?pera infernal
¡®El ¨¢ngel de fuego¡¯, obra nunca estrenada en vida de Prok¨®fiev, vive un ¨¦xito apote¨®sico en el Teatro Real
?Qu¨¦ hurac¨¢n despeinar¨ªa la cabeza de Prok¨®fiev cuando en 1919 compuso El ¨¢ngel de fuego? Ten¨ªa 28 a?os, sufr¨ªa Rusia la revoluci¨®n leninista, pero lo que impera en esta ¨®pera es la represi¨®n sexual. De hecho, aunque varios cr¨ªticos la vinculan con los ensayos de Freud sobre la histeria, a m¨ª me recuerda con mayor precisi¨®n los trabajos previos de Charcot con las enfermas mentales del hospital de La Salp¨¦tri¨¨re, tan distintos al racionalismo del vien¨¦s
La hero¨ªna, Renata, es un personaje dur¨ªsimo para cualquier soprano: est¨¢ viva en escena a lo largo de m¨¢s de dos horas para contar que de ni?a vivi¨® en la alucinada compa?¨ªa del ¨¢ngel Madiel, con quien jugaba a las mu?ecas, pero cuando lleg¨® a la madurez sexual la adolescente le exigi¨® al ¨¢ngel su concurso carnal. El ¨¢ngel huy¨® espantado y desde entonces Renata lo busca incansable entre los humanos, presa de un hambre sexual que la llevar¨¢ por las trampas del ocultismo, la brujer¨ªa, la magia negra y los demonios posesivos, para acabar en un convento donde ser¨¢ sometida a exorcismo. La ¨®pera nunca se estren¨® en vida del compositor.
Es indudable que el mundo que sugiere el libreto (sobre una novela de Bruisov) tiene su lugar m¨¢s apropiado en el siglo XVI y menos en 1950, que es el momento elegido por Calixto Bieito para su puesta en escena. Sin embargo, dado que las alucinaciones de Renata nunca se ven, s¨®lo se expresan en la endemoniada partitura, son atemporales y obedecen a la enfermedad mental de la hero¨ªna.
No obstante, el protagonista de la ¨®pera es la orquesta, dirigida con talento excepcional por Gustavo Gimeno. Y lo m¨¢s sorprendente es que Bieito, capaz de poner en escena La Pasi¨®n seg¨²n San Mateo en tanga, reduce eficazmente las alucinaciones sexuales de Renata con sobriedad y elegancia. Un prodigio. ?xito apote¨®sico del Teatro Real de Madrid.
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