¡®Chile in the making¡¯
Una nueva esfera progresista llega al pa¨ªs sudamericano con la necesidad imperante de un cambio pol¨ªtico profundo
Vivir Chile en un momento como el que est¨¢ viviendo ahora es vivir la pol¨ªtica en movimiento, es sentir, a trav¨¦s de la ciudadan¨ªa, la necesidad tan imperante de un cambio profundo. Un cambio que se debate entre, como comentaban los l¨ªderes de algunos partidos pol¨ªticos, la cancelaci¨®n cultural de fuerzas pol¨ªticas que fueron parte de la concertaci¨®n, y de gobiernos m¨¢s conservadores, y una nueva esfera pol¨ªtica que aspira a transversalizar pol¨ªticas progresistas, dentro de un gobierno que tiene dos coaliciones, algo sin precedente en Chile. Para ello, el presidente Gabriel Boric ha tenido que aglutinar en su Gobierno fuerzas pol¨ªticas con ideas program¨¢ticas distintas en las que el consenso se presenta indispensable.
El descontento social cataliz¨® en las protestas de 2019, el detonante fue el alza de precios del transporte p¨²blico, hubo muertos, heridos y personas encarceladas. Seg¨²n Human Rights Watch, los carabineros usaron la fuerza de manera excesiva en respuesta a manifestaciones multitudinarias, algunas violentas. Seg¨²n esta organizaci¨®n de defensa de los derechos humanos, aunque en Chile se han tomado medidas para reformar la Polic¨ªa, todav¨ªa deben realizarse m¨¢s cambios para prevenir conductas indebidas y reforzar la supervisi¨®n disciplinaria y fortalecer la rendici¨®n de cuentas. El estallido social, que dur¨® hasta entrado 2020, puso de manifiesto un descontento que evidenciaba, sobre todo, la agon¨ªa de un modelo pol¨ªtico neoliberal. Las protestas desembocaron en un plebiscito nacional que se llev¨® a cabo en octubre de 2020, dando origen a la Convenci¨®n Constitucional que es el ¨®rgano constituyente encargado de redactar una nueva Constituci¨®n para el pa¨ªs, y que debe ser aprobada o rechazada a trav¨¦s de un refer¨¦ndum este a?o, en 2022.
Este es un proceso pol¨ªtico in¨¦dito en Chile, ya que a trav¨¦s de la consulta la ciudadan¨ªa decidi¨® la realizaci¨®n de una nueva Constituci¨®n y que fuera elaborada a trav¨¦s de una convenci¨®n en la que todos los constituyentes fueron elegidos por votaci¨®n directa. La paridad de g¨¦nero en la formaci¨®n de la Convenci¨®n Constituyente ha sido uno de sus rasgos significativos. Adem¨¢s, en ella est¨¢n representados los diez pueblos originarios del pa¨ªs. Dentro de ella hay mayor¨ªa de participantes independientes. Todas estas caracter¨ªsticas ponen sobre la mesa el rechazo a que los representantes pol¨ªticos tradicionales realizasen la nueva constituci¨®n. No es balad¨ª recordar que la ¨²ltima hab¨ªa sido redactada originalmente por el r¨¦gimen de la dictadura de Pinochet, y sobre ese texto los gobiernos democr¨¢ticos posteriores y el Parlamento hicieron algunas modificaciones. El inter¨¦s de la ciudadan¨ªa se refleja en el hecho de que la participaci¨®n en el plebiscito, en n¨²meros absolutos, fue la mayor de la historia, para la aprobaci¨®n de la Constituci¨®n vot¨® 78,27% a favor y a favor la convenci¨®n constitucional el 78,99%.
Este proceso constituyente es fascinante, primero porque articula una relaci¨®n distinta entre actores sociales y partidos pol¨ªticos; y, segundo, por todos los retos que tiene por delante. A pesar de que el proceso empez¨® con mucha fuerza, ahora est¨¢ m¨¢s erosionado por las dificultades que est¨¢ encontrando en el camino, entre los que se encuentran las cr¨ªticas de los sectores de derecha o la fragmentaci¨®n pol¨ªtica entre los colectivos que forman los convencionales, se requiere alcanzar los dos tercios para cada norma constitucional. ?Cu¨¢les son los temas clave? La plurinacionalidad, la descentralizaci¨®n pol¨ªtica y econ¨®mica, la reforma del Congreso y el Senado, igualdad, el reconocimiento de la diversidad, medio ambiente y el acceso justo y equitativo de los bienes comunes, entre otros.
La pol¨ªtica ejercida desde el Gobierno sigue su curso a la par que la constituyente el suyo propio, el primero no puede intervenir en el segundo. Ambos de manera sui g¨¦neris conviven afrontando grandes retos de futuro. El nuevo gobierno nace en un nuevo contexto, de ninguna manera puede ser posicionado con la izquierda autoritaria, a pesar de los miedos y fantasmas agitados por la derecha chilena y latinoamericana durante la campa?a. Es un gobierno que se ha establecido en el marco de una izquierda progresista, buscando consensos entre distintas fuerzas cuyo objetivo principal es cambiar el sistema pol¨ªtico neoliberal y eliminar las enormes desigualdades que existen en la sociedad chilena. Vale la pena verlo de barrio en barrio separados solo por dos o tres cuadras. Las medidas que propone se acercan a una socialdemocracia que puede liderar el cambio pol¨ªtico en Am¨¦rica Latina y condicionar las pr¨®ximas citas electorales, como en Colombia y Brasil.
En las dos semanas que lleva el nuevo Gobierno, el presidente, entre otras medidas, se ha adherido al acuerdo de Escaz¨² para la protecci¨®n del medio ambiente y ha firmado el nuevo c¨®digo de Aguas que es una normativa, como el mismo anunci¨®, que regula el uso de recursos h¨ªdricos, que priorizar¨¢ el acceso al consumo humano y permitir¨¢ transici¨®n h¨ªdrica justa y un uso sustentable del agua. No olvidemos que Chile lleva en escasez h¨ªdrica desde hace ya unos 13 a?os, la Constituci¨®n de 1980 consagr¨® la propiedad privada del agua, algo que los gobiernos posteriores no cambiaron. Del mismo modo, en una entrevista reciente el presidente ya ha anunciado medidas econ¨®micas para la reactivaci¨®n inclusiva de los sectores m¨¢s vulnerables debido a la crisis derivada del estallido social, la pandemia y la inflaci¨®n. Chile es un pa¨ªs m¨¢s estable que muchos pa¨ªses de la zona, ha ido reduciendo la pobreza en los ¨²ltimos a?os, tiene a China como principal socio comercial, su intenci¨®n es extender tratados de colaboraci¨®n con pa¨ªses lim¨ªtrofes en distintas materias.
Los desaf¨ªos no son pocos: la necesidad de una reforma tributaria, la subida del salario m¨ªnimo interprofesional, un nuevo modelo de pensiones, un plan nacional de cuidados, el aborto extensivo a m¨¢s de tres supuestos, la gesti¨®n de los flujos migratorios, recientes en el pa¨ªs, una posible ley de amnist¨ªa para los presos del estallido social y el conflicto del pueblo ind¨ªgena mapuche. Este ¨²ltimo con el reclamo de la devoluci¨®n de tierras y al que la aproximaci¨®n en los ¨²ltimos a?os se ha realizado desde el ¨¢mbito securitario, son temas fundamentales que tiene que abordar el nuevo gobierno, y que le preocupan.
Desde Espa?a, y Europa, se ve con esperanza el nuevo tiempo pol¨ªtico que se est¨¢ dando en Chile. Particularmente desde el PSOE vemos con agrado e ilusi¨®n las iniciativas socialdem¨®cratas que son de gran calado en la agenda de gobierno.
Vivir Chile en transformaci¨®n es darse cuenta del cambio del ciclo pol¨ªtico en el que est¨¢ sumergido Am¨¦rica Latina. Es importante que este proyecto que nace de la legitimidad popular no falle, hay muchas expectativas puestas, pero debemos darnos cuenta de que las legislaturas son cortas. Adem¨¢s, existe un ¡°nuevo¡± frente a lo ¡°antiguo¡±, este ¨²ltimo representado por grupos pol¨ªticos que en su mayor¨ªa forman parte del bloque del socialismo democr¨¢tico, como son el partido socialista, el partido por la democracia o el radical que necesitan consolidarse y ser una opci¨®n viable de futuro, tienen ministros en el gobierno de Boric, como tienen tambi¨¦n los liberales que integran este bloque y que son una fuerza m¨¢s joven que el resto de esta coalici¨®n. Tienen ahora la oportunidad de mostrar su capacidad de resiliencia y adaptaci¨®n junto con las fuerzas pol¨ªticas de Apruebo Dignidad, alianza entre la formaci¨®n del presidente, el Frente Amplio y el Partido Comunista. Todos deben demostrar que el consenso bajo el liderazgo fuerte del presidente Boric prima sobre las visiones partidarias teniendo como objetivo la implementaci¨®n de una agenda progresista transversal.
Y mientras tanto, los Andes siguen con su p¨¦trea mirada el caos circulatorio de ciudades en ebullici¨®n como Santiago de Chile, un pisco-sour que es pertinente a cualquier hora del d¨ªa, mezclado con la conciencia impert¨¦rrita de la memoria. Si algo se siente en Chile, y en Santiago particularmente, es la herida profunda de la dictadura pinochestista. Tiene nombre: Londres 38 y el Museo de la Memoria. El recuerdo de lo que no se debe borrar ni se debe repetir. Tener una memoria consciente de lo que han supuesto las torturas, los asesinatos, desapariciones, la impunidad de aquellos que lo practicaron, ha dejado su impronta en una sociedad que reivindica su derecho a decidir, y a cambiar los ritmos de su propia historia, aquella que como dijo Salvador Allende ¡°es nuestra y la hacen los pueblos¡±.
Hana Jalloul es secretaria de Pol¨ªtica Internacional y Cooperaci¨®n al Desarrollo de la Ejecutiva Federal del Partido Socialista Obrero Espa?ol (PSOE).
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