Unos Juegos Ol¨ªmpicos de Invierno geopol¨ªticos
M¨¢s que una victoria de Xi Jinping, la cita deportiva de Pek¨ªn puede acabar siendo el despertar del resto del mundo a una b¨²squeda de alianzas contra el creciente poder de China y sus aliados, entre los que claramente est¨¢ Putin
Pek¨ªn acaba de ofrecer al mundo uno de los Juegos m¨¢s dist¨®picos que se recuerdan. M¨¢s all¨¢ del espect¨¢culo deportivo, distorsionado por la pandemia y las medidas draconianas acordes con una pol¨ªtica f¨¦rrea de covid cero, apenas se habla del impacto econ¨®mico inmediato que estos Juegos Ol¨ªmpicos pueden tener sobre China o, al menos, sobre Pek¨ªn. Y con raz¨®n, porque el impacto econ¨®mico solo puede ser negativo: con el mismo gasto relacionado con la organizaci¨®n de unos Juegos Ol¨ªmpicos, pero sin el beneficio del turismo que inevitablemente se genera ante un evento deportivo de esta naturaleza, dado que China sigue manteniendo sus fronteras pr¨¢cticamente cerradas para luchar contra la pandemia. Por si esto fuera poco, el boicot pol¨ªtico de EE UU surti¨® efecto en t¨¦rminos del bajo numero de delegaciones que finalmente acompa?aron a sus atletas y muchos menos jefes de Estado; de hecho, la mitad de los que acudieron a los Juegos Ol¨ªmpicos de Invierno organizados por Rusia en Sochi.
A pesar de todos estos contratiempos, Xi Jinping, que lleva dos a?os sin salir de China en viaje oficial, sin duda ha querido aprovechar la ocasi¨®n de los Juegos Ol¨ªmpicos para dar muestras claras del creciente dominio de China en el mundo. Dos casos resultan especialmente paradigm¨¢ticos. El primero es el de Argentina, cuyo presidente, Alberto Fern¨¢ndez, confirm¨® ante el presidente Xi la participaci¨®n de su pa¨ªs en la estrategia china de la Franja y la Ruta de la Seda. Esta participaci¨®n incluye la firma de un acuerdo de intenciones por el que, entre otras cosas, China apoya que las Malvinas sean devueltas a Argentina y Argentina, la pol¨ªtica de una sola China en lo que se refiera a las relaciones entre China continental y Taiw¨¢n. El segundo evento geopol¨ªtico de peso durante estos Juegos Ol¨ªmpicos ha sido el acuerdo estrat¨¦gico alcanzado entre China y Rusia por el cual China se compromete a invertir en dos grandes gaseoductos, uno de los cuales permitir¨¢ redirigir el gas que Rusia ahora dirige hacia Occidente hacia China. Este acuerdo se puede entender como un seguro para China en lo que se refiere a su seguridad energ¨¦tica en el hipot¨¦tico caso de que sufriera sanciones por parte de EE UU tras una posible invasi¨®n de Taiw¨¢n. A cambio de esa seguridad energ¨¦tica, China ha dado se?ales claras de su apoyo a Putin, si no mencionando directamente Ucrania (cuyo mayor socio comercial es China), s¨ª oponi¨¦ndose a cualquier ampliaci¨®n de la OTAN.
M¨¢s all¨¢ de asegurarse que el acceso a la energ¨ªa no ser¨¢ un problema para Pek¨ªn en su cada vez m¨¢s hostil competencia estrat¨¦gica con EE UU, Xi ha conseguido otras bazas de naturaleza geopol¨ªtica gracias a su papel de anfitri¨®n en estos Juegos Ol¨ªmpicos de Invierno y a la cumbre con Putin. Para empezar, parece haber influido en el retraso de una invasi¨®n de Ucrania hasta despu¨¦s de los Juegos, otra nueva muestra de su poder. En segundo lugar, el estilo de diplomacia coercitiva que Putin est¨¢ utilizando con Occidente es algo de lo que, sin duda, Xi est¨¢ tomando buena nota. En concreto, que el objetivo de Putin pueda no ser invadir Ucrania, pero s¨ª poner en entredicho la capacidad de Occidente de reaccionar ante tal amenaza, consiguiendo poner a Rusia en la esfera de poder que merece, al menos a los ojos de Putin, y debilitando a Europa. La respuesta tibia y descoordinada de Occidente ¡ªen lo que se refiere a EE UU y Europa y, sin duda, dentro de Europa¡ª seguramente ha reconfortado a Xi en su visi¨®n del inevitable ascenso de China como potencia mundial.
De la misma manera, cualquiera que haya podido ser el c¨¢lculo de Xi sobre la posibilidad de retomar Taiw¨¢n por la fuerza si fuera necesario, sin duda ha mejorado tras la amenaza de Putin en Ucrania y su acuerdo hist¨®rico con Xi durante estos Juegos Ol¨ªmpicos de Pek¨ªn. Lo que quiz¨¢s Xi no ha calculado es que el resto del mundo ha observado con atenci¨®n este nuevo papel mucho m¨¢s agresivo y amenazador de China y, sin duda, lo ha comparado con esa China m¨¢s abierta anfitriona de los Juegos Ol¨ªmpicos de Verano de 2008. Este contraste tan claro puede estar empujando a muchos pa¨ªses a buscar protecci¨®n all¨¢ donde la encuentren para no acabar dependiendo tanto de China como ya lo hace una potencia como Rusia. En ese sentido, la importancia de la Alianza del Indo-Pac¨ªfico est¨¢ tomando cuerpo r¨¢pidamente, as¨ª como el papel del Quad como brazo militar de dicha alianza. En resumen, estos Juegos Ol¨ªmpicos, m¨¢s que una gran victoria geopol¨ªtica de Xi que compensar¨ªa con creces su coste econ¨®mico, pueden acabar siendo el despertar del resto del mundo hacia una b¨²squeda de alianzas contra el creciente poder de China y sus aliados, entre los que claramente se encuentra Putin.
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