Hay que abaratar la luz
La cumbre europea no puede fracasar en su deber de asegurar el suministro y los precios asequibles de la energ¨ªa
La cumbre europea que hoy se inicia en Bruselas se prev¨¦ de mayor cuant¨ªa: por la asistencia del presidente Joe Biden y sus efectos simb¨®licos y pr¨¢cticos en las relaciones EE UU-UE, revitalizadas tras la agresi¨®n rusa a Ucrania. Y por las decisiones que debe enhebrar sobre los precios y el suministro de la energ¨ªa, el doble asunto que provoca enorme inquietud y grandes dificultades en nuestras sociedades.
Varias de las opciones que plantea la Comisi¨®n son ¨²tiles para garantizar el suministro. Sobre todo tras la amenaza de Vlad¨ªmir Putin conducente a que los pa¨ªses ¡°hostiles¡± con su invasi¨®n de Ucrania le paguen el gas con rublos en vez de euros, como ven¨ªan haci¨¦ndolo, lo que supondr¨ªa romper de facto las sanciones que pretenden evitar las transacciones con el Banco Central de Rusia.
La negociaci¨®n conjunta de la Uni¨®n en la compra de carburante a terceros, que Espa?a propuso hace meses, puede no solo garantizar un mejor aprovisionamiento, sino tambi¨¦n a mejor precio. Junto a la utilizaci¨®n intensiva de la capacidad de almacenaje para el pr¨®ximo invierno y la aceleraci¨®n de las interconexiones pendientes y de las energ¨ªas renovables, ya enfocadas en la anterior propuesta de Bruselas, esta medida puede ser un avance en el camino de la soberan¨ªa energ¨¦tica europea, la asignatura largamente olvidada durante los a?os de bonanza.
El intento de contrarrestar la escalada de precios, agudizada desde la invasi¨®n de Ucrania, generar¨¢ m¨¢s debate. Sobre todo entre los pa¨ªses del Norte y los del Sur. Para estos ¡ªcuya sinton¨ªa y movilizaci¨®n deben bastante a la constancia con que Espa?a ha defendido desde el pasado septiembre un vuelco al sistema de precios de la luz¡ª, la mejor soluci¨®n ser¨ªa sin duda el total desacoplamiento entre los precios rampantes del gas y los crecientes de la electricidad.
Y lo ser¨ªa porque el mecanismo comunitario de fijaci¨®n de estos ¨²ltimos ¡ªel de precios ¡°marginalistas¡± por el cual el valor de la fuente m¨¢s cara, en este caso, el de la electricidad producida con gas, se extiende al resto¡ª quiz¨¢ fuese adecuado en ¨¦pocas normales. Pero en tiempos de turbaci¨®n ha demostrado su inoperancia, derivando en una caricatura que multiplica innecesariamente el precio de la luz. Lo que rememora otros mecanismos inflexibles, como el del austericida Pacto de Estabilidad fiscal cuando la Gran Recesi¨®n.
La excusa de que ¡°el mercado interior¡± energ¨¦tico exige reflejar sin m¨¢s los precios para incentivar el ahorro y las renovables es ¨ªnfima. Cuando los precios se vuelven ¡°irracionales¡±, y el mercado deja de funcionar, hay que intervenir y corregirlo, como subraya el liberal primer ministro belga, Alexander de Croo. Adem¨¢s, ese mercado interior ser¨¢ interior, pero poco mercado, pues ni su productos circulan por todo el territorio, ni sus estructuras productivas ni comerciales se asemejan: es solo un mercado en construcci¨®n, y por tanto m¨¢s modulable.
Puesto que est¨¢ casi descartada la opci¨®n ¨®ptima de la fijaci¨®n temporal de un tope absoluto de precios, otra medida puede tener efectos equivalentes para rebajar la factura final: la limitaci¨®n del precio ofertado en el mercado mayorista por las empresas que queman gas. Reducir¨ªa en cascada el precio minorista.
Los mandatarios reunidos en Bruselas no pueden olvidar que el objetivo prioritario debe ser reducir la factura a familias y empresas, y no mantener a toda costa el mecanismo marginalista. Pero este mecanismo importa mucho a los pa¨ªses del Norte, por lo que urge un consenso viable. Si se logra habr¨ªa que combinarlo con las compensaciones exigibles a las empresas el¨¦ctricas por sus ¡°beneficios ca¨ªdos del cielo¡± (200.000 millones de euros, seg¨²n Bruselas). La suma de todas estas flexibilizaciones s¨ª mejorar¨ªa mucho el casi-mercado interior energ¨¦tico europeo.
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