Y en eso lleg¨® Borrell

Unos tuiteros estaban compungidos y otros, a lo de siempre. La cosa es que el personal se divid¨ªa entre los que andaban preocupados por las noticias que llegaban de Ucrania ¡ª?c¨®mo no conmoverse ante las im¨¢genes de un ni?o peque?o llorando, camino del destierro, o las de una pareja de ancianos refugiada en su piso de Kiev, sin m¨¢s trinchera que sus libros y sus recuerdos?¡ª y los que segu¨ªan a lo suyo, en la bronca diaria, esa refriega tan espa?ola del o conmigo o contra m¨ª, azuzada adem¨¢s por la pol¨ªtica de trazo grueso que se retransmit¨ªa desde el Congreso.

A eso de media ma?ana, las tendencias en Twitter eran un nombre propio, Federico ¡ªse supone que en referencia a aquel locutor de radio que apadrin¨® la teor¨ªa de la conspiraci¨®n del 11-M y que, al igual que Aznar, a¨²n no se ha bajado del burro¡ª, y la palabra ¡°sinverg¨¹enza¡±. Nada m¨¢s pinchar en el insulto, aparec¨ªan varios momentos del cruce de acusaciones entre el presidente del Gobierno, Pedro S¨¢nchez, y Cuca Gamarra, que es la portavoz del PP desde que se cargaron a Pablo Casado ¡ªparece que fue hace un siglo¡ª y hasta que Alberto N¨²?ez Feij¨®o encuentre a alguien m¨¢s moderado. Hab¨ªa algunos tuiteros que llamaban sinverg¨¹enza a Gamarra por acusar a S¨¢nchez de ¡°utilizar la guerra¡± en su beneficio pol¨ªtico, pero eran los menos. La mayor avalancha de insultos le cay¨® al presidente del Gobierno por asegurar, sin despeinarse, que ¡°la inflaci¨®n y los precios de la energ¨ªa son ¨²nica responsabilidad de Putin y de su guerra ilegal en Ucrania¡±. Los diputados del PP pusieron el grito en el cielo y ya se sabe que cuando la bancada popular se calienta ¡ªno digamos la de Vox, con Macarena Olona contando los metros cuadrados de la residencia oficial de la vicepresidenta Yolanda D¨ªaz¡ª, Twitter entra en combusti¨®n. De modo que S¨¢nchez y la palabra ¡°sinverg¨¹enza¡± se perfilaban como la pareja del d¨ªa en las redes. Y en eso lleg¨® Josep Borrell y le hizo al presidente del Gobierno el quite de la feria.

No se puede decir que Borrell sea un pol¨ªtico simp¨¢tico. Nunca lo fue y nunca lo ha intentado. Y, cuando ayer pidi¨® a los europeos el esfuerzo de bajar la calefacci¨®n para disminuir la dependencia de Rusia, sab¨ªa la que le iba a caer, de un lado y de otro del tablero pol¨ªtico. Y, aun as¨ª, lo dijo. Como dijo lo que cre¨ªa que ten¨ªa que decir, aunque fuese impopular para gran parte de la sociedad catalana y aun de su propio partido, el 9 de octubre de 2017, durante la manifestaci¨®n convocada por Sociedad Civil Catalana: ¡°Si se declara unilateralmente la independencia, este pa¨ªs se ir¨¢ por el precipicio. ?No lo haga, se?or Puigdemont! Las fronteras son las cicatrices que la historia ha dejado grabadas con dolor, a sangre y fuego¡±. Ayer, cuando m¨¢s palos le iban cayendo, Adri¨¢n Barb¨®n, el presidente de Asturias, tuite¨® una intervenci¨®n de Borrell en Oviedo durante la campa?a de 2009. Son dos minutos sin desperdicio. M¨¢s que un mitin, parece una bronca. Entre otras cosas, dice a sus simpatizantes: ¡°Como siempre hab¨¦is vivido en paz, pens¨¢is que la paz es el estado natural de las cosas. No. El estado natural de las cosas es la guerra (...). Importamos el 70% de la energ¨ªa que consumimos, y la importamos de Rusia o de los pa¨ªses ¨¢rabes, que no son gente demasiado de fiar. Somos pocos, viejos y dependientes, y as¨ª no se construye un futuro. Necesitamos m¨¢s hijos, m¨¢s inmigrantes, m¨¢s unidad¡±.

De tal forma que m¨¢s valdr¨ªa ir eligiendo entre pol¨ªticos serios, sean del partido que sean, que digan lo que hay que decir cuando haya que decirlo ¡ªpreferiblemente antes de convertirse en tertulianos¡ª, y sacar del Congreso los insultos, las broncas est¨¦riles y los chistes baratos. Si no, qu¨¦ vamos a dejar para Twitter.