Las capas de la ofensiva informativa de Putin
Adem¨¢s de los combates, la guerra tambi¨¦n se disputa con bulos y noticias manipuladas en los medios de comunicaci¨®n y las redes sociales
La guerra en Ucrania no es simplemente una guerra militar, con cazas MiG, misiles bal¨ªsticos, tanques y drones. Es tambi¨¦n una guerra informativa que se juega en las televisiones y las redes sociales. Objetivo: ganar la batalla para definir qu¨¦ est¨¢ pasando en Ucrania y por qu¨¦. Con todos los medios necesarios: no solo declaraciones y propaganda expl¨ªcita, sino tambi¨¦n bulos, desinformaci¨®n y sembrar confusi¨®n.
Las redes sociales, con su anonimato y millones de usuarios, son un lugar excelente donde llevar...
La guerra en Ucrania no es simplemente una guerra militar, con cazas MiG, misiles bal¨ªsticos, tanques y drones. Es tambi¨¦n una guerra informativa que se juega en las televisiones y las redes sociales. Objetivo: ganar la batalla para definir qu¨¦ est¨¢ pasando en Ucrania y por qu¨¦. Con todos los medios necesarios: no solo declaraciones y propaganda expl¨ªcita, sino tambi¨¦n bulos, desinformaci¨®n y sembrar confusi¨®n.
Las redes sociales, con su anonimato y millones de usuarios, son un lugar excelente donde llevar a cabo estas t¨¢cticas. Un ejemplo: en Twitter ha aparecido un v¨ªdeo de un tanque que pasa por encima de un coche civil destruy¨¦ndolo. Uno de los muchos canales que pretenden informar de los acontecimientos desde Kiev dice que el tanque es ruso. Pero otro canal popular, considerado de parte rusa, dice que el tanque no es ruso. Despu¨¦s de unas horas, sale otra foto mostrando que el anciano conductor del veh¨ªculo ha sobrevivido. ?A qui¨¦n creer?
En los d¨ªas de preparaci¨®n de la invasi¨®n han sido muchos los bulos que han circulado por parte rusa para crear pretextos para justificar la intervenci¨®n. En uno se ve¨ªa un blindado supuestamente ucranio en territorio ruso, pero los verificadores lo han desmontado porque ese modelo no es del Ej¨¦rcito ucranio. Tambi¨¦n en otro v¨ªdeo se pretend¨ªa documentar un ataque ucranio contra un puesto de frontera y se ha documentado que no era verdadero. Verificadores como los que trabajan con Elliot Higgins, de la organizaci¨®n Bellingcat, que se ocupa de comprobar la informaci¨®n en las redes sociales, observan que el Kremlin parece apuntar m¨¢s a la cantidad que a la calidad y que los bulos as¨ª producidos se pueden desmentir f¨¢cilmente. Por cierto, la producci¨®n de bulos es tambi¨¦n una t¨¢ctica utilizada por la propaganda ucrania. Un ejemplo es la leyenda creada alrededor del llamado ¡°fantasma de Kiev¡±, un caza de la aviaci¨®n militar del que se sostiene sin pruebas que ha abatido cuatro cazas rusos. Pero en el caso de Rusia, la operaci¨®n de propaganda es mucho m¨¢s sofisticada.
Ya hace muchos a?os que se habla de las t¨¢cticas de desinformaci¨®n del Gobierno ruso, con Putin al frente. Por lo menos desde 2008 y la guerra contra Georgia, Putin ha invertido muchos recursos en el aparato de propaganda, tanto en los medios tradicionales como en las redes sociales. Es un sistema complejo con diferentes capas y con una finalidad com¨²n: imponer un marco de comunicaci¨®n favorable al Gobierno ruso.
La primera capa de este sistema integrado de propaganda son los medios oficialistas, como la agencia de noticias TASS y la red de televisi¨®n internacional Russia Today (RT). A trav¨¦s de esos canales, el Gobierno ruso propone su visi¨®n de la verdad, al mismo tiempo que trata de desmentir las versiones de otros gobiernos.
As¨ª pas¨® con el caso del exesp¨ªa ruso Sergu¨¦i Skripal, envenenado en el Reino Unido junto a su hija con Novichok, un agente nervioso producido en Rusia. Los medios oficialistas rusos lanzaron muchas hip¨®tesis alternativas, y a menudo poco cre¨ªbles, sobre qui¨¦n era Skripal, para qui¨¦n trabajaba, c¨®mo hab¨ªa sido envenenado y de d¨®nde llegaba el Novichok. Pero, al estar conectados al Kremlin, estos canales de informaci¨®n acaban siendo poco cre¨ªbles a largo plazo.
Otro nivel es el de los canales llamados alternativos, como los casos de las cuentas de Facebook y Twitter de Sputnik News. Este canal ha servido para atraer al p¨²blico de las redes sociales, con un estilo m¨¢s irreverente y menos institucional comparado con el de medios como TASS o RT. Publicada en 32 idiomas, la web se presenta como ¡°una fuente de noticias alternativa¡± en conflicto con ¡°la visi¨®n unipolar del mundo¡±. Expertos en desinformaci¨®n han concluido que uno de los objetivos de estos canales pseudoalternativos es fortalecer el apoyo a fuerzas populistas en Occidente.
El nivel m¨¢s bajo y con una mayor distribuci¨®n es el que forman las cuentas an¨®nimas que parecen operar de manera aut¨®noma, en colaboraci¨®n con idiotas ¨²tiles en Occidente que sean simpatizantes de Putin o personas f¨¢cilmente impresionables que no se dan cuenta de que lo que circula es propaganda. Detr¨¢s de estas redes aparentemente m¨¢s difundidas se esconden a menudo organizaciones bien financiadas que se ocupan de producir contenidos, como la Internet Research Agency (IRA) de San Petersburgo, ligada al aliado de Putin Yevgeny Prigozhin.
Este es el sistema de ¡°propaganda red¡± que se utiliz¨® para tratar de influenciar en las elecciones presidenciales estadounidenses de 2016, ayudando a Donald Trump a ganar a Hillary Clinton. Seg¨²n un an¨¢lisis, 146 millones de ciudadanos estadounidenses (m¨¢s de los que participaron en las elecciones) vieron propaganda rusa en Facebook.
El trabajo de estos troles de Estado incluye no solo escribir art¨ªculos con noticias falsas, crear im¨¢genes de propaganda, editar v¨ªdeos y audios e inventar fantasiosas teor¨ªas de la conspiraci¨®n, como la famosa historia del Pizzagate, seg¨²n la cual Hillary Clinton y su director de campa?a, John Podesta, estaban involucrados en abusos a menores a trav¨¦s de una cadena de pizzer¨ªas. Una propaganda bastante casera, pero que funciona. O mejor, que funcionaba muy bien hasta que tras las presidenciales de 2016 el peligro de la desinformaci¨®n se volvi¨® m¨¢s evidente y gobiernos y compa?¨ªas empezaron a tomar contramedidas.
La cuarta capa, que se podr¨ªa llamar la quinta columna, del sistema de propaganda de Putin son los medios de la ultraderecha internacional que, a menudo, han repetido y amplificado la propaganda del Kremlin. Particularmente importante es la cadena de televisi¨®n de Rupert Murdoch Fox News, una verdadera f¨¢brica de teor¨ªas de la conspiraci¨®n. Hace mucho tiempo que los presentadores de este canal de televisi¨®n repiten la desinformaci¨®n producida por el Kremlin, lo que se intensific¨® durante la Administraci¨®n de Trump.
En los ¨²ltimos d¨ªas, presentadores famosos como Tucker Carlson han apoyado a Putin afirmando que los ciudadanos de Estados Unidos ¡°han sido entrenados en el odio a Rusia¡±. Carlson ha afirmado que la raz¨®n por la que Biden apoya a Ucrania son los intereses econ¨®micos de su hijo Hunter en la regi¨®n. Y que Ucrania no tiene raz¨®n de existir como Estado independiente, exactamente lo que Putin repite desde hace muchas semanas.
Frente a esta operaci¨®n de propaganda integrada, la estrategia informativa del Gobierno de Biden cuando se acercaba la invasi¨®n rusa fue tratar de volver a ganarse la confianza de una opini¨®n p¨²blica internacional muy desconfiada tras los bulos utilizados por EE UU para justificar la guerra en Irak y las muchas mentiras y la desinformaci¨®n asociadas a este y a otros conflictos. Informaci¨®n y material fotogr¨¢fico recogido por esp¨ªas estadounidenses sobre el movimiento de tropas rusas han sido publicados en los medios de comunicaci¨®n.
Este tipo de estrategia resulta peligrosa desde el punto de vista del espionaje, dado que revela al enemigo lo que ya se conoce y expone a las fuentes dentro del aparato estatal ruso que facilitan la informaci¨®n. Pero es evidente que el Gobierno de Estados Unidos consider¨® que era un riesgo necesario para prevenir operaciones de ¡°bandera falsa¡± por parte de Rusia y anticipar las t¨¢cticas de desinformaci¨®n de Putin. Por el mismo motivo, Biden repiti¨® obsesivamente que Rusia iba a invadir Ucrania. Veremos si esa estrategia funciona. Lo que es cierto es que la batalla informativa seguir¨¢ despu¨¦s de que hayan callado los ca?ones.