? Lo m¨¢s asombroso es que nadie en el partido reclame esas explicaciones, como si fueran menores los presuntos delitos que se reprocharon o como si no importaran.

Conclusi¨®n: no sabemos los verdaderos t¨¦rminos del armisticio, si es que puede llamarse as¨ª, pero Pablo Casado sale absolutamente desautorizado y D¨ªaz Ayuso sale bajo sospecha de corrupci¨®n. A la espera de lo que decida la Fiscal¨ªa sobre esos cobros, lo que queda claro es que los l¨ªmites entre lo p¨²blico, lo privado y la ejemplaridad son el¨¢sticos para la presidenta madrile?a, y ahora tambi¨¦n para el presidente del partido.

Quedan otras dos inc¨®gnitas por resolver. A lo largo de los pr¨®ximos d¨ªas iremos conociendo todos los detalles de lo que ha pasado en estas 24 horas que le torcieron el brazo a Casado. Qu¨¦ revuelta interna hubo de enfrentar, y de qu¨¦ envergadura, para haber cambiado de opini¨®n de forma tan radical. Otra inc¨®gnita es si entregar¨¢ la cabeza de Teodoro Garc¨ªa Egea, muy cuestionado desde hace tiempo. Entre los da?os colaterales de todo este episodio est¨¢ la alcald¨ªa de la capital de Espa?a. El alcalde no ha explicado todav¨ªa por qu¨¦ ha dimitido o ha cesado un alto cargo relacionado con un espionaje que el primer regidor neg¨®. El destrozo alcanza a todos.

El da?o que se est¨¢n haciendo los populares se lo hacen tambi¨¦n a la credibilidad de la pol¨ªtica espa?ola, que no puede presentar como credencial de alternancia pol¨ªtica a un partido en estado de implosi¨®n a la vez que alimenta en su derrumbe a la extrema derecha. Vox es el aut¨¦ntico ganador de la batalla, no solo porque pueda recoger votantes desencantados del PP; tambi¨¦n porque estos comportamientos en partidos que aspiran a gobernar un d¨ªa Espa?a alimentan las pulsiones antisistema. Los dirigentes del PP est¨¢n obligados a arbitrar un procedimiento transparente y reglado para solventar las dudas de fondo y las consecuencias pol¨ªticas para los protagonistas de esta crisis monumental. Es lo que exige el respeto a sus votantes y a la democracia espa?ola, que necesita urgentemente que el principal partido de la oposici¨®n ejerza su funci¨®n con credibilidad.