Preservar la unidad
El equilibrio entre sacrificios y costes como respuesta de los Veintisiete a la invasi¨®n de Ucrania ha de seguir siendo el motor que permita actuar a la UE sin arruinar su respuesta com¨²n
La Uni¨®n Europea ha vivido en estas tres ¨²ltimas semanas un curso acelerado de realismo pol¨ªtico y tragedia hist¨®rica. Sus errores de percepci¨®n sobre Vlad¨ªmir Putin se han revelado catastr¨®ficos, pero ha podido enjugar parte de ese error con la rapidez de una reacci¨®n compacta y un¨¢nime contra el drama diario de la guerra. La potente respuesta com¨²n ha sido fundamental para que Ucrania sintiese respaldada su resistencia y la UE comprendiese que actuaba contra un aut¨®crata que amenazaba de ra¨ªz su misma raz¨®n de ser.
Las cosas no han cambiado todav¨ªa, pero podr¨ªan cambiar ante las nuevas sanciones destinadas a reducir la capacidad b¨¦lica de Rusia. Un escenario de divisi¨®n debilitar¨ªa sin remedio no solo la causa de Ucrania, sino la causa de la misma UE en su futuro inmediato. La poblaci¨®n europea no entender¨ªa que las discrepancias sobre los modos de rebajar el estratosf¨¦rico coste de la energ¨ªa resquebrajasen la unidad o impusiesen una doble velocidad sancionadora contra Rusia. La UE est¨¢ hecha de la suma de sensibilidades nacionales. Su valor como potencia global se nutre de la conjugaci¨®n de intereses particulares en un inter¨¦s superior a las partes que la componen, con ritmos y experiencias diferentes en cada Estado. Ni los intereses de Polonia son los de Italia, ni los de Portugal o Espa?a son los de Alemania.
El siguiente nivel de las sanciones ¡ªcortar la importaci¨®n europea de gas, petr¨®leo y carb¨®n ruso¡ª impondr¨ªa el ¨²ltimo pelda?o del castigo a Putin, que dejar¨ªa de ingresar en torno a un tercio de su presupuesto anual y afectar¨ªa a los Veintisiete con distintos niveles de gravedad. Estados Unidos suspendi¨® la compra de gas y petr¨®leo ruso con una dependencia escasa; Espa?a podr¨ªa hacerlo porque tambi¨¦n su sistema energ¨¦tico est¨¢ poco expuesto a las fuentes rusas, aunque con la incertidumbre abierta ahora por la crisis con Argelia. Pero no es esa la situaci¨®n de los pa¨ªses m¨¢s pr¨®ximos geogr¨¢ficamente, como Alemania y Polonia, ni es el caso de Italia, altamente dependiente de Rusia. El invierno se acaba y la energ¨ªa ser¨¢ menos necesaria, pero cualquier decisi¨®n que impacte sobre el corte del gas o el petr¨®leo ruso habr¨¢ de valorar el precio que cada Estado puede asumir por una acci¨®n conjunta de la UE contra la Rusia de Putin. Los pa¨ªses m¨¢s pobres tendr¨¢n menos capacidad para amortiguar los potenciales problemas sociales que surjan de cualquier pol¨ªtica de descarbonizaci¨®n. El equilibrio met¨®dico de sacrificios y costes ha de seguir siendo el motor que permita actuar a la UE sin arruinar su unidad sacando a flote antiguas l¨ªneas de fractura que parecen agudizarse cuando se introduce en la agenda la cuesti¨®n social. Tambi¨¦n eso es realismo pol¨ªtico para afrontar una guerra en su propio territorio.
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